CAPITULO 19

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Narra Harry

Luego de que Lena me haya dicho aquello quedé inmóvil, me había dicho lo que ella sentía. Ella pensaba que era solamente un maldito juguete, pero estaba muy equivocaba. Nunca la podría ver como un juguete.

Se fue con Louis y Niall dejándome completamente solo, como un perro abandonado en la calle. Así me sentía. Abandonado.

Me dirigí a la barra y me pedí un trago. Lo tomé con tanta rapidez que sentí todo el líquido recorrer mi garganta, esta me ardió un poco. Me senté en una mesa que me permitía ver la pista de baile. Habían muchas personas, muchas muchachas guapas. Pero yo buscaba a una en particular, hasta la encontré.

Ahí estaba ella, bailando con mis amigos y los suyos. Ese tendría que ser yo, pero nunca voy a poder estar con ella de ese modo. Quisiera ser yo solamente bailando con ella, que fuéramos Lena y yo. Solos, en nuestro mundo.
Eso me daba tristeza y rabia al mismo tiempo. Pero, aunque deseé eso no puedo, porque quiero a mi hermano.

Scott me había hablado de ella, y por lo poco que me contó él comenzó a sentir algo por Lena. Aquello me molestaba, ya que a mí me ocurría lo mismo.
Ya habíamos pasado por esto, y no quiero qué se repita. Ya nos peleamos por una chica, y no quiero eso.
Quiero dejar de pensar en Lena, pero no puedo. Cada vez que me levanto pienso en su sonrisa, en ella, ya lo sé, la conocí hace menos de una semana, pero no puedo parar de pensar en aquella chica. Se había apoderado de mis pensamientos. Mi cabeza me decía que no valía la pena luchar por ella, que dejara de pensar en Lena, pero mi corazón decía otra cosa.

La quería.

Una pelirroja con buen cuerpo, no tan bueno como el de Lena, se acercó a mí. ¡Por Dios! ¿Por qué todo lo relaciono con Lena? Dije que voy a intentar olvidarla, pero... ¡Es tan difícil!

–Hola guapote– Intentó sonreír coquetamente, no le salió. Uff, tiene una voz tan chillona. La miré a los ojos.

–Hola– Respondí amargamente. En este momento no tenía ganas de hablar con nadie.

–¿Qué ocurre? ¿Tienes algunos problemas? Créeme que yo puedo solucionarlos– Se levantó un poco la falda que traía puesta. Dejó a la vista la parte de abajo de sus bragas. Puta.

–Yo creí que las zorras como tú nada más servían para revolcarse por ahí, no como psicólogas– Su cara se tornó pálida. Frunció su seño. Sonreí –Hazme el favor de irte y búscate a alguien que si quiera acostarse contigo–

–Eres un imbécil– Se fue meneando sus caderas. "Pobre" pensé.

Aparté mi vista de ella y la dirigí de nuevo a la pista de baile. Busqué a Lena entre la multitud de gente, pero no la encontré. Maldita sea esa pelirroja.

Pasaron unos cuantos minutos cuando observé otra muchacha acercarse a mí. Pensé que era otra puta, pero cuando vi su rostro me asusté. Me paré y me dirigí rápidamente hacia ella. Era la amiga de Lena, y estaba temblando.

–¿Qué ocurre Kylie?– Le pregunté. La conocía porque había escuchado a Lena hablar con ella.

–H-Harry... E-es Lena... Ayúdala p-por favor– Dijo tartamudeando. Eso hizo qué me ponga alerta. ¿Qué habrá ocurrido?

–Kylie respira hondo, dime qué ha pasado– La calmé.

–E-estábamos en la pista y un hombre se acercó a Lena...– La rabia me carcomía por adentro, maldito hijo de puta– Ella le pegó por querer sobrepasarse...– ¡Esa es mi chica! Esperen, ¿acaso dije eso?–Oh por dios, ¡la va a golpear Harry!– Comenzó a llorar.

Salí corriendo de allí en busca de Lena. Me metí en la pista de baile, la buscaba por todas partes, pero no estaba.
Estaba muy nervioso, porque no me perdonaría que alguien le ponga un dedo encima, mientras yo podía evitarlo.

De un momento a otro me encontré con Lou y Niall, sus rostros reflejaban miedo. Cada minuto que pasaba, era un minuto de que aquel maldito le podría estar haciendole algo a Lena.

–¡DIGANME DONDE ESTA LENA, YA! – Rápidamente me guiaron a centro de la pista.

Llegamos en menos de un minuto, giré mi rostro y la vi. Llegué a tiempo. Aquel hijo de perra se estaba acercando a ella con el puño hacia arriba.
Empujé a toda persona qué se me ponía en medio, hasta que llegué. Me ubiqué rápidamente adelante de Lena.

–La tocas y eres hombre muerto– Dije muy serio. Sentí que alguien me daba vuelta. Vi una imagen que me partió en alma.

–H-Harry... ¿e-eres t-tú?– Lena estaba sollozando y temblando. Sus ojos azulados demostraban temor. ¿Cómo nadie se percató de esta escena?

–Sí pequeña, soy yo– Le di un beso en la cabeza. Me di vuelta para encontrarme con aquel hijo de puta. Le voy a romper toda la cara por tocarla, intentar golpearla y por hablarle. Nadie se le acerca a Lena, nadie la toca y nadie la amenaza.

–¿Tú quién eres? ¿Eres el novio de esta zorra?– La señaló y se comenzó a reír. Lo miré de manera asesina. Nadie le dice zorra a Lena– ¿Por qué no te consigues a una mejor? Hay mejores que esta... Como e...– Le di un puñetazo en la mandíbula. Por gilipollas.

–Para que te quede bien grabado en esa cabecita, no te le vuelvas a acercar porque te juro que te mato. Tampoco le digas zorra o ni siquiera la mires porque no tengo problema de mandar cartitas para tu entierro, tampoco para enterrarte yo mismo. Soy capaz de matarte a golpes aquí mismo, así qué no me provoques, no te conviene en lo más mínimo. ¿Te ha quedado alguna duda?– Él negó– Así me gusta–

Me di vuelta para encontrarme con Lena, pero no me había dado cuenta qué se había formado una ronda alrededor nuestro.
Lena corrió hacia mis brazos y la abracé muy fuerte. Me preocupé mucho por ella, si no hubiera llegado a tiempo aquel tipo pudo golpearla.

–¿T-te encuentras b-bien Harry?– Ella seguía llorando.

–Sí princesa, estoy bien. ¿Y tú? ¿Aquel hijo gilipollas te ha tocado? Dime qué lo mato aquí mismo– Estaba comenzando a enojarme de nuevo.

–No, no me hizo daño– Intentó sonreír. Me reí porque le salió una mueca.

–¿Vamos a casa?– Le pregunté, ella asintío.

Nos dirigimos a mi coche tomados de la mano y nos subimos a él. Comencé a manejar hacia su casa, recordaba su dirección ya que estuve allí, fue cuando me quedé a dormir y ella no me quería ni ver. Sonreí ante aquel recuerdo.

Llegamos hacia su casa, me di vuelta para ver a Lena y avisarle qué habíamos llegado, pero estaba dormida. Suspiré pesadamente, no quería despertarla, pero no tenía las llaves de su casa. No sabía qué hacer.
Me di vuelta al escuchar algo que hizo qué mi corazón empezara a latir rápidamente. Qué cursi soy, por dios.

–Te quiero Harry– Susurró muy suavemente, muy poco audible.  Estaba dormida, eso quería decir qué estaba pensando en mí. Sonreí.

–Yo también te quiero nena, no te imaginas cuanto– Dije pensando que no me iba a escuchar, pero por lo visto si me escuchó, ya que sonrió.

The Life that I Didn't Expect Donde viven las historias. Descúbrelo ahora