Pareja Tóxica ©

Capítulo 2

Mi madre no me ha dicho ni una sola palabra desde que vino al instituto pero en su rostro se refleja la furia.
Me obligo a decirle al director que solo era una pelea de novios.
La señora perfecta está hablando con la madre de Louis, seguramente disculpándose. Louis me mira como si todo esto fuera mi culpa y la rabia me invade.

Me levanto de la estúpida silla y salgo de allí ignorando a mi madre.
Ella sale detrás de mí pero no pienso parar. Corro hacia el auto y me sorprendo al ver a mi padre allí, se supone que el chófer tendría que estar aquí, no mi padre. Abre la puerta y entro.
Espera a mi madre y después de una discusión de unos minutos suben al coche.
Mi padre sale del estacionamiento y mi madre comienza. No la escucho, me coloco mis auriculares, miro por la ventanilla y no puedo evitar llorar.
Llegamos a casa y trato de pasar de mis padres pero fracasó, mi padre anuncia que me espera en su despacho.
Subo a mi cuarto, dejo mis cosas, me lavo el rostro y bajo.
Está hablando por teléfono como siempre. Me hace un gesto para que me siente y espere. Cuando cuelga, me mira unos segundos y dice:

-Ruby ¿Qué demonios está mal contigo?-bajo la mirada a mis manos y pienso en que responder, podría ser como:-¿Sabes qué demonios está mal papá? Mi madre es una loca que quiere controlarme, mi vida es una mierda sin sentido, ¡¡Mi novio se follo a mi mejor amiga!! Pero no digo eso, no digo absolutamente nada. Él no espera mucho por una respuesta y continúa:
-¿Sabes que estoy haciendo negocios con el padre de ese chico?

¿Qué?

Niego.

-Si Ruby, y no pienso permitir que una estúpida pelea de niños lo arruine.
Lo miro incapaz de creer lo que escucho. -Papá...-me interrumpe- No Ruby, lo llamaras y le pedirás perdón hoy mismo.
Las lágrimas pican en mis ojos. Mi padre está eligiendo el dinero antes que a mí. Como puede ser...  que eso me sorprenda... 
Asiento.
Me voy a mi cuarto y lloro hasta quedarme dormida.

*

Cuando despierto son las 5:30. pm Reviso mi móvil y tengo varias llamadas perdidas y mensajes.

8 llamadas perdidas de Louis y 2 llamadas perdidas de Jenna.

Dejo el móvil y me acurruco para seguir durmiendo cuando escucho la puerta de mi cuarto abriese con un golpe. Es Louis. Se sienta en la cama junto a mí.

-Ruby...escucha amor... Ruby...-me gira a su dirección.
Las lágrimas caen por mis mejillas sin que pueda hacer nada para detenerlas, pero no lloro por Louis, lo hago por lo que estoy obligada a hacer.
-Ruby necesito que me perdones, carajo no llores...-quiero reír por lo estúpido que ha sonado eso pero en cambio me siento en la cama y me acerco a Él. Lo beso. Lo beso como si lo quisiera aún. Lo beso como si no me diera asco hacerlo. Lo beso como si ya nada me importara. Él me corresponde y me recuesta en la cama y sus manos me recorren el cuerpo, no lo soporto y lo apartó.

Le sonrió como si nunca me hubiera lastimado y él me sonríe como si nunca me hubiera engañado.

Después de que le haya dicho que lo perdonaba y hayamos "Vuelto" se fue.

***
No quiero ir al instituto, pero aún así estoy yendo.

La historia de mi vida, nunca hago lo que realmente quiero.

Apenas bajo del coche y veo a Jenna trato de pasar de ella pero me sigue.
-¿Qué quieres?-digo lo más fría posible.
-Ruby...y yo...lo sien-siento- tartamudea nerviosamente.  Me giro y la enfrento.
-¿Esto es enserio? ¿Lo sientes? ¿¡Crees que te perdonaré solo porque me dices que lo sientes!-Grito.
-A èl ya lo has perdonado -golpe bajo.
Niego.
-Yo no he perdonado a nadie Jenna-dicho eso subo de nuevo al coche y me voy lejos del instituto.

Vuelvo a casa, empaco las cosas más importantes, ropa, dinero, joyas de valor. Bajo con dos valijas con ruedas y me dirijo a la salida.

En la mañana nadie se encuentra en casa, mi padre trabaja en su Casino y mi madre toma clases de Tenis.

No me molesto en dejar notas ni nada solo me dirijo a la salida con paso firme. 

La voz de Karen, una zorra que desgraciadamente es nuestra empleada, me sobresalta.

-¿Qué hace aquí señorita Ruby? ¿No debería estar en clases? ¿Y qué es eso que lleva?
Ruedo los ojos y me giro lentamente.

Quiero gritarle en la cara que no se meta pero ella podría alertarle a mis padres así que solo miento.
-Es ropa para donar –digo y sigo mi camino. 

Me voy.

A empezar de cero.