Capítulo 8: Me gusta Joe Jonas

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Capítulo 8: Me gusta Joe Jonas

-¿Joe cuándo vendrá tu madre?- luego de desayunar, hicimos una lista de lo que había que comprar.

-el domingo- dijo mientras se pasaba la corbata por el cuello. Yo me ofrecí a lavar los platos mientras él se bañaba y arreglaba para ir a trabajar.

-¿este domingo?- asintió mientras se hacía el nudo de la corbata - Joe no tendremos tiempo de pintar el departamento para el domingo- exclamé y él me miró extrañado.

-¿me ayudarás a pintar?-

-sí, porque no- me encogí de hombros, acaso dije algo malo.

Sus hermosos ojos se iluminaron -muchas gracias ____- sonrió, me sonrió y otra vez sentí esa electricidad -yo pensaba contratar a alguien pero me gustaría que me ayudaras- miró su reloj -se me hace tarde- musitó -salgo a las 3, pasaré por ti así compramos lo que necesitamos- yo asentí, y ambos salimos de su casa -te veo en un rato- me susurro luego de besar fugazmente mi mejilla.

Me quede embobada con su perfume y ese cosquilleo en mi estómago.

***

-¡Joe... no!- grite

-tu empezaste- dijo entre risas.

-perdón pero no pude contenerme- corríamos por la sala, Joe me perseguía con el pincel cargado de pintura en venganza por haber pintado su mejilla.

-ya verás- tropecé con el papel de diario que habíamos puesto en el piso para evitar pintarlo, y caí al suelo. -te tengo- Joe terminó encima de mí.

Yo cerré los ojos, esperando lo peor -listo- sentí el frío de la pintura sobre mi piel y las ásperas cerdas del pincel en mi nariz -estamos a mano- tomó mi mano y terminamos sentados mirándonos.

-esperaba terminar con la cara cubierta de pintura- el pelinegro rió.

-no soy tan cruel- me sonrió mostrándome sus dientes -aunque te verías igual de linda con la cara pintada- su comentario hizo que me sonrojara.

-tenías razón- intente cambiar de tema -la sala se ve mejor de azul- ¿qué me estaba pasando con Joe? debo admitir que me gustaba verlo, pasar tiempo juntos, me encantaba su compañía.

Y me declaro culpable por haberlo mirado sin disimulo cada vez que estaba de espalda o cuando se distraía, me había dado cuenta de los lunares de su cuello, del hermoso color avellana con vetas verdes de sus ojos, de sus pestañas arqueadas y hasta de las manchitas de su cara. Pero no solo era lindo, sino que tenía otras miles de cualidades que lo convertían en un ser humano maravilloso, y lo más absurdo de todo era que prácticamente era un desconocido, porque no sabía ni su apellido, bueno en realidad lo supe hoy. Joe Jonas, me gustaba.

-por favor Joe, quédate en mi casa-

-no ___, gracias pero no es necesario-

-¿cómo te vas a quedar aquí?- lo regañe -no puedes dormir con el olor a pintura- habíamos estado trabajando hasta muy tarde, logramos terminar con la sala y con su habitación. Por suerte la cocina no era rosa, al igual que el baño, además tenía una segunda habitación más pequeña que estaba pintada de blanco.

Al día siguiente tendríamos que colgar las cortinas, quitar el diario del piso y ordenar el departamento. -está bien- se resignó -acepto- ya que no podía quedarse en el segundo cuarto porque ahí habíamos dejado la televisión y las cosas que estaban en la sala. -solo déjame que me bañe y voy-

-lleva tus cosas y báñate en mi departamento- no fue necesario que me reprochara porque yo no cambiaría de opinión, así que fue por su ropa y salimos.

Le indique donde estaba el baño, mientras acomodaba unas almohadas y una sábana sobre el sillón porque no quiso dormir en el otro cuarto. Me quede embobada pensando en él y sonreí al recordar su rostro con pintura.

Cuando te encuentre [Joe Jonas y tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora