IV

31 2 0
                                    

-Te he visto con los ojos llenos de ilusión, de fascinación, de alegría pura, de misterio, de miedo, de enfado... te he visto de tantas maneras, incluso con la tristeza más plena, pero siempre con un brillo, con una pequeña chispa, pero, últimamente, solo veo oscuridad, solo dolor, solo ira.

-Ese brillo del que hablas, de forma tan poética, son los restos del incendio que me consume, solo es la fuerza con la que yo misma estoy acabando con lo poco que queda de mi.

-Bueno, siempre he visto en ti más ira que felicidad, una ira continua que sigue alimentándose y creciendo.

-Y seguirá tanto como yo respire.

-Entonces le quedan muchos años.

-Suelo decirme a mi misma eso.

-Es la verdad. O, la verdad que yo necesito saber.

-Sabes de sobra que no lo es.

-Incluso con mi don, nunca se puede saber absolutamente todo, siempre habrá algo que se esconda.

-Yo no necesito tu don para ver que, tus ojos han cambiado, que tu manera de mirar ciertas cosas ha cambiado, en poco tiempo, has pasado de la indiferencia a la gente, a preocuparte, y eso, te está matando.

-No me veo capaz de ayudar a la persona que me preocupa.

-El hecho de que cada vez sea más incapaz de luchar, te está atormentando. Parce que te ahogas en el humo del incendio.

-Soy egoísta, no quiero que una parte de mi muera.

-No me estoy muriendo.

-No, te estás matando.

-Puedo ver el miedo en ti.

-Tengo miedo a que definitivamente te apagues, a que pierdas lo único que realmente te mantiene viva. Tengo miedo a que tu misma decidas ir al otro lado y no volver.

-Yo también tengo miedo. No quiero irme sin dejar huella, sin que haya al menos una persona que de verdad me recuerde, que me mantenga viva tal y como soy en su mente, una persona que me quiera.

-Nadie quiere irse sin ser recordado.

-Sí en algún momento te vas, siempre estarás vivo.

-Sí en algún momento te vas, siempre estarás viva.

-Es curioso.

-¿Qué de todo?

-Nosotros.

-¿Y eso por qué?

-Dos mentes, dos cuerpos, dos almas, pero, joder...

-No hacen falta palabras, no hace falta nada más que una mirada.

Oda a mi vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora