Capítulo 23-

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-- F...Fernando hay algo que q...quiero...Debo decirte algo --Fernando me miraba atento, esperando una respuesta por parte mía.

Era el momento, no podía echarme para atrás, no, no me retractaría, se lo diría, sea cual sea la respuesta. Estaba sudorosa, mis manos temblaban, intentaba hablar pero la voz siempre se me rompía en el último segundo 《¡Ya basta! Es ahora o nunca》.

-- ¿Y bien, que sucede? --preguntó al ver que no decía nada, al menos nada muy claro.

-- Fernando, lo que pasa es que...lo que pasa es que yo...--su cara paso de estar confundida a mas comprensiva, pero ¿Por que?

-- Descuida, Helena me contó todo --interrumpió poniendo una mano en mi hombro.

Estoy segura que Fernando notó mi cara roja, porque lo estaba de la furia ¡Por que coño mi hermana se metió en "Mis" asuntos. Primero lo de Facebook, luego el teléfono ¡Y ahora esto! Cuándo la vea juro que la mataré ¡Lo juro!

-- ¿Que te dijo? --pregunté por si acaso.

-- Tu sabes sobre que, y no tienes que avergonzarte de ser bulimica.

Mi cara fue de confusión, así de simple, pero éso aún no ignoraba el hecho de que sentía furia. Mi bulimia es algo personal y no tiene porqué estar andando por allí contando cosas mías a la gente.

Pero al ver que estaba dispuesto a hablar de éso, mi cara se volvió mas seria y le hice un desdén para que me siguiera al sofá. Cosa que hizo con mucho gusto.

-- Bueno, cuándo era amiga de Samanta la veía como una barbie y a todas sus amigas, mientras que yo era...gorda y corpulenta, Samanta me decía que me quería como era, pero estaba segura que los demás no opinaban lo mismo --No me di cuenta, pero pasó de una explicación a un viaje al pasado-- Luego se me pasó por la cabeza el hecho de que nunca le gustaría a nadie, comenzé a sentirme insegura.

Me detuve un momento para mirar a Fernando, que parecía atento a la explicación. Si tan solo supiera que él era el chico del que hablaba. Me miró un momento al ver que no proseguía, no quería seguir con esto.

- ¿Te encuentras bien? -preguntó poniendo su mano en mi hombro al ver que se me escaparon un par de lágrimas.

- L...lo siento mucho, es que y... Es que yo aveces pienso que hago lo correcto al ser bulimica --pasaron de ser un par de lágrimas a un mar de llanto ¡Estúpidos sentimientos!-- Q...que soy mas linda pe...pero, ¡No tienes idea! --grité-- No tienes idea de todo lo que me ha afectado mentalmente, ya no como, ni sonrío, l...la gente me mi...mira mal, y...yo sólo lo hago para impresionarte po...por que me pareces muy lindo y...y y..yo.

No pude continuar, sentí el hermoso y cálido abrazo de Fernando, acariciándome el cabello y diciendo cosas como "Todo está bien, no te preocupes". Me sentí tan tranquila en sus brazos, como si todo hubiera estado bien en ése instante, sin importarme el hecho de que le haya dicho lo que siento de ésa manera tan brusca.

-- Vanessa. --Me tomó de los hombros y me apartó, mirándonos cara a cara, a tan sólo unos centímetros de nuestras caras-- ¿Tu crees que me interesaba el hecho de que eras delgada o no?-- Tomó un mechón de mi pelo y lo hechó hacía atrás-- Hayas cambiado o no, eres una chica tierna, agradable, dulce y hermosa, no tenías que cambiar para impresionarme, por que siempre lo hiciste.

No comprendo muy bien aún lo que sucedió después. Me sentía en el cielo, sólo sé que me incliné hacía adelante. Sus ojos azules me miraron por un instante, para luego cerrarse lentamente 《¿Por que se cerraron?》Lo supe al instante pues yo tambien lo hice, y lo que ocurrió después es imposible de describir.

Lo mas cercano a lo que pude sentir fue sus cálidos labios en los míos, lo abracé con fuerza para que no se separara de mí, pero cómo siempre, las cosas mas hermosas tienen un fin.

Nos separamos a los segundos de besarnos. No quería, fue como haber desprendido parte de mi alma, haber besado a Fernando fue tal como imaginé y hasta mejor, se sentía simplemente...perfecto.

Lo miré a la cara, no tenía expresión alguna, lucía pensativo. Mientras que yo, con una sonrisa de par en par, apenas habían pensamientos en mi mente, sólo podía imaginarme ése hermoso beso desde todas la perspectivas posibles.

Escuché paso dirigiéndose a nosotros, no le di mucha importancia, tal vez fuera mi hermana que salió al ver que Fernando no volvía. Pero mi rostro se enserio al ver a mi padre entrar en la habitación y clavar su vista en mí.

-- Muchacho, ¿No estabas ayudando a mi otra hija con la tarea? --dijo mi padre usando su tono de voz intimidante que usa para asustar a la gente.

-- S...sí señor, yo sólo estaba hablando con Vanessa. --se levantó del sofá con la cabeza baja-- Con permiso --seguido de éso se fue corriendo a la habitación de Helena -con la puerta abierta claro-. Luego de entrar, mi padre dirigió su vista hacía mí.

-- ¿Algo que tenga que saber?

No pude evitarlo y corrí a abrazarlo. Pude sentir su confusión con sólo tocarlo, pero como todo padre, no lo rechazó y me envolvió en sus grandes brazos.

-- Que quiero otro pastel de chocolate, cada semana.

Enamorada de un StalkerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora