Capítulo 8- "Mi sueño hecho realidad"

187 13 1
                                    

Le dediqué a Leo una sonrisa que inmediatamente me devolvió, me pareció raro ya que habíamos interactuado más de lo que lo habíamos hecho éstas últimas tres semanas, pero almenos sabía que tenía una oportunidad de disculparme, así que esperé a que se sentara para poder hablarle.

- Leo, quiero disculparme por lo que dije el otro día, yo... -Leo me calló, como si no quisiera oír lo que decía.

- No tienes que disculparte Vane, no fue tu culpa, admito que actué de manera ridícula, así que me disculpo pero, sin embargo, todavía hay algo que no me tiene tranquilo. -Nunca había visto Leo tan serio, podría decir que hasta me daba miedo.

- Claro que te perdono Leo, pero, ¿Que te pasa?

- No es por ofenderte Vanessa, pero eres demasiado ingenua, crees que cualquier chico es un pan de dios y éso me preocupa -me explicaba pero al ver que no llegaba a nada fue al punto - Lo que quiero decir es que, al menos, intentes perder el contacto con él -había quedado tan confusa de su propuesta que cuándo me dedicó una pequeña sonrisa de confianza me costó mucho devolverla.

Ahora si que estaba contra las cuerdas, por un lado Leo es uno de mis mejores amigos, y aunque no me guste como pareja, el es como mi hermano. Pero por otro lado, Carlos me gusta mucho, y dejar su amistad sólo por cumplir éste pequeño capricho de Leo no me parecía lo más justo. Volví a levantar la mirada hacía Leo, parecía que se estaba comenzando a impacientar, como si sospechara que en mi mente estaba pensando una de miles de excusas que podía decirle.

Estaba comenzando a entrar en un estado de desesperación, no sabía que responderle, y sin embargo la cara de Leo me decía que si no me apuraba no me creería nada de lo que le dijera. Y sin pensarlo, las palabras me salieron como si no las hubiera dicho yo.

- La verdad es hace días que no hablo con él, sólo fue una amistad de momento, no creo que nos volvamos a comunicar siendo honesta no esperaba decir ésas palabras, lo último que se me había pasado por la mente era mentirle.

Me miró de arriba a abajo, como si no me creyera, pero claro, él me dijo el otro día que un dinosaurio se comió su casa y le creí, cómo son las cosas.

- Vanessa, ¿no me estarás mintiendo verdad? -dijo con una mirada tan penetrante que me puso nerviosa casi sin poder hablar.

- Cla...claro Leo, eres mi amigo ¿po...por que te mentiría? - Tartamudeaba como una estúpida.

Nuevamente digo que nunca, NUNCA, había visto a Leo tan serio, el sólo me clavaba la mirada, así que supuse que fui demasiado obvia y que no me creyó. Me miró como treinta segundos, paso de ser preocupante a incómodo, hasta que en un punto se puso a reír, lo que me extrañó bastante. El solo reía como un desquiciado, y cuándo recuperó el aliento fue que me explicó.

- Estaba bromeando Vanessa, deviste ver tu cara -dijo seguido de otra gran carcajada, yo sólo levanté la ceja, ya que me pareció una broma de muy mal gusto, pues me había puesto muy nerviosa, pero entonces añadió - Claro que te creo Vane, eres mi mejor amiga, sé que nunca me mentirias.

"Nunca me mentirias" Ésas palabras sonaron en mi cabeza toda la clase de castellano, por un lado me había quitado un peso de encima, pero por el otro...no se sentía bien, al menos sé que no molestará más con éso pero ¿a que precio? 《supongo que tengo que olvidarlo, tampoco es el fín del mundo, además, ni que me fuera a descubrir》.

Después de la clase salí del salón para comer como siempre lo hacía. Mientras me dirigía a mi mesa de siempre con mis amigos, alguien me había tomado del brazo, me voltee de manera rápida para ver que ése "alguien" era Fernando. Aunque sé que mi típica reacción sería quedarme sin habla como una tonta, la verdad es que en éstas últimas tres semanas nos hemos hecho muy amigos, así que ya hablar con él se me hacía muy natural.

- Hola Vane, vi las flores, son muy hermosas ¿quién te las envió? -me dijo un poco nervioso《pero que digo ¿nervioso de mi? No lo creo》.

- La verdad es que no lo se, pero ahora que lo pienso... -Fernando nunca pudo saber que diría, pues escuché una voz chillona acercándose a lo lejos, era la voz de mi hermana.

- ¡¡¡Hermanita!!! -Se me acercó dándome un abrazo, sabía que éso sólo podía significar una cosa- Olvidé el desayuno en la casa ¿tienes cincuenta Bolívares que me prestes?《En cerio aveces pienso que ésta chica me ve mas como un banco que como una hermana》

- No puede ser ¿En cerio Helena? -susurré a tal punto que ninguno pudo escucharme, así que busqué en mi bolso algo de dinero- Sólo tengo cien, pero lo voy a gastar en... - Nuevamente, Helena no me había dejado hablar cuándo tomó mi dinero.

- Con éso me conformo ¡adiós! -Seguido de éso se fue, intenté reclamarle pero ya estaba muy lejos, así que no me molesté en gastar saliva ya que sabía que no me lo devolvería.

- ¿Ésa es tu hermana? -Se le había quedado viendo de una manera extraña, no sabría decir que tipo de mirada era- Es muy...

- Extraña, molesta, fastidiosa... -Decía tratando de adivinar lo que diría.

- Iva a decir linda, pero si tienes otra opinión está bien.-Me avergonzé al verlo reírse, pero ¿por que le dice linda a mi hermana? Interrumpió mis pensamientos tomándome el hombro- Por sierto, quería preguntarte ¿Quieres ser mi compañera para el trabajo de biología de la próxima semana?

En ése momento me sentí como la primera vez que me habló ¿Fernando y yo haciendo un trabajo juntos? Era imposible de imaginarse, al menos para mí. Traté responderle sin sonar como si me hubieran regalado el mundo.

- ¡Claro! Me encantaría, ¿te parece el jueves en mi casa? -pregunté.

- De acuerdo, nos vemos -luego de decirme éso me dio un beso en la mejilla.

Creo que después de éso me quedé congelada toda la hora libre, les aseguro que nunca me volveré a lavar la cara de nuevo. Pasé el resto del día tocando mi mejilla, puede que esto sólo sea el comienzo, el comienzo de una hermosa relación.

Enamorada de un StalkerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora