Capítulo 36-

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-- ¡¡¡No puedo creer que tendrás una cita!!! --gritaba Alejandra mientras buscaba ropa en la tienda.

-- Shhh ¡silencio! Harás que nos saquen de la tienda --le reclamé enojada, llevaba horas gritando lo mismo-- Además, ya te lo he dicho, no es una cita, sólo iremos a comer algo.

Así es, había cometido el muy, pero muy grave error de decirle a Alejandra sobre la cita con Alexander. Ella nunca -como muchos otros detalles familiares- se enteró del tema de Carlos y todo aquello, así que no sabe quién es en resumen.

Mi hermana había llegado temprano al hospital, un par de horas antes de que me dieran el alta. Y cómo sólo hablaba de su ex y sus trabajos en la Universidad, se me ocurrió mencionarle que saldría con Alexander en la tarde ¿Pero que iba a saber yo que se entusiasmaría a tal punto de llevarme a comprar ropa luego de salir del hospital?

-- Lo cual significa "cita", te tienes que aprender el código del amor. --Sacó un vestido amarillo y me lo puso al frente para ver cómo me quedaba《odio el amarillo, y ella lo debería saber》-- Me parece tan romántico --dijo después de que le apartata el vestido-- Vas a tener una cita con el chico que te salvo la vida, seguro se enamorarán, se casarán, tendrán hijos...--tuve que pararla, pues había comenzado a bailar con los ojos cerrados y abrazando otro vestido como si se tratara de la película "La bella y la bestia"

-- Wow, para el carro, tampoco es la gran cosa.

Mi hermana, ya frustrada por saber que no me haría cambiar de opinión con respecto a mi "cita", se alejó con mala cara y siguió buscando vestidos.

-- Sólo toma un vestido blanco y ya, la "cita", como tu le llamas, será a la seis y aún estaré aquí-- me quejé ya que, en serio, mi hermana se puede tardar un día entero comprando la cosa más estúpida como un vestido.

-- ¿Blanco? Vanessa, es el color que siempre te pones ¡Intenta algo diferente! Como...--buscó entre los vestidos en oferta y sacó uno negro de escote en la espalda, sencillo pero muy corto para mi gusto-- Éste.

-- Es lindo pero...

-- ¡Vamos Vanessa! El negro te queda mucho mejor que el blanco. Además ¡Ésta al 50% de descuento! te pagaré el vestido. --Al final logró convencerme con él "Te pagaré el vestido"  Y accedí a usarlo.

Ambas llegamos juntas hasta la Universidad y ahí nos separaros. Mi hermana era una caja llena de sorpresas, tal vez halla cometido errores en el pasado, pero...

Llegué a mí habitación y ahí me esperaban Sofía y Miranda, quienes al verme corrieron hacía mí con preocupación y me recibieron con un gran abrazo. Las dos comenzaron a hablarme y preguntar cosas al mismo tiempo, lo que me volvía loca, así que alzé la voz.

-- ¡¡¡Estoy bien!!! ¡Dios! Que me dejan sordas las dos.

-- Oímos lo que te sucedió --comenzó Miranda.

-- Sí, nos preocupamos mucho, por un momento pensamos que habías...--No pude evitarlo y les di un abrazo ¡Que tiernas eran!

-- En serio hermanas, estoy bien --respondí después de soltarlas-- Luego hablamos, necesito arreglarme para ésta noches --iba camino al baño para arreglarme, pero Sofía me detuvo.

-- Wow, espera un momento, acabas de salir del hospital ¿Y ya te vas de fiesta?

-- ¿Como crees hermana? Sólo saldré con un chico --respondí tranquila.

-- ¡¡¿Un chico?!! --alzó la voz Miranda《Olvidé cómo se pone cuándo se trata de chicos》-- Dinos ¿Quién es?

-- Sólo un chico con el que me encontré después de un tiempo, éso es todo --intenté restarle importancia, pero éso no evitó que las gemelas pensaran que era "un reencuentro amoroso" o algo por él estilo.

A partir de ahí fui secuestrada por ellas. Mientras Miranda me maquillaba y buscaba unos tacones que combinaran con el vestido, Sofía hacía lo que mejor sabía hacer, peinados. Me hizo una clineja que sobresalía desde un costado de la cabeza, bajaba en una curva y caída en el otro extremo del hombro.

Cuándo acabaron fui directo a ponerme el vestido, no quería ver como había quedado, no aún.

Al ponerme el vestido me di cuenta de que era mas corto de lo que pensé, unos centímetros más y se me veía todo el trasero. Aunque hasta donde alcanzaba a ver, el escote de la espalda se me veía muy bien, así que me dispuse a ponerme frente al espejo y mirarme.

Tengo que admitirlo, en serio había quedado guapa, y el maquillaje de Sofía me quedaba perfecto, nada muy colorido, sólo un poco de base, un rubor leve en la mejillas y un color de labial rojo cereza. Estaba hermosa...que lástima que todo sea un desperdicio.

Les agradecí las gemelas por el lindo detalle que me habían hecho. Miré el reloj y eran las seis.

Había llegado el momento.

Enamorada de un StalkerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora