Frustración. Éso era lo que sentía. Todo había sido culpa de él, de Carlos.
Él me había mandado los regalos en un principio, él entró en mi Facebook y público que yo era lesbiana, él mató a Samanta, él destrozó mi vida...
El mató a Leo.
Y aún así se dignaba a pasarme un mensaje por WhatsApp:
Carlos: Vanessa lamento lo que pasó ¿Te encuentras bien?
《No, no me encontraba bien. De hecho, si me encontraba mal era por culpa suya》Me aseguré de bloquear cada cuenta en la que me seguía. Comenzé con WhatsApp, luego Twitter, Wattpad, Snapchat, y así hasta llegar a Facebook.
Admire por última vez ésos hermosos cabellos rubios y sus lindos ojos azules que en cierta forma me recordaban a Fernando. Ambos quedarían borrados de mis recuerdos.
Escuché la puerta de mi cuarto abrirse y con ella la figura de Helena acercarse a mí. No sabía si hablarle o sacarle de mi cuarto, así que sólo me mantuve con la cabeza abajo. Helena pasó sin mirarme, tomó una coleta y se fue.
《Tal vez debería disculparme con ella, a fin de cuentas, yo fui quién la juzgó》Me levanté de la cama y me dirigí a su cuarto. Al entrar me topé con las mismas cuatro paredes de siempre, un poco mas grandes que las mías y de color vinotinto, así es, vinotinto, muchas chicas prefieren rosa, morado o negro, pero a ella le gustaba el vinotinto, nunca entendí el porqué de ése gusto.
Estaba tumbada boca abajo leyendo un libro, me fijé mejor y noté que era "Cien años de soledad". Mi papá se lo dio en navidad, ésa era una faceta que no todos conocían de mi hermana, le encantaba leer. Al terminar de cerrar la puerta fijó su vista en mí, pero en el mismo segundo volvió a poner su vista en su libro, como si no le importara mi presencia.
Me senté a su lado y ésta ni se inmutó, parecía enojada, mientras que yo sólo me sentía culpable.
-- Helena --comenzé, sin interés alguno por parte suya-- Quiero disculparme por haber peleado contigo, en especial por que nada de toda ésta basura es por tu culpa --Helena pareció interesada por ésa última frase y puso su vista en mí-- Me decías que me alejara de Carlos por que te preocupabas por mí. Ahora me doy cuenta de que no publicaste nada en mi Facebook y ¡Por dios! Cuánto lo siento. Y el teléfono...bueno, de éso no puedo decir mucho, amaba ése teléfono --logré sacarle una sonrisa ya que sabía que no hablaba en serio de éso último《aunque no era del todo mentira》-- El punto es que...lo siento --finalizé.
Helena me miró convencida, al menos mi discurso no fue en vano. Sólo se limitó a sentarse al frente mío, y mirarme fijamente a los ojos.
-- Quiero saber todo...con...cada...detalle --recalcó cada palabra, haciendo saber que era muy seria su petición. No se la negaría.
Le expliqué a Helena con todo el detalle que pude. Desde que recibí la solicitud de amistad de Carlos hasta éste momento. Helena pareció atenta en todo momento, y al finalizar, supe por su mirada lo que diría, y estaba mentalmente preparada para ello.
-- Sabes que hay que decírselo a nuestros padres, y con ellos a la policía ¿no? --Asentí y sin su permiso estuve a punto de salir de su habitación, pero me detuvo a último minuto-- Y para que sepas, terminé con Fernando en el baile, puede que me gustara pero, nadie se mete con mi hermana.
Le sonreí y le di un último abrazo antes de salir de la habitación y dirigirme con mis padres.
Conté con sumo detalle a mis padres sobre el tema de Carlos, casi tanto como lo había hecho con mi hermana. Mientras lo hacía podía ver el enojo y la decepción en sus caras.
Pero no me importaba.
De hecho, podría decir que sentía paz, que me había quitado un enorme peso de encima. No me importaba si me quitaban el teléfono de por vida, o el televisor ¡O todo! Podían hacer todo lo que quisieran, nadie me quitaría la sonrisa y la tranquilidad que tenía ése momento.
En la comisaría...
-- Entonces ¿Como decía que se llamaba el chico que te acosaba? --preguntó el oficial William con la vista pegada en la computadora.
-- Carlos Alexander, al menos así se llamaba en Facebook.
William entró en la página y lo buscó por el nombre que le dije. No tardó mucho en encontrarlo, pero me sorprendió su reacción. Comenzó a reír y se recostó sobre su silla, pero al ver la mala cara que puso mi padre,
se enserio de forma rápida.-- Se llama Alexander Carpio --aclaró-- El chico se la pasa acosando a chicas jóvenes cómo tú. Ya ha sido detenido mas de cinco veces por ello, y descuida, me encargaré de que reciba su merecido.
-- Gracias --fue lo único que respondí.
-- Vanessa, dile lo otro --susurró mi hermana a mi oído.
-- Cierto --le respondí también en un susurro-- Oficial William, también quiero acusar a Car...Alexander, de doble homicidio. El de Samanta Fuentes y Leo González. --El oficial pareció sorprendido por ésa acusación, y sólo fruncio el seño. Supe que tenía que explicarme mejor-- Samanta me había avergonzado frente a toda la escuela, se lo comenté y días después apareció muerta--me detuve para observar al oficial, quién parecía mas intrigado-- Y en el caso de Leo, él era mi pareja para el baile, y recibí un mensaje por parte suya diciendo que si iba me arrepentiría.
Al concluir volví a mirar al oficial, quién parecía procesar aquella explicación. Al minuto su rostro cambió y me miró muy poco convencido.
-- Bueno, culpar a alguien por homicidio es mucho mas difícil que por acoso. Se necesita pruebas, testigos, y una investigación que podría durar meses, e incluso años --explicaba enumerando con sus dedos. Me miró y yo no pude evitar bajar la cabeza, que estúpida fui-- Pero, prometo hacer todo lo que éste a mi alcance para ayudarte. Agradezco tu información.
Y así era, estaba agradecida conmigo misma, por primera vez siento que todo está bien, que no estoy enamorada de alguien...
Y la verdad, me gusta.
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Enamorada de un Stalker
Roman pour AdolescentsVanessa es una adolescente de 17 años, que al cometer la imprudencia de darle sus datos a un completo extraño que conoció en internet, éste comenzará a acosarla en todos los sentidos, desde su vida a través de la computadora, hasta su vida social. ...