Me miraba en el espejo, estaba hermosa,tengo que admitir. Tenía puesto un vestido de sirena negro con escote y adornos de oro, mi mamá había gastado una fortuna en el vestido, pero según ella haría lo que sea por hacerme felíz en "Mi día".
Por fin era hoy, el baile de graduación había llegado y no me lo podía creer. Casi podía imaginarme saliendo del cuarto y ver a mis padres y a Leo esperándome en la sala, tomándome muchas fotos, que mi padre amenaze a mi pareja de como debe tratarme...y que pase la noche mas preciada.
Miraba a mi hermana a través del espejo al otro lado de la habitación, mientras se ponía un collar de perlas que mi mamá le había dado el año pasado. Ninguna se dirigía la palabra, en serio que odiaba estar así con ella, pero, todo lo que me había hecho, yo...
-- Vanessa ¿Me pasas el perfume? --pidió Helena terminando de ponerse el collar.
No respondí, ni hice nada, no quería ni mirarla. Al darse cuenta de que no me movería ella misma lo buscó para luego salir de la habitación. Helena no me echaría a perder la noche, no, que ella fuera con su querido Fernando y yo me iría con mi mejor amigo.
Mi teléfono comenzó a sonar y lo tomé de la peinadora. Mi madre me permitió tener mi teléfono por ésta noche pero se lo devolvería apenas llegara de nuevo a casa, ya que aún seguía castigada.
Vi el número, o bueno, mejor dicho tres signos de interrogación que se encontraban en la pantalla. Recordé el mensaje que había recibido unos días atrás de mi admirador secreto, que casi me olvidaba de él ya que no había vuelto a dar señales de vida. Contesté con un hola mientras la adrenalina recorría mi cuerpo y la respiración se me agitaba.
-- ¿Vanessa? --escuché la voz del otro lado del celular, la reconocí al instante.
-- ¿Carlos? --《No puede ser, el es...No, es imposible》-- ¿P...por qué tu n...número tiene signos de interrogación?
-- Vanessa, no puedo hablar mucho, no puedes ir al baile con Leo ¿Me escuchaste? No puedes --se escuchaba alterado, aunque no sabía el porqué.
-- ¿T...tu eres...el a...acosador? --aunque ya sabía la respuesta, no lo confirmaría hasta escucharlo de su boca.
-- Y...yo no te puedo decir éso --fue lo único que recibí como respuesta, confirmando lo que más temía-- Ahora escucha, no puedes...
-- Confíe en ti --interrumpí-- Desconfie de todos mis amigos... e incluso mi hermana...
-- Vanessa, por favor si me dejaras...
-- Cuándo en realidad eras tú, no lo quise creer pero parece que todos tenían razón menos yo. Los chocolates, las cartas, fuiste tú.
-- Vanessa te lo explicaré luego, pero...
-- T...tu, mataste a Samanta...--afirmé con miedo, y con la voz cortada.
-- ¡¡¡Vanessa!!! --gritó-- Como veo que no me escuchas lo diré de una vez. O te quedas en tu casa y hablamos por Skype como siempre hacemos, o te vas a arrepentir, lo juro --me amenazó.
-- No, no volverás a hacerle daño a nadie ¡¡¡Alejate de mi vida!!! --grité antes de cortar la llamada y tirarlo a la cama con miedo.
Esto no está pasando, ¡Esto no puede estar pasando! no ahora, no hoy, mi mejor amigo es un acosador, un criminal ¡Un asesino! Me sentía traicionada, engañada, dolida, enojada. Sin embargo, no logro sacarme ésa frase de la cabeza.
"O te quedas en tu casa y hablamos por Skype como siempre hacemos, o te vas a arrepentir, lo juro"
-- ¡Vanessa! Ven para las fotos --gritó mi mamá desde la sala.
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Enamorada de un Stalker
Teen FictionVanessa es una adolescente de 17 años, que al cometer la imprudencia de darle sus datos a un completo extraño que conoció en internet, éste comenzará a acosarla en todos los sentidos, desde su vida a través de la computadora, hasta su vida social. ...