Capítulo 37-

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Después de despedirme de las gemelas salí casi corriendo de la habitación, estaba algo lejos de la salida de la Universidad. Trayaba de no llevarme a alguien o algo por delante, tenía la mente en otro mundo, tratando de predecir lo que podría ocurrir en ésta cita.

Tenía miedo, debía admitirlo, pero debía pensar en positivo, esta sería la última vez que lo vería, y luego se alejaría se mi vida. Pero estos años, a ocupado una parte tan grande de mi mente...¿en serio estaba lista para que saliera de mi vida?《Por dios ¿en que estoy pensando? ¿A caso me he vuelto masoquista ahora? Ya sufrí mucho pasando por el proceso de recuperación a mi desorden alimenticio, no necesito mas problemas》.

Al llegar a la entrada de la Universidad, no fue necesario esperar mucho, se encontraba al frente mío. No se encontraba tan arreglado, sólo una camiseta negra con una chaqueta de cuero y ¿por que no? Una motocicleta a su lado?

-- ¿Que es éso? --pregunté señalando la moto con asco.

-- Mmm ¿mi moto? --respondió en tono de obviedad.

-- No, es una trampa mortal con ruedas.

-- Bueno, pues subirás a ésta "trampa con ruedas" --se burló haciendo comillas con sus dedos.

Me lanzó un casco y lo atrapé por suerte, ya que si no lo hubiera hecho me habría roto la nariz. Aún así no quise decir nada, a la hora de la cena ya me convertiría en una lista de quejas.

-- Por cierto, te vez muy linda --me aduló mientras me subía a la moto.

-- Espero que en el buen sentido, no querrás que crea que eres un pervertido. --Escuché risas por parte suya, pero rápidamente fueron abogados por el motor de la moto.

-- ¿Lista? --preguntó.

-- ¡No!

--...lo tomaré como un sí.

Seguido aceleró y poco a poco nos fuimos alejando de la universidad. Pude sentir como la adrenalina corría por todo mi cuerpo, como el viendo movía mi cabello en todas direcciones. Nunca me había subido a una moto pues mi mamá cuándo era joven tuvo un accidente y desde entonces no a vuelto a subir a una, pero estar en una es simplemente...mágico.

Sin darme cuenta la moto ya había parado, pero la adrenalina era tanta que sin darme cuenta, aún estaba aferrada a Alexander.

-- Sé que soy guapo, pero temo decirte que tienes que separarte de mí si quieres continuar con la cita.

Sin responderle, bufé y bajé de la moto, viendo a mi alrededores para poder ver donde me encontraba. Identifiqué el lugar por el letrero "El pescador". Era una marisqueria que se encontraba cerca de la ciudad, tenía fama de ser bueno, pero muy costoso.

-- ¿Que te parece? --preguntó.

-- Opino que creo que quieres tragar tu ahorros llevándome a éste sitio --respondí con disguto. A pesar de que me encantaba el lugar, no queria que él lo supiera.

-- No te preocupes, mi tío es uno de los chefs, así que tengo descuentos en la comida.

-- ¿Entonces sólo lo elegiste por el descuento? Que lindo --me volví a quejar y me dirigí a la entrada del restaurantes.

Pude escuchar un suspiro frustrante por parte suya a mis espaldas, estaba funcionando, sólo tenía que seguir así por ésta noche.

Entramos y, bueno, no era muy diferente a cualquier restaurante elegante que había en la ciudad. Luz baja, música de fondo, meseros con traje. Me sentía ridícula en un lugar como éste, no venía a un restaurante así desde que ascendieron a mi papa en su trabajo hace cinco años.

-- Buenas noches ¿tienen reservación? --se dirigió un mesero a Alexander de forma educada.

-- Sí por favor, soy Alexander Carpio, mesa para dos.

El mesero nos condujo a una mesa apartada del resto, tenía un ambiente muy romántico, con unas pequeñas velas aromáticas y un jarrón con una rosa adentro.

Alexander tomó una de las sillas y la empujó hacia atrás para sentarme, lo hice por educación pero al sentarme yo misma me incline hacia adelante. Una vez que Alexander se sentó, las cosas incómodas no tardaron en llegar las cosas incómodas.

-- Entonces ¿que opinas? --preguntó señalando la mesa.

-- Un poco exagerado ¿no crees? --Alexander bajó la cabeza frustrado, me daba algo de gracia verlo perder la paciencia poco a poco.

No opinó nada con respecto a mi respuesta y tomó el menú.

-- ¿Que vas a pedir?

-- No tengo habre, sólo pediré un agua --respondí con la mirada en el menú, en realidad tenía muchas ganas pedir algunas de las exquisiteces que había en el lugar, pero pienso que no sería correcto pedirle algo para luego alejarme de él para siempre.

-- Bien, entonces pediré yo --Alexander alzó la mano y en cuestión de segundos apareció un mesero para anotar su orden-- Si, quisiera pedir una parrilla maritierra con cualquier vodka que tengan y un vaso de agua por favor.

El mesero anotó todo de forma casi inmediata para luego retirarse. Miré a Alexander con el seño fruncido.

-- La parrilla maritierra es para dos.

-- ¿En serio? No me había dado cuenta --comentó riéndose.

Yo suspiré con frustración, esta sería una muy larga noche.

Enamorada de un StalkerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora