Cap. 2

382 67 24
                                    



  Caminaron en silencio por un momento y se detuvieron poco antes de llegar a la escuela. Seungcheol apenas si hablaba tratando de dar alguna explicación a la herida en su rostro. Jeonghan no necesito más palabras para darse cuenta de lo que había sucedido y entonces deseó con todas sus fuerzas ser un adulto. Un adulto con la fuerza suficiente para darle una paliza al idiota que había lastimado a su amigo. Aunque este suceso lo hacía sentir mal, luchaba por mantener las lágrimas en sus ojos, ya que el mayor era quien lo estaba pasando peor. Retomaron el camino porque iban atrasados y otro regaño de la profesora era lo último que deseaban. Ese día se sentaron juntos como cuando se conocieron y aunque Hannie quería sujetar la mano del mayor, este comenzó a actuar como si nada hubiera ocurrido, por lo que prefirió no hacerlo.

Las cosas no mejoraron a la hora del receso. Los dos pequeños se acercaron al grupo de amigos con quienes se juntaban normalmente y poco antes de que los notaran pudieron escuchar lo que decían respecto al rostro del pelinegro.

-¿Vieron como tenía el ojo?
-Mi mamá dice que hay problemas en su casa.
-¿Crees que algo asi habría pasado? ¿Y su mamá lo permitiría?
-No creo que haya ocurrido..

Los murmullos continuaban y Seungcheol se sintió abismalmente triste. Bajo la cabeza avergonzado y trato de contener las lágrimas que cosquilleaban sus ojos pidiendo salir. Respiro hondo y por mas que lo intentaba el recuerdo de la noche anterior seguía volviendo a su cabeza, fue algo bastante rapido. La misma historia de siempre solo que esta vez aquel imbécil decidió levantarle la mano a su madre y por supuesto el valeroso muchacho salió en su defensa. Las palabras de sus amigos quemaban en su herida y dispuesto a decir algo fue cuando vio a Jeonghan por su lado acercándose al tumulto de chicos como si recién hubiera llegado.

-Escuchen!.. no imagina lo que acaba de ocurrir mientras venia hacia acá. – La actitud del castaño puso a sus amigos expectantes y comenzó a hablar con entusiasmo y en voz muy alta asegurándose de que todos le prestaran atención -Camino a la escuela en la mañana, cerca de la plaza que queda a unos dos bloques se me acerco un sujeto de apariencia temerosa y de casi 2 metros de altura. No le di importancia pero estaba casi seguro que buscaba robarme mi dinero- A Jeonghan se le hacía muy difícil tener la confianza necesaria para hablar asi pero las palabras no dejaban de salir de su boca y cada vez se sintió mas seguro de lo que hacía.

Estaba muy atemorizado y no había nadie alrededor... estaba por salir corriendo y el sujeto me sujeto el brazo ¡y en ese justo momento! –varios niños se habían acercado a escuchar el relato de Jeonghan que buscaba con la vista a su amigo para levantar el dedo y apuntarlo- Llegó Cheol y se interpuso para defenderme. El sujeto lo golpeo en el ojo y casi lo derriba pero Seungcheol logro golpearlo en su "zona" y lo derribo. Así nos dio tiempo para escapar y llegar corriendo a la escuela a duras penas. Aún estoy asustado y el no quería decir nada sobre esto pero resulta que es un héroe.

Terminado el increíble relato todos los chicos estaban emocionados y se acercaron a rodear al pelinegro y atacarlo con preguntas para mas detalles. El apenas contestaba y a pesar de que estaba muy nervioso poco a poco empezó a seguirles el juego sintiéndose cada vez menos avergonzado. Una sonrisa tierna se dibujó sobre sus labios y de repente el dolor de su ojo ya no era tan fuerte. Miro a Jeonghan que ahora se encontraba a un lado sonriendo y se le puso la piel de gallina. Sintió como una vez mas sus ojos se llenaban de lágrimas, pero ya no eran de dolor o tristeza, era su cuerpo tratando de equilibrar la alegría que sofocaba su corazón cuando pensaba en la maravillosa persona que lo defendía.

Terminado el receso se sentaron juntos el resto del día y fue Seungcheol quien buscó la mano ajena para sujetarla con firmeza durante las clases. Por primera vez en mucho tiempo el mayor se sintió protegido, y además era por un chiquillo que se veía 10 veces mas endeble que el mismo.

-Gracias por lo que hiciste, aún si fueron mentiras- susurro sin mirar al menor para evitar el regaño.
-No todas lo fueron. Protegiste a tu mamá y eso te convierte en el mas grande héroe para mi- ambos quedaron en silencio y una vez mas el pelinegro sintió que el corazón se le apretaba poco a poco.

No se necesitaron más que un par de días para que el padre biologico de Seungcheol se enterara de lo ocurrido. Presentó la denuncia y de inmediato ganó la custodia del muchacho y aunque no era un hombre demasiado cariñoso, amaba a su hijo y sabía que debía sacarlo de ahí. Para la desgracia de los muchachos, este nuevo tutor legal vivía en otra ciudad <<Lejos de Jeonghan>>

Cuando los muchachos se despidieron ninguno de los dos lloro. Se miraron unos segundos en silencio e intercambiaron unas palabras vacías. Aunque tenían mil fotos juntos el mayor observo detenidamente el rostro de su amigo para no olvidarlo jamás. A el no le importaba quedarse con esa horrible familia con tal de no perder a su amigo pero fue Jeonghan quien lo convenció. Cuando todo argumento había fallado le dijo que el mundo tenia que ser justo.

-Si te separan de mi Cheol, es para entregarte algo aún mejor. ¡Una buena familia! y creo que es el precio justo.

Cuando Seungcheol subió al auto y se despidió con un leve gesto de mano de la panadería, de sus dueños y de su amigo, estaba seguro de una cosa. <<No es el precio justo>>

                                     -----------------------------------------------------------------------

A veces, mientras Jeonghan lee un libro o garabatea en sus cuadernos, recuerda fugazmente a su amigo de la infancia. Una sonrisa se dibuja en sus labios y trata de imaginar que será de el después de que han pasado 10 años.

Always my heroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora