Los recuerdos aún me atormentan como si fueran ayer, ella, sus ojos verdes, su piel canela, su pelo negro aún están grabados completamente en mi mente.
—¡Idiota!–Me insulto a mi mismo golpeando la pared y casi rompiéndola.
La odio, la odio por haberme roto tan profundamente.
La odio, tengo que odiarla, sí, lo debo hacer.Enseguida el recuerdo de su sonrisa aparece en mi mente y suspiro.
—No puedo–Niego–¿¡Por qué no puedo olvidarte?!–Vuelvo a gritar tirando frustrado de mi pelo.
Ella me convirtió en lo que soy, un maldito famoso completamente amargado.
—¡Lissa!–Exclamo sonriente saludándola mientras me pongo mis gafas de culo de vaso.
—Hola, Justin–Su voz sonaba distinta.
—¿Pasa algo? Sabes que soy tu amigo y puedes contarmelo–Me dolía en el alma ser solo su amigo, no poder pasar esa barrera, ella me tenía completamente loco.
Un chico con chaqueta de cuero y tupé se acerca a Lissa y la coge de la cintura besándola, yo presencié esa escena, verdaderamente me dolió.
—¿Él es tu amigo?–Sonríe de lado mirándome.
—Él muere por mis huesos, solo es un empollón nerd–La bilis asciende por mi garganta y mis ojos pican mas por mis lágrimas aguantadas a medida que las palabras salen de su boca.
—Ya me extrañaba, mereces mucho más–Mi rabia aumenta, pero solo aprieto mi mandibula mientras veo como se van cogidos de la mano.
Maldita.
Mi cambio ha sido completamente brutal.
Ya no soy el inocente Justin de antes, no soy el feliz y simpatico Justin, solo soy...Justin, el infeliz, famoso y dolido Justin.
Mi fama es rara, nadie en Canadá sabe de mi existencia, me encargué yo mismo de ello.
—Prepara tu culo, y vaselina, querido yo del futuro–Me aconsejo y directamente voy a dormir.
••••••
Primer capítulo.
La historia transcurrirá con Justin como protagonista y mayor tiempo narrador.
¡Gracias!
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Vuelta a Canadá | j.b
FanfictionJustin, el famoso y amargado Justin, con un pasado tan doloroso como mil espinas. -¡Idiota!-Me insulto a mi mismo golpeando la pared y casi rompiéndola La odio, la odio por haberme roto tan profundamente. La odio, tengo que odiarla, sí, lo debo hac...