Capítulo 2

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—Roto–Mascullo.–Ya no soy inocente, no soy simpático, no soy de esos que cuentan chistes malos, no soy un empollón y mucho menos un perdedor–Suelto mirando directamente a Lissa–Solo soy Justin, el egocentrico, cínico, sarcástico, mujeriego y famoso Justin.–Elevo mi vista al cielo y me llaman al teléfono, lo cojo–Dime Scooter.

—Justin...–Oigo como gruñe–¿Qué narices hiciste ayer después de tu concierto?

—Ya estamos–Ruedo los ojos–Te lo diré claro, después del concierto me fuí de putas–Sam abre sus ojos y me encojo de hombros.

—Eso es un problema, Justin.

—¿Por qué es un problema? Yo puedo hacer lo que me de la gana con mi vida.–Gruño.

—¡¿No te das cuenta?! ¡Estás echando todo tu talento a la basura! ¡Justin, de verdad estoy preocupado por tí, desde que te conocí he intentando ayudarte! ¡Me es imposible!–Grita al teléfono.

—Es imposible hablar con un chico completamente roto–Sueno suave, tranquilo.

—Justin, debes superarlo, ¡ya!–Me dice.

—¡No puedo joder! ¿¡Sabes?! ¡ME HAS METIDO EN UNA PUTA UNIVERSIDAD DONDE ELLA ESTÁ!–Grito–Los recuerdos me inundan, y no puedo flotar–Jadeo colgando y me levanto cogiendo mi mochila.

—¿Pasa algo, Justin?–Pregunta Sam, cogiendome del brazo, le retiro su agarre.

—No te acerques a mí, Sam, no estoy de humor.–Suelto y me voy de allí, salgo a la entrada y enciendo un cigarro.

Doy una calada al cigarro entre mis manos mientras inevitablemente una lágrima corre rápidamente por mi mejilla izquierda.

De verdad la media me está destruyendo, otra vez, me gustaría poder decirles todo lo que me ocurre, decir que estoy completamente roto, no tengo sentimientos desde hace siete años, que rodeado de tanta gente me siento completamente solo.

Otra llamada entra en mi teléfono y ruedo los ojos antes de coger de nuevo la llamada.

—Bieber hablando–Contesto.

—¡Justin! ¡Necesito hablar contigo!–Suena la chillona voz de mi exnovia, Selena.

—Pues habla–Vacilo.

—¿Por qué, Justin?–Su voz suena rota, está actuando intentando hacerme sentir pena por ella.

—¿Por qué, que?–Pregunto seco, ignorando completamente su actuación y dándole otra calada al cigarro.

—¿Por qué te has ido a un prostibulo? ¿Es qué no soy lo suficiente? ¿Estas aburrido de mí? ¿Por qué me has engañado?–Pregunta de golpe.

—Oh dios, ¿enserio te lo tengo que volver a explicar?–Gruño–Selena. Tú y yo no somos nada, N-A-D-A ¿lo entiendes?

—P-Pero...yo te quiero...Justin, ¿me odias?–Vuelve a preguntar.

—Sinceramente, no te odio–Suelta un jadeo de alegría, sé que en este momento espera que le diga algo bonito, y sabemos que eso no va a pasar–Odiar es un sentimiento y yo no siento nada por tí.
Asúmelo Selena, lo nuestro terminó hace años, deja de intentar volver conmigo, no quiero tener nada contigo porque no quiero estar con nadie con la que no sienta nada–Le explico–Sabes que no soy de esos que jugaría con una chica, si no me interesa, para que entretenerme con ella.

Vuelta a Canadá | j.bDonde viven las historias. Descúbrelo ahora