Miserere (#Wattys2016)

15

El primer lugar para investigar ha sido la casa de Kevin. El ya estaba alli, lejos de estar sorprendido, abrió la puerta invitandolos a pasar.
-Sabe lo que e ha sucedido? - preguntó la asistente social.
-Puedo imaginarlo.- respondió Kevin.
-Se ha escapado.- dijo ella.
Kevin asintió con un gesto y se dirigió al salón, mientras dos agentes de dividían las tareas de búsqueda. Kevin miró disimuladamente por la venta y observó al detective que hablaba por teléfono, lo notaba nervioso.
La asistente, mientras tanto, observaba la casa.
-Vive solo?- preguntó.
-Perdón? - dijo Kevin, mientras volvía a concentrarse en ella.
-No es un interrogatorio, simple curiosidad.-dijo la mujer, bajando la mirada.
Kevin la miró, notaba simpleza en ella, sentía que simplemente hacía su trabajo.
-Si, vivo solo.- respondió.
Ella sonrió, y siguió mirando a su alrededor. En poco tiempo los dos oficiales se reencontraron con ella en el salón.
-No está aquí y tampoco e visto alguna señal de ella.- reportó el oficial.
El detective entró como si de su casa se tratara.
-Tampoco yo he visto nada.- dijo el segundo oficial.
-Muy bien, vamos. Tenemos que encontrarla antes de que le pase algo.- añadió el detective.
Kevin no pudo evitar despreciarlo. La asistente se acercó a él, mientras los demás se retiraban.
-Estoy sorprendida de que no estuviera aqui.- dijo.
-Hablaba en serio cuando decía que a penas la conocía de vista.-dijo Kevin, sin desviar la mirada de sus ojos.
-Algo en usted le dio confianza, y quizás usted crea que la ayuda, pero no es así. Si usted la cubre no hará más que crearle problemas y crearlos a usted mismo. Así que si vuelve, y sé que lo hará, póngase en contacto conmigo. -dijo la asistente mientras le entrega su tarjeta. La mujer salió de la casa, sin esperar una respuesta.
Kevin cerró la puerta con traba y espió desde atrás de la cortina hasta confirmar que los autos se habían ido.
Luego de alejarse un momento de la ventana se acercó para observar detenidamente, notando un auto que no reconocía
Vio a dos hombres dentro, estacionados casi fuera del alcanzd de su vista. Se alejó un poco, puso sus manos sobre su cintura y dio un respiro profundo.
-Idiotas. - dijo, sonriendo.