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Caminando por esos pasillos que sorprendentemente nunca había visto, no lograba entender donde podria encontrarla. Las puertas eran iguales, como de una prisión de máxima seguridad de la época media.
Un ruido despertó su inquietud y se acercó lentamente a la última puerta del pasillo. Apoyo su oreja y noto un gemido desesperado.

Atada y amordazada poco podía podía luchar. El peso de aquel monstruo le impedía moverse, y ya casi no soportaba más el dolor que sentía en el alma.
Decidió diseñar la sonrisa de su hermana en su mente, la podía abrazar de nuevo. Estarían de nuevo juntas, como debería ser. Si, es lo correcto.

La imágenes desaparecieron en cuestiones de milésimas de segundos. No sintió más la opresión sobre su cuerpo, finalmente podía respirar.
Kevin había rodeado con las cadenas, el cuello del director. Se tiro hacia atrás, sólo con su propio peso habría podido acabar con él.
Debra vio como el hombre estaba tratando de liberarse inútilmente. Si cara era cada vez más azul y los ojos casi se salían de sus órbitas.

El grito de la Policía al entrar no sustrajo a Kevin y tuvieron que pararlo entre dos personas.

La asistente social se acerco a Debra y la rodeó con sus brazos.

-Ya está, ya se acabó todo.- le dijo al oído.

Debra no hablaba, no lloraba, sólo estaba allí mirando a Kevin. El levantó la mirada, encontrando la de ella, sintiendo un alivio profundo.
Debra se liberó de la asistente social y se lanzó a los brazos de su amigo.

-Hey, pequeña... despacio- Dijo entre dolor y alegría.

La asistente social se puso de pie y se acercó a ellos. Un policía se acercó también y ayudó a Kevin a levantarse. Cuando estaba en pie tomó sus brazos y colocó en una de sus muñecas las esposas.

-Que hacen!?- gritó Debra, mirando a la asistente social.

Kevin le sonrío.

-No te preocupes, esta bien. -le dijo Kevin, tranquilizandola.
-No hacen falta, oficial. El vendrá voluntariamente a declarar.

El policía quitó las esposas y lo tomó del brazo.

-Nos vemos luego, pequeña.-dijo sonriendo.
-Vamos, Debra. Nosotras tenemos mucho que hablar...- dijo la asistente.

En la entrada del Instituto las luces de colores de los autos de Policía y de las ambulancias cegaban a cada uno que salía del edificio.
El cuerpo del director y del detective Ryan salieron en camilla, los dos estaban aún en vida.
En la puerta había un autobús al que estaban subiendo cada una de las niñas, luego de haber dado sus datos a los agentes. Estaban siendo transferidas a un lugar mejor.
Debra distinguió a Clara en la fila y corrió hacia ella, ignorando el grito de la asistente social.

-Sabía que estabas metida en todo esto...- dijo Clara, seria.- Gracias... compartimos habitación en el nuevo lugar?- continuó diciendo, con una sonrisa complice.
-Claro, y gracias a ti por ayudarme.- respondió Debra.

En ese momento vio como se llevaban en un auto de Policía a Kevin. El la miró a través del vidrio, y ella le sonrío.

-Tengo que volver, aún tengo que explicar varias cosas. Nos vemos.-Concluyó Debra. Y se alejó.

Miserere (#Wattys2016)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora