4. Espía N- 1

17 10 1
                                    

Mi primer trabajo como espía fue con un chico poco mayor que yo, lo tuve que seguir hasta Japon, según la información que la agencia me trasmitía iba a adueñarse del avión en el que viajábamos, pero para mi sorpresa no fue así, entonces me mandaron su historial:

Nombre: Zen Virtuz.
Edad: 20 años
Nacionalidad: Japon ( Narita Tokio)
Trabajo: gestión y administración de empresas ( obviamente falso)

Algo no cuadraba, ¿si era de Japon porque iba a secuestrar un avión que se dirigía allí poniendo en peligro a los pasajeros y a la gente de su país al aterrizar?, pero aun era mas raro que al final no hubiera secuestrado el avión.

De todas maneras yo tenía que seguir vigilando cada uno de sus pasos, por si tenía otro plan y porque como era mi primera vez tenía que practicar.

Pasé una semana detrás de él y aunque me sorprendía que no me descubriese me aburría, pero si llego a saber lo que tenía planeado...me quedaría quietecita.

Me dirigía al aeropuerto donde él había reservado un billete a Nueva York, pero mi sorpresa fue cuando me di cuenta de que no tenía pensado toman ningún avión, sino secuestrar el aeropuerto.

Al principio me quedé paralizada, primero por ver el arma que traía escondida en la enorme maleta y segundo por no entender porque un aeropuerto, pero pensándolo mejor...hay mucha gente, por lo que tienes muchos rehenes y si quieres pedir rescate, la policía se enteraría pronto y dadas las circunstancias tendrían que ceder porque mientras yo pensaba otros chicos se le unían con mas armas.

Aahh, que mala espía soy, tiene cómplices y ni me había enterado, pero puedo arreglarlo, ahora es el momento de demostrar mi entrenamiento.

Salí de la esquina donde me encontraba, con la ventaja de que justo tenía a uno de ellos delante mía, estaba de espalda, por lo que no me veía y al estar alejado de los otros no se enteraron de cuando lo noquee, lo arrastré de nuevo a mi esquina y como llevaba máscara se me ocurrió uno de mis planes.

Me puse su chaleco antibalas, su máscara y cogí el arma, así podía pasar por uno de ellos y me sería mas fácil pararlos.

Iba pasando cerca de cada uno, y cuando veía que los otros no prestaban atención o estábamos lo suficientemente alejados, los dejaba inconscientes porque no quería sobrepasarme, ya que se pudrirían en la cárcel.

Al final solo quedó Zen, y al darse cuenta de que los demás faltaban empezó una pelea cuerpo a cuerpo conmigo, él era mas fuerte, pero como me decía mi entrenador: la agilidad y la astucia valen mas que toda la fuerza junta.

Lógicamente salí vencedora, aunque costó lo suyo, él se quedó sin sentido y sangrando en el suelo mientras yo ayudaba a la gente a salir con calma y aunque estaba cansada tenía que ser rápida y desaparecer lo antes posible, no olvidéis que un espía nunca revela su identidad.

El PasadizoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora