Ningún secreto dura

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— Ariel, no hay nadie ahí afuera, si hubiera alguien, yo lo hubiera visto. Estás paranoica, quizás ahora hayas caído en cuenta de que estás rodeada de monstruos y sigues actuando como si fuera algo normal.

— ¡No estoy paranoica! Sé lo que vi y había alguien afuera. –Ariel siguió insistiendo hasta que miró hacia el lado de Blake y escuchó.

— Esa chica puede verme Blake, quizás sea quién buscamos, puede que sirva para el sótano y lo otro que tengo planeado... –le dijo Emrys a Blake.

— Drake... –Ariel agarró a Drake por el brazo halándolo hasta ir a su cuarto– Lo siento, te creo, tú hermano no es quien parece.

— ¿Ahora me crees? Ariel, aun así, que subamos a mi cuarto, él pudo escucharnos en otras circunstancias. Al menos, estás en una casa de vampiros y tomamos medidas para tener privacidad.

— Blake, ellos quieren ir al sótano. Tenemos que ir antes que ellos, ¿vale?

— ¿Al sótano? ¿Por qué al sótano?

— Algo se debe de estar ocultando ahí, ¿no? Nadie puede entrar, ningún monstruo, quizás yo siendo humana, pueda entrar.

Blake se despidió de todos y salió de la casa, dijo que tenía cosas que hacer. Ya era tarde así que Drake reunió a sus amistades en su cuarto y comenzó a explicar que harían.

— Como ustedes saben, el sótano de la escuela ha estado sellado y está prohibido entrar... Ariel tiene un presentimiento así que... Nosotros entraremos.

— ¿Estás loco? Ese lugar me da escalofríos y ¿qué ganaríamos entrando ahí? –preguntó Caleb.

— Bueno, Caleb, mi querido amigo de anteojos flotantes del cual me olvido a veces de que existes... El sótano contiene algo especial, un objeto el cual puede concederte cualquier deseo.

— Si me puede conceder cualquier deseo, ¿por qué nadie ha querido entrar y cómo tú sabes esta información Drake?

— Bueno eso es porque... –dijo Ariel mientras miraba todo el cuarto de Drake hasta que se le apareció una idea– Un libro, lo leí en un libro prohibido el cual libro desaparece cuando lo lees.

— Oye... Tiene sentido... –dijo Caleb completamente convencido mientras que Drake y Ariel quedaron sorprendidos.

— Quizás "Casper" aquí les crea esa excusa barata, pero yo nunca he escuchado de un libro que desaparece cuando lo lees. Además, solo los monstruos tendrían un libro así, no ningún humano. —dijo Kiaraliz mientras que Drake y Ariel quedaron sin ideas de que decir, hasta que de pronto, ocurrió un milagro.

— Drake, si tropiezas con algo por ahí, es un libro que dejé en tu cuarto. ¡Al parecer desaparece justo cuando lo lees! —dijo Drácula y todos en el cuarto quedaron completamente atónitos.

— Vale, los ayudaremos, bajo una condición. –dijo Daniel– Drake debe de dejar a su hermano quieto en el transcurso.

— Por supuesto, no nos toparemos con él. -dijo Drake.

Al día siguiente se dirigieron a la escuela, debían de ir a la hora de almuerzo, ya que son las únicas dos horas que tenemos libre ya que el maestro de matemáticas no aparece, lleva un tiempo desaparecido, ni siquiera fue al primer día de clases. Tomaron las primeras clases y se dirigieron al comedor. Al llegar al comedor, Ariel y yo reunimos a nuestros amigos, nos dirigimos al sótano y al llegar a la puerta, intentamos abrirla, pero ninguno pudo.

— Drake, esto es estúpido, no podemos abrir la puerta, Reidaz desapareció y tu querida amiga se fue. –dijo Kiaraliz sentándose en el suelo molesta.

— Ella fue al baño, regresará ahora. La puerta abrirá, buscaremos una forma de abrirla.

— ¿Alguien hablaba de mi mientras estaba en el baño cierto? Olvídenlo, ¿por qué no abren la puerta? –dijo Ariel mientras abría la puerta del sótano como cualquier otra puerta sin seguro.

— ¡¿What the fuck?! ¡La abrió! -dijo Caleb mientras aplaudía.

— Em sí, no tenía seguro...

— A penas llegó y ya nos ayudó en algo. –dijo Drake.

Entramos al sótano hasta llegar al final donde había una pequeña cueva. Una puerta de piedra con rubíes, esmeraldas y diamantes estaba frente a nosotros. Cada uno intentó abrirla, pero la puerta ni se movía. Incluso romperla y, aun así, nada.

— De nuevo, no podemos abrirla Drake. –dijo Daniel golpeando la puerta de piedra.

— Bueno... Ariel, intenta tú.

— Vale...

Ariel apenas tocó la puerta y ésta se movió un poco, no pudimos ver qué había más adentro, la oscuridad era tan intensa que te devoraba los ojos. Pero algo estuvo mal. Algo salió, algo que nos consumió. Comenzaron a transformarse, todos y cada uno en nuestro alterno.

— ¡Ariel, corre, huye de aquí, esto no es normal que nos pase y si nos transformamos nadie podrá controlarse! —dijo Kiaraliz

Ariel mantuvo su posición firme no estaba asustada, intentó cerrar la puerta. Ariel estaba corriendo peligro, la transformación de Drake había terminado y uno de sus mayores secretos salió a la luz. Sus ojos se tornaron rojos y brillaban, sus colmillos salieron a la luz y algo más se había liberado, Drake era un vampiro que podía utilizar magia. Daniel ya había terminado su transformación, un lobo gigantesco de siete pies de altura y diez pies de largo. Atacó a Ariel y la derrumbó al suelo, tenía sus patas aplastándole los brazos a Ariel, ella intentó hacerlo entrar en razón, pero él no pudo controlarse, puso sus dientes en el cuello de Ariel, a punto de morder y comerse su cuello, Ariel sintió miedo y comenzó a gritar y sus lágrimas bajaban como ríos en sus mejillas. Kiaraliz tenía una apariencia similar a Drake. Ella atacó a Daniel, pero tampoco fue para ayudar a Ariel, era para ella devorarla. Comenzaron a atacarse entre sí. Drake parecía luchar consigo mismo, tratando de tomar control hasta que de pronto, Kiaraliz y Daniel se unieron para devorar a Ariel. Drake logró cobrar conciencia por un momento y le lanzo un hechizo a Ariel para agarrarla y lanzarla fuera del sótano y le dijo que cerrara la puerta y buscara a su padre. Drake perdió conciencia luego de ese momento...

Blood BornDonde viven las historias. Descúbrelo ahora