Entre tu vida y la mía - EXTRA

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Ariel

— Está bien, pero no entiendes lo que intento decirte. Mejor dejemos el tema y ya. – le dije a mi ex-novio por teléfono.

— No es que no entienda, sé por qué me dejaste, pero lo que no logro comprender es el hecho que me dejaste porque nunca sentiste nada por mí.

— Fue un reto estar contigo... Layan sabía, pero no podía decirte. Creo que es mejor no hablarnos más nunca...

— Entiendo Ariel, no te preocupes. Sinceramente espero que encuentres a tu príncipe azul algún día. Si ese verdaderamente no soy yo, espero que encuentres alguien que te amé mucho más que yo y te brinde todo lo que desees. Si algún día necesitas algún amigo aquí estoy.

— Gracias Basín... Muchas gracias por entender. Tampoco es como si necesitase de alguien en realidad...

— Por supuesto, deberías de ir preparándote para tu nueva escuela.

— ¡Cierto! ¡Ya es tarde! Ni siquiera sé el nombre de la escuela ni nada por el estilo. Adiós, cuídate Basín.

— Igual, mándale saludos al pequeño príncipe de mi parte. Creo que lo conocerás pronto.

Colgué la llamada y salí corriendo hacia la sala, ya me había bañado y arreglado, pero bueno, me quedé usando el celular y se me fue la noción del tiempo. Al bajar las escaleras me encontré con mi hermano. James era algo idiota, ¡literalmente! Digamos que apenas se sabe amarrar los zapatos. Bueno, estaba desayunando huevos revueltos, un pedazo de tocino, un postre raro y jugo de china. Mientras tanto, mi hermano, me preparó a mí un emparedado de mantequilla expirada de maní y mermelada de frambuesa. No me lo comí. Ni loca.

Iba a despedirme de mi papá, pero bueno, está en su celular metido hablando con alguien. A veces sospecho que se le está siendo infiel a mí mamá, pero bueno, los veo siempre felices y por alguna razón mi madre no le molesta cuando desaparece por semanas. Yo lo amo, pero no puedo dejar de pensar en lo peor en esta familia alocada. Bueno, mi mamá estaba afuera recogiendo las hojas del patio, el árbol del vecino de enfrente aún no cortaba ese inútil árbol, me molesta solo porque mami luego tiene que pasar mucho trabajo recogiendo las hojas al frente. Mi papa dijo que hablaría con el vecino, pero no lo ha hecho aún, mi hermano dijo que hablaría con alguien de autoridad para que se encargaran del asunto, pero no, ni siquiera sabe dónde dejó su cabeza botada, pero mis padres creen que él está completamente bien mentalmente, el caso no es ese, ¡es que es demasiado bruto!

Bueno, debo salir de casa. Antes de salir tropecé con los zapatos de mi hermano y terminé plantada de cara en el césped del patio. Suerte que aún no han hecho el camino de cemento de la puerta de atrás, si no, para el hospital se ha dicho. Salí corriendo hacia la parada de autobuses, ¡había dos! ¡¿Cuál de las dos será?! No me atrevía a preguntarle a nadie, pero un chico me llamó la atención de cierta forma y le pregunté a él sí sabía algo. Era algo pálido, bastante y parecía mayor de edad, pero tenía una mochila así que debía de ser de último año.

 Era algo pálido, bastante y parecía mayor de edad, pero tenía una mochila así que debía de ser de último año

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— Disculpa, ¿sabes cuál es el autobús que irá a Fresh Year High? –le pregunté al chico mientras su mirada enferma y pervertida miraba hasta los rincones de mi cuerpo y luego hasta los horizontes de mi alma. El silencio era bastante incómodo, estaba a punto de montarme en el autobús equivocado hasta que contestó por fin.

— Sí, por supuesto, aquí es. –dijo mientras sudaba mirándome. Ya este chico me da mala espina, si no fuera enormemente apuesto, me hubiese ido hace rato. Me quedé observando sus ojos, pero vi algo más, su mirada no era enferma, extraña pero no me miraba con las intenciones que pensaba.

— Gracias. –intenté contestarle con voz firme lo más que pude y comencé a mirar mi celular ya que Basín me había enviado algo. Cuando estaba a punto de contestarle, ¡mi celular de pronto se apagó! ¡Odio cuando eso sucede! Comencé a pegarle con la palma de mi mano para ver si lograba encender.

— Al parecer se te ha quedado sin carga. ¿Necesitas el mío? –me dijo de forma la cual me molestó mucho, tanto que sonrojé un poco, su actitud no me gustaba. ¡Como si se pudiera acercar a cualquier chica como si nada! Acerté con mi cabeza y le agradecí y comencé a llamar a Basín.

El autobús llegó y me monté rápidamente en él. Si el chico cree que puede hablarme como cualquier chica de por ahí, me llevaré su móvil a ver si con eso aprende algo. Al sentarme, vi que me estaba mirando, me sonrió y yo incómodamente hice lo mismo. Me acomodé en mi asiento y una chica un poco rara se sentó al lado mío. Había algo raro de este autobús, el simple hecho de estar sentada aquí me da escalofríos. Dejé el celular del chico caer sin querer y me bajé a buscarlo entre mi asiento. Sentí algo raro en el autobús, algo en la velocidad que iba y otra cosa. Cuando me levanté vi monstruos en el autobús, pero al parpadear vi todo normal. Al parecer, de los que vi que parecieron no transformarse, ninguno vio nada así que me quedé callada. A lo mejor era mi imaginación. Al rato algo nos pasó por el lado a una velocidad increíble que movió el autobús, pero bueno, lo ignoré porque los autos hoy en día y la gente que los conduce aceleran demasiado y van a velocidades extremas. Al llegar a la escuela sentí que todo cambio, fue algo increíble. Como si estuviera en otro mundo. Ya me está gustando esta escuela, no sé cuánto tiempo estuvimos en el autobús, pero hasta el cielo es diferente. Algo me hace sentirme bien de este lugar.

Blood BornDonde viven las historias. Descúbrelo ahora