Blood Born

La Metropolis

Ariel POV

Luego de Riven... Nos dirigimos a Naitopia con nuestra nueva acompañante Erika. El alcalde Abel no pudo prestarnos el apoyo del pueblo pero nos presto a su hija la cual ahora está sobrecargada del poder que le brindó su padre. Abel nos entregó tres regalos, a Drake le dio la habilidad de poder usar su "magia" sin usar su esencia de vida, Drake es capaz de utilizar otros elementos como agua, fuego, aire y tierra, pero el usar este grandioso poder, crea que su propia vida sea acortada drásticamente. Hasta hoy en día, Drake solo podía mover cosas, transformarse en murciélago o volar sin sus alas.  El regalo de Abel no es permanente pero servirá durante mucho tiempo o eso esperamos... Aún no entiendo como es que el puede usar magia... Es un misterio al igual que Reidaz... El otro regalo fue a Erika, la cual su padre le brindo su propio poder, tampoco es permanente pero servirá durante la lucha. El último regalo fue a mi, un brazalete el cual me protegería de la oscuridad... Soy una simple humana por el momento... ¿No me pudo brindar poder, un arma o un artefacto? Dice que soy hija de Zeus, cierto pero no soy semi-diosa hasta que muera, que la sangre despierta completamente, a penas tengo una cuarta parte de mi sangre activa por la presencia de mi padre, eso no me ayuda en nada. Pero bueno, una bruja sobrecargada, un vampiro con un poder semejante a los dioses, un lobo humano, un chico invisible, una vampira y un misterio... y por supuesto una humana inútil... ¿Qué podría hacer...?

— ¿Ariel? ¿Estás bien? –preguntó Kiaraliz.

— Si... Estoy bien... –dije mientras bajaba la vista.

— Oye, entiendo si tienes celos por Erika. Se conocen desde muchos siglos atras, yo misma no había conocido a Drake para ese tiempo. –dijo Kiaraliz mientras me abrazaba con una mano intentando consolarme.

No le contesté a Kiaraliz, también sentía celos de ella, pero lo mas que me tenía preocupada era el hecho que todos son poderosos excepto yo... Soy un estorbo para todos...

Seguimos directo a Naitopia, estaba más arriba de Reven. Este camino era más turístico que el de Riven, el pueblo de las brujas. Naitopia, según el resto lo describe, es una metrópolis, rascacielos en todas partes, vehículos de gran magnitud, autobuses, motos, carros, de todo e incluso vehículos aeros. Según ellos, todas las especies están aquí bajo el reinado de Queen, la reina de Naitopia. A pesar que Naitopia es su propio pais, ella no se considera gobernadora sino que la reina, tal como su nombre es en inglés.

Luego de varios minutos de caminar y evitar los comerciantes viajeros durante el camino, llegamos a las puertas de Naitopia. La metrópolis estaba cubierta de unas paredes casi imposibles de ver el tope y unas puertas de hiero con unos gigantes asegurandolas. Me quedé pasmada al ver esas dos torres de carnes andantes.

— Chuck, vinieron siete hormiguitas. –dijo el gigante de la izquierda.

— Son seres Duck. –aclaró el gigante de la derecha.

— Deseamos entrar a la ciudad. –gritó Erika.

— Lo siento, sin un sello, no pueden entrar. –contestó Duck

— Yo soy su sello, soy la hija de Abel "El Oscuro". –contestó Erika mientras levantaba su mano y un sello se formaba en el cielo.

Los gigantes rindieron reverencia y abrieron las puertas para darnos paso. No sabía que Erika era tan importante, aunque Drake es hijo de Drácula y él es el alcalde, gobernador o lo que sea de Lainat, pero algo me decía que Abel es más de lo que pensaba.

Al abrir las puertas, un resplandor me cegó la vista hasta que mis ojos se acostumbraron a el. Naitopia, parecía una ciudad futuristica, aún tenía el concepto moderno pero algunas cosas eran simplemente fascinantes. El hecho de que la calle era brea y la acera era de cemento, no impedía que te quedaras observándola impresionada, ya que luces salían de la calle y la acera, como si a pesar de ser esos materiales, parecía cristal ya que podías observar una corriente de electricidad, luz o lo que fuera eso, recorrer toda la ciudad. Diferentes corrientes de diferentes colores, recorriendo la ciudad de forma organizada.

— Espera Chuck, esos que van con ellos no son...

— ¡Si! Duck, saca tu lanza. –dijo Chuck mientras sacaban sus lanzas y las apuntaban al cuello de Drake y Daniel mientras ambos alzaban sus manos.

— ¿Qué sucede aquí? Ellos están conmigo. –declaró Erika.

— El jovencito Drake y su lobo son prohibidos de entrar a Naitopia.

— ¿Por qué? ¿Qué hicieron? –preguntó Erika mientras se paraba frente a nosotros.

— Intentaron asesinarnos un tiempo atrás. –contestó Duck.

— ¡Ustedes nos intentaron asesinar a nosotros! Lo que hice fue defendernos. Dejen pasar a Daniel, el no hizo nada. Yo me quedaré atrás. Los veré luego. –contestó Drake mientras me dio una nalgada y siguió caminando lejos de Naitopia. Odio que me hagan eso y este murcielaguito lo acaba de hacer luego de lo que me hizo pasar anoche.

Al entrar noté algo en la calle, algo diferente, no parecía ser electricidad lo que andaba debajo de las calles.

— Esas corrientes que vez, son personas. –dijo Erika mientras se ponía un gorro clásico de bruja, los cuales los humanos usan en halloween.

– ¿A qué te refieres con personas?

— Al rededor de la ciudad hay unos tubos con una plataforma metálica, esos tubos son un campo atómico el cual reduce tu cuerpo en partículas y las envía a su destino en la ciudad en cuestión de segundos.

— ¿Eso no sería doloroso? –pregunté mientras me abrazaba a mi misma.

— Ni te das cuenta en realidad.

— Erika, pensé que el hecho de brujas usar gorros puntiagudos era una estereotipo de los humanos. –dije de forma burlona.

— Exacto y nosotras las brujas odiamos eso. Por eso es que nadie se daría cuenta en esta ciudad de que soy una bruja ya que tengo el gorro puesto, ya anuncié mi nombre en la entrada, no necesito que el resto de la ciudad se entere.

Me molesté de la forma en que me contestó, haciéndose ver más lista que yo, pero supongo que tiene razón. Reidaz, Daniel y Caleb fueron a comprar suministros para el siguiente viaje, mientras Kiaraliz, Erika y yo, nos dirigíamos a donde se encontraba Queen. Para mi parecía un capitolio pero Erika dice que Queen lo llama su castillo, al entrar pudimos ver decoración de diferentes épocas, incluso cosas que parecen ser de un futuro distante en mi mundo. Al parecer las regiones se basan en diferentes épocas y mundos, ya que Reven parece ser un pueblo basado en halloween y Lainat parece ser basado en el mundo actual humano.

De la nada, una inmensa porción de poder nos abrumó y una especie de portal se abrió frente a nosotros haciendo volar todos los papeles de la secretaria. Al todo calmarse pudimos ver que salía del portal, era el idiota de Drake. Al parecer encontró una forma de entrar aquí con su magia pero parecía algo agotado por hacerlo. Al pasar por la secretaria de Queen, entramos a la oficina de Queen, la cual se encontraba durmiendo en su escritorio. Nos miramos a ver quien la despertaría hasta que Kiaraliz decidió hacerlo. Kiaraliz se acercó y le tocó el hombro, al hacer esto, una onda expansiva se liberó del cuerpo de Queen y Kiaraliz salió volando directamente a la pared detrás de nosotros. Esto enfureció a Kiaraliz y se acercó rápidamente para atacar a Queen pero Drake la detuvo antes de que cometiera un grave error. Queen se levantó mientras se restregaba los ojos con sus manos por el sueño. Mientras ella hablaba cosas que ni escuchamos, nosotros quedamos atónitos con lo que estábamos mirando.

— Oye, les he preguntado que es lo que quieren, ¿por qué no contestan? ¿Qué miran?

— Eh... ¿Queen? –preguntó Erika.

— ¿Aja? Si entraron aquí supongo que deben de saber quien soy.

— P-po-por supuesto Queen, pero... Te vez distinta... –Erika respondió con miedo.

– ¿A qué te refieres? –dijo Queen mientras se acercaba a nosotros y nosotros bajamos la vista para poderla mirar a los ojos– Oye, han crecido mucho, me alegro mucho de eso.

— B-b-Bueno... Pareces una chica de elemental... –dije nerviosa por como reaccionaría.

Queen cogió un espejo en su mano y al mirarse, dio un grito el cual por poco nos explota nos tímpanos. Al parecer alguien maldijo a Queen y supongo que nos tocará a nosotros ayudarla si queremos su ayuda.