Todo por ti... Menos eso... - EXTRA

119 18 0
                                    

Drake POV

Luego de ver al alcalde decidimos quedarnos en Riven hasta la mañana siguiente. Nos quedamos en la casa de Erika, en la cual las chicas se quedaron en un cuarto y nosotros en otro. Me desperté a mitad de la noche para ir por un trago, Erika me hizo el favor de buscar bolsas de sangre. Como saben, mi mundo está libre de humanos, así que me alimento de los animales y de las personas sobrenaturales de este mundo. Erika me hizo el favor de crearme bolsas de sangres artificiales creadas con un poco de la suya y su sabor. Las guardó en la nevera para que se mantuviesen en perfecto estado. Al bajar las escaleras e ir a la cocina, me encontré con Ariel en la sala, estaba intentando de averiguar como poder usar su brazalete pero al parecer nada de lo que ella hacía le daba resultado.

— ¿Qué quieres Drake? No estoy de humor para tus idioteces. –dijo Ariel mientras seguía intentando canalizar energía como su padre le había enseñado para cuando su poder despertara.

— Quizás estés de humor para otra cosa. –dije de forma burlona.

 –dije de forma burlona

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

— Enfermo... Si vienes a fastidiarme es mejor que te vayas. –dijo Ariel molesta.

— No, solo vine a tomar algo antes de que Kiaraliz se lo beba todo. –dije mientras abría la nevara, tomaba la bolsa de sangre y empezaba a tomármela, mientras que Ariel me miraba de forma curiosa y confusa.

— Drake, ¿en serio nunca haz tomado sangre de un humano? ¿No se supone que sea parte critica de ser un vampiro? ¿Los vampiros fueron humanos alguna vez no?

— Si... Supongo que si... Mi padre... Fue uno de los primeros vampiros, eran cuatro en total. Fueron creados en el mundo humano, una bruja los maldijo y puso una maldición eterna en ellos. De ahí salieron los vampiros. Lo mismo sucedió con los hombres lobos y si, fue la misma bruja. Mi padre al ser uno de los primeros, él encontró que los vampiros necesitaban sangre humana para vivir, pasaron siglos y siglos alimentándose de los humanos, mi padre incluso tuvo su propio reino antes de llegar a este mundo el cual llaman "El Mundo de los Libros". Sucedió algo con mi padre y los Vels... Esto hizo que lo expulsaran a este mundo, de ahí en adelante, mi padre, aún joven, estudió en un lugar llamado "La Vieja Republica" donde incluso los Xylei y los Xecons vivían en armonía y aún no estaban extintos. Mi padre comenzó a estudiar en este lugar a todas las criaturas en este mundo, su meta era saber de todas ellas y saber de cual nos podemos alimentar. Los vampiros no pueden tomar sangre de la mayoría de las especies aquí, quizás una bruja que otra y uno que otro lobo que se encuentre por ahí pero no era suficiente sin matarlos a todos. Mi padre para detener la masacre de sus compañeros primeros, decidió crear a Lainat, donde todas las criaturas van a dar sangre para controlar a los vampiros, hasta hoy en día que todos son civiles de cierta forma.

— Entonces.... ¿Es cierto que la luz del sol los puede matar a ustedes?

— Si pero yo... –dije algo nervioso de contestar.

— ¿Tú? ¿Tú que...? Oye... Usaste magia para protegerme... ¿De cuando acá los vampiros pueden usar magia...?

— Ariel es muy tarde... Podemos seguir esto otro día, buenas noches. –dije dándole la espalda a Ariel, dirigiéndome a mi cuarto.

— ¡Espera! –dijo Ariel mientras agarraba mi brazo– Supongo que si nunca haz tomado sangre humana, nunca haz transformado a alguien, ¿cierto?

— Cierto...

— Por curiosidad... ¿Una semi-diosa puede ser convertida y eso detener que muera verdaderamente y transformarse en vampira?

— Supongo pero... –dije mirando seriamente a Ariel– Ni sueñes que te convertiré a ti. Irás con tu padre y se acabó. –dije deseando haber dicho que si.

Pude escuchar como el corazón de Ariel se aceleraba, pude sentir como su respiración se hacía difícil y como se quedó casi sin voz. Al parecer mis palabras la lastimaron, al parecer ella no quiere irse al Olimpo con su padre... Para siempre... No puedo dejar que se quede conmigo... Zeus, Tainy y la madre de Ariel no me perdonarían si algo le sucediera a ella...

— ¡Idiota, estúpido, imbécil! ¡Jamás te pediría algo así! ¿Tu? ¿Tocarme a mi? ¡Sigue soñando murcielaguito! –dijo Ariel mientras se recostaba de una pared mientras caía al suelo en llantos. Pude escuchar como lloraba a pesar que intentaba hacer silencio... Pude escuchar su mano pasar por su rostro y su cabello secándose las lagrimas y entrando en crisis como si le hubiera roto el corazón... Lo siento Ariel...

Blood BornDonde viven las historias. Descúbrelo ahora