Capítulo 10: Cursilerías.

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Holiiss! ¿Que tal todo este tiempo? Espero que esteís bien, yo después de esta mega super vacaciones estoy más relajada y tranquila aunque con falta de inspiración, y he decidido establecer que todos los martes publicaré un nuevo capítulo (quizás y solo quizás pueda llegar a ampliar esto y publicar dos veces a la semana, pero no creo). Por cierto algo importante que decir y que me ha enervado y cabreado durante media valiosa hora que podía haber escrito, es que en mi procesador de textos (porque prefiero escribir desde allí) cuando pegas algo (ya que en mi blog a veces tengo pequeños estractos de la novela que se me ocurrieron) se bloquea y se cierra. Así que olvidada como yo misma lo pegue y un trozo de lo escrito sin guardar se fue a la mierda, y me enerve pero lo peor, es que al abrirlo de nueov y escribir ese parrafo se me volvió a olvidar e intente ¡volver a pegarlo!y que paso que se fue y al abrirlo el cabron del procesador había borrado UNA HOJA ENTERA, así que cansada y deprimida y enervada y de todo comence de nuevo y bueno... no llegue hasta donde quería llegar que era un poco más, así que aquí os dejo lo que he podido restaurar del borron y un pedacito más de inspiración. Jo :( ya me ha deprimido para toda la noche, así que bueno, besitos, se que no es muy largo ni muy laborioso pero es lo que podido hacer para iniciar de nuevo esto de escribir que ya tenía ganas de cojer de nuevo el procesador de textos.

*¡BESITOS, BYE, EXTRELLITA, COMENTARIOS Y TODOS LOS MARTES AQUÍ!*

Capítulo 10: Cursilerías.

Abrí los ojos lentamente temiendo que me iba encontrar. Sin embargo su característico atractivo olor y su respiración acompasada con los latido de mi corazón consiguieron tranquilizarme. Estaba postrado en la cama de la manera más extraña posible. Su brazo caía por el borde de la cama y su lengua estaba fuera de su boca. Parecía que incluso durmiendo, aquel hombre de hace apenas un mes, siguiese intentando sacarme una sonrisa. En verdad, y aunque no lo querría admitir, a su lado sentía cierta paz y tranquilidad, y más aún, después de haberme arrancado de las manos de un violento psicópata. Me gustaba pensar que le veía como aquel hermano que siempre quise tener, sin embargo, los hermanos no se besan, ni tampoco les gusta el beso. Me sentía atraída por él, era indiscutiblemente atractivo, ¡Que mujer no se sentiría atraída por él!. Pero eso solo eran meras excusas para intentar negar algo que ni yo misma sabía que era.

Me aterrorizaba el echo de tener que sofocar mi risa cada vez que me giraba para verle dormido, porque tenía miedo de que algún día el tampoco estuviese. Me deshice de las sábanas, y al abrir la puerta de la habitación pude escuchar una conversación pacifica en el salón entre mis padres. Sin querer arruinar aquella bandera blanca, seguro establecida por muy poco tiempo, me quede encerrada entre aquellas cuatro paredes con Ted haciendo el inútil hasta dormido.

Su aroma tan peculiar podría olerse desde aquí, y no es que fuese un perro con claros indicios de nivel alto de olfato, es que era tan seductor que no podías dejar de querer olerlo. 

Muchas veces he oído hablar sobre el amor a primera vista, y siempre he pensado que lo único que existía a primera vista era la atracción. Bastantes personas han querido demostrar con experiencias personales ese hecho, pero ya no creo en los culebrones de finales felices y ni mucho menos en las cosas a primera vista. Sin embargo, una persona un día me explico, que el amor a primera vista solo se deja llevar por el olfato, por la esencia de uno mismo. Que hay a veces que el olor corporal de una persona nos atrae de tan sobremanera que nos hechizamos y creemos estar enamorados.

Lo único que me salvaba, es que por lo menos estaba segura de no estar enamorada del tonto de Ted.

Antes de que se me pasase la hora, y lastimamente rompiendo con aquella carta blanca entre padres comencé a vestirme para ir a la universidad. Abrí las dos puertas del gran armario que ocupaba una buena parte de mi habitación y me deshice de la ropa interior. 

El amor es para tontosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora