Hundido en las profundidades de una negra y amarga desesperación, Naruto estaba de pie ante la chimenea, mirando fijamente las llamas. Ya no la podía retener por más tiempo, no sin poner en peligro su vida. Ya era suficiente con que tomara la misma esencia de su vida. No tomaría su alma, también.
¿Pero, como podía dejarla marchar? A menudo había invadido sus sueños, perdiéndose en su dulzura, en su pureza. Gracias a sus sueños, podía caminar de nuevo a la luz del sol, sentir su calor en su rostro. Podía ver el mundo iluminado por la luz, en lugar de la oscuridad. Caminando a su lado, podía fingir que era humano de nuevo, un hombre.
Ahora estaba soñando y en sus sueños le llevaba por la orilla de un río azul brillante, deteniéndose para recoger un ramillete de brillantes amapolas, pasando cuidadosamente a través del agua brillante por el sol, y él caminaba a su lado, sintiendo la luz en su rostro como una bendición.
Apartó su mente de la de ella. Era peligroso dejar que sus pensamientos se mezclaran con los de ella. Se le hacía cada vez más difícil controlarse, mantener sujeta su hambre, separar su diabólica sed de su deseo. No podía, no lo haría, no la profanaría
Con un suspiro, se volvió de espaldas al fuego.
Esta noche sería la última vez.
Estaba allí, al lado de su cama, la misma forma oscura que había venido a ella tantas veces antes. La capa de terciopelo negro delineada en seda azul ondulaba a su alrededor, como las alas de un cuervo. No podía ver su cara, pero reconoció su toque.
Notó como sus labios se movían por su frente, sus mejillas, su sien, rozándola con el calor de su lengua, dejando un camino de fuego mientras se deslizaba hasta su cuello. Apartó su cabeza hacia un lado, sus manos asieron sus brazos, sus párpados se cerraron extáticos al raspar sus dientes su carne blanda.
Oyó su gruñido bajo, como el de un lobo, sintió el doloroso mordisco de sus dientes, seguido por el toque de su lengua acariciando su cuello. Y luego llegaron las palabras, palabras raramente familiares, la voz agradable e hipnótica que la atraía profundamente hacia la oscuridad del sueño, del olvido....
Sakura se despertó con un grito, sentándose de golpe en la cama. Pasando su mirada alrededor del cuarto.
Era el amanecer, y estaba sola.
Pero el sueño le había parecido real. Subió una mano temblorosa hasta su cuello, aterrada de lo que encontrara. Su aliento salió de sus pulmones con un suspiro de alivio cuando sus dedos solo encontraron suave piel.
Débil por el alivio, cayó hacia atrás sobre las almohadas. No había marcas de dientes en su cuello.
Después de todo, sólo había sido un sueño.
Despertó al oír el sonido de un golpe en su puerta. Su primer pensamiento fue que era Naruto pero oyó a Jiraiya pedir permiso para entrar.
-"Sí, entre" dijo.
-"Buenos días, señorita," dijo Jiraiya con voz cuidadosamente modulada.
-"Buenos días. ¿Ocurre algo malo?".
-¿Algo malo? No, señorita. He venido a informarle que Lord Naruto ha previsto que viaje a París".
-"¿París? ¿Pero, para qué?".
-"Debe estudiar allí. Parece que Lord Naruto cree que yo ya le he enseñado a usted todo lo que podía. Desea que aprenda algo más que a leer y a escribir. Desea que aprenda etiqueta y otras artes femeninas".
Sakura sólo podría clavar los ojos en él. Que ella supiera, ninguna mujer en su pueblo había recibido una educación tan formal, sólo unas cuantas afortunadas sabían leer y escribir sus nombres.
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Deeper Than The Dark
FanfictionÉl siempre había amado la noche. Sus pasatiempos favoritos - la bebida, los juegos de azar y la compañía de bellas mujeres- que transcurrían preferiblemente durante las horas nocturnas. Los mejores momentos de su vida los había pasado en salones d...