Durante un tiempo, pareció como si ella fuera a recobrarse. Su apetito había aumentado. Se levantaba de la cama durante periodos de tiempo cada vez más largos; Le pidió a Uchiha que la acompañara hasta el laberinto donde pasaba horas contemplando los rosales, y las estatuas del cuervo y el lobo.
Allí parecía que se sentía en paz y durante un tiempo, Uchiha creyó que ella había aceptado el hecho de que Naruto se había ido. Ahora, pensaba, ahora vendrá a mí y podemos empezar nuestra vida juntos.
Pero no fue así.
Sin razón aparente, y repentinamente empezó a debilitarse cada vez más. A medida que pasaban los días cada vez estaba más débil. Su madre y sus hermanas vinieron a verla, le traían dulces que tentaran su apetito, haciéndole te caliente, sonriendo sin ganas mientras le contaban noticias sobre el embarazo de Tenten, esperando que el pensar en una nueva vida la sacaría de las profundidades de su desesperación.
Pero todo fue en vano. Ella los miraba con ojos sin vida al mismo tiempo que les aseguraba que pronto estaría mejor.
Uchiha llamó a su médico, pero el hombre sólo negó con la cabeza, afirmando que su mal no era físico.
Tsunade llamó al sacerdote, quien primero puso una mano sobre la cabeza de Sakura, y luego se apartó prometiendo que encendería una vela y rogaría por el bienestar de su alma.
-"Ella desea morir". Tsunade se levantó del lado de la cama de su hija, mirando fijamente su pálido rostro.
Uchiha asintió. -"Me temo que tiene usted razón, señora". Maldijo suavemente, preguntándose si cuando Naruto la abandonó había previsto que esto ocurriría.
-"Todo es por culpa de ese monstruo," dijo Tsunade cruelmente. -"Le ha echado una maldición.
Uchiha iba a empezar a objetar algo. No creía en la magia fuera blanca o negra. Pero pensó en todos los rumores que había oído acerca de Naruto, las habladurías, las especulaciones. Alguna vez, se había reído de todo eso no haciéndoles caso. No había seres monstruosos acechando en la noche, bebiendo la sangre de otros. Pero entonces miró el pálido rostro de Sakura en el oscuro cuarto, con sombras bajo sus ojos, sus mejillas hundidas y se preguntó si después de todo no podrían ser ciertos todos esos rumores.
Se sentó sobre su cama, sujetando su mano, mientras Tsunade Senju urgía a su hija para que tomara un poco de té, sintió como su odio aumentaba hasta convertirse en algo con vida propia cuando vio el vació en la una vez brillante mirada de Sakura. La oyó susurrar el nombre de Naruto, con voz apenas audible, antes de que cayera desplomada sobre las almohadas.
Reprimiendo un sollozo, Tsunade se volvió de espaldas a la cama. Jiraiya se materializó entre las sombras. Durante un momento, la observó llorar y luego, necesitando consolarla, se adelanto para abrazarla. Por un instante se quedo rígida entre sus brazos, pero luego se hundió en ellos desconsolada. Sintiéndose un poco avergonzado, le acarició el pelo y limpio las lagrimas de su rostro.
Uchiha sintió un nudo en su garganta cuando escuchó a Tsunade Senju llorando por su hija.
Se llevó la mano de Sakura a los labios y le besó palma, temiendo en lo más profundo en su corazón, que ella nunca se recuperara.
-"Maldito seas Naruto" masculló. -"Espero que tu alma arda en el mismísimo infierno".
Él se despertó cuando el sol se ocultó. Quedándose mirando la oscuridad de la cripta, recordó cómo había salido a buscar su muerte y cuando casi ya lo había conseguido, había descubierto que quería vivir.
Había estado gravitando al borde de la muerte su piel empezando a ponerse rígida. Próximo a la eternidad, había sentido el nuevo amanecer, había oído la voz de Sakura, cada vez más débil, haciendo eco en su mente, rogándole que no la abandonara y había sabido que, si moría, ella también lo haría. Y era una carga demasiado pesada para soportar. Había estado preparado para acabar con su vida, pero no podía acabar con la de ella, no cuando ella apenas había empezado a vivir.
Con una fuerza de voluntad que creía no poseer, se había arrastrado hasta la cripta en la cual ahora yacía. La puerta estaba parcialmente abierta y había pasado con dificultad a través de la estrecha rendija. Los goznes oxidados habían rechinado ruidosamente, gritando como un alma atormentada, mientras arrastraba la puerta para cerrarla por dentro y luego al respirar las ventanas de nariz se llenaron de un mohoso olor a muerte, había gateado hasta una esquina y había caído en un sueño profundo.
¿Cuántas veces habría salido el sol desde que se había refugiado aquí?, Se preguntó. ¿Diez? ¿Veinte? Había perdido la cuenta.
Su estómago rugió hambriento cuando vio los pequeños cuerpos peludos de ratas y ratones que yacían esparcidos en el suelo de la tumba. Su sangre, con lo repulsiva que pudiera ser, le había mantenido vivo, eso y su necesidad en continuo aumento por ver a Sakura de nuevo.
Ella se estaba muriendo. Podía sentirlo, su vitalidad perdiéndose junto con su voluntad por vivir, y supo que él era el culpable. Estaban vinculados por la sangre que compartían. Pero, a diferencia de él, ella estaba sometida a la debilidad de la carne.
Sarutobi, ayúdame...
Cerró sus ojos, y vio la imagen del Vampiro en su mente. Sarutobi. Delgado, con pelo café, sus ojos color café oscuro llenos de la sabiduría que da la edad.
Naruto sonrió débilmente. Sarutobi no se parecía en absoluto a lo que uno se espera debe ser un Vampiro. Un hombre tranquilo, con una fina barba y rasgos distinguidos. Un hombre que sabía lo que era y lo aceptaba.
Ser Vampiro no es para los débiles, le había dicho Sarutobi una vez. La eternidad puede ser muy aburrida si uno no conserva su buen humor. Debes mantenerte al mismo paso que el mundo, o te querrás anclado en el pasado. Puedes ser un monstruo, beberte toda la sangre y quitar la vida de otros, o no. La elección depende de ti... .
Con un esfuerzo, se levantó, pasó una mano por su pelo, sujetó su capa alrededor de sus hombros.
Esta noche, por primera vez desde que había buscado la muerte, cazaría por las calles de la ciudad. Y luego volvería a ella y le rogaría su perdón.
Si no llegaba demasiado tarde.
ESTÁS LEYENDO
Deeper Than The Dark
FanficÉl siempre había amado la noche. Sus pasatiempos favoritos - la bebida, los juegos de azar y la compañía de bellas mujeres- que transcurrían preferiblemente durante las horas nocturnas. Los mejores momentos de su vida los había pasado en salones d...