Capítulo 6.

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YA VOLVÍIII. *crí crí crí* ocya. Hace mucho no actualizaba pero enserio necesitaba escribir, aunque tengo mucha tarea para mañana y acá es tarde xddd. Gracias a todas las personas que votan, comentan y que quizás leen anónimamente. ¡Ya son 300 votos y más de 2K leídos! ¡¡¡GRACIAS!!!<333. Recuerden que todo es bienvenido, siempre y cuando sea constructivo. ;) 

Espero que les guste, luego se pondrá mejor, ya habrá mas Bucky para todas, eeehhh \ :v /.

Capítulo 6.

Buscó y buscó en los archivos que había logrado sacar de la base de HYDRA sobre Alexander Pierce. Tenía una pila de papeles en la mesa de la cocina y un desorden del que no se desharía en un buen tiempo. Hacia unos días que había logrado encontrar una casa abandonada cerca del río en donde había dejado a Rogers y pensó que, ahora que era un prófugo, el lugar no le vendría mal. Sí le costó, demasiado de hecho, encontrar esos documentos, pero sabía que serían de ayuda y muy necesarios si quería seguirle el rastro a su hija. Leyó todo lo que pudo de ambos. Sin embargo, se interesó más en ella. Era el centro de su plan ahora. Pero si quería que cooperase, tal vez debía investigarla demasiado bien antes de enfrentarla y obligarla, básicamente, a decirle la verdad sobre su vida y tal vez algo más de HYDRA. Seguramente también lo sabía, ¿no? Era la hija de Pierce después de todo.

Incluso, si se le daba la oportunidad, podría hasta vengarse de Pierce y de HYDRA. De todos modos, la sangre de ese hombre corría por sus venas, y por un momento, comenzó a odiarla sin razón aparente, solamente por ser Vera Pierce.

**

Caminaba por el jardín de la vieja casa. Sus pensamientos no eran más que dolorosos y el simple hecho de estar parada frente a la casa en la cual creció y vio a su madre morir, le provocaba pesar. Suspiró y se metió las manos en el abrigo que llevaba. Llegó hasta la puerta y sacó las llaves del bolso. Abrió la cerradura y se adentró a esas cuatro paredes a las cuales tenía mucho tiempo de no ver. Ni siquiera recordaba el color del tapiz, ni el de las alfombras, mucho menos las fotografías familiares en el mueble a la par de la vieja televisión.

Encendió la luz con el interruptor a la par de la puerta y vio que una capa de polvo cubría todo el lugar. ¿Por qué había decidido ir de nuevo ahí? Oh, sí, debía alejarse de SHIELD y del gobierno. Natasha había hecho lo posible porque los dejasen libres a todos, pero todavía dudaba sobre lo que debía hacer. Se quitó el abrigo y lo dejó en el perchero en la entrada, hasta llegar y sentarse en el sofá marrón de la sala principal, no sin antes sacudirlo un poco.

Observó un rato el lugar con mucho pesar y luego escondió su rostro entre sus manos, como si alguien más pudiese verla. Quería llorar, gritar, patalear... desahogarse. Sacar sus frustraciones. Ahora estaba más sola que nunca. Se sentía como una pieza mal fabricada de un rompecabezas; no encajaba en ningún lado ahora. Pensó que al unirse a la organización su vida tendría algo de sentido, tratando de mantener el orden y brindando siquiera una pizca de paz al país que la vio nacer, pero no... Nada dura para siempre. Eso era lo que Natasha decía. Y lo peor de todo, es que ella no estaba ahí para apoyarla. Comprendía que debía esconderse después de que le había dicho al gobierno que le besaran el trasero. Básicamente eso fue lo que hizo. Pensó que quizás ella debía hacer lo mismo. Encubrirse, buscar una nueva identidad. Para eso debía desaparecer a su antigua yo del mapa y de la faz de la Tierra.

Recordó, entonces, el verdadero propósito de regresar a su hogar. Se puso de pie, y con los ojos a punto de explotar en llanto y su garganta hecha un nudo, decidió limpiar el lugar y desde ese día, viviría de nuevo en esas cuatro paredes, plagadas de memorias de las personas que sabía que nunca la abandonarían. Incluso si sus cuerpos se habían extinguido.

Revenge. {James &quot;Bucky&quot; Barnes}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora