Capítulo 12

181 33 29
                                    

Disfruto cada parte de su ser. Jamás me sentí tan entregada a un hombre. Sigue por favor. No pares, por favor. Desviste mi alma. Desvísteme. Déjame desnuda hasta de mis más profundos enigmas.

— ¿Sofi?

Salto de la mesada y caigo al suelo. Me he quedado dormida. ¿En qué momento pasó esto?

— Oh, perdón. No me había percatado que dormías.

Se sienta en cuclillas junto a mí. Este gesto me llena de dulzura.

— No las he encontrado. No tengo donde dormir.

Una alegría me invade. Voy a aprovecharme de esto.

— ¿Quieres quedarte aquí?

Me mira como si hubiera dicho la última cosa del mundo que podría haberle ofrecido.

— Eh, mhm...

De repente parece incomodo. Pone sus manos en los bolsillos de su jean.

— No dormiremos juntos, tontorrón. Yo haré un pijama party junto a Mike en el sofá, y tú dormirás en mi cama.

— No me parece justo. Yo dormiré con Mike.

— ¡No! Yo lo haré. ¡Es mío!
— Yo te lo regalé.

— Pero él me eligió a mí.

Tiro mi espalda al suelo y comienzo a reír como una loca. El aguanta una risa, y lo golpeo con mi pierna en la espalda.
Se recuesta junto a mí. Lo abrazo.

— No sé qué haría sin ti.

Estas palabras, aunque suenen tan lindo, me lastiman. Porque suenan genial cuando las dice alguien que te gusta, pero solo si a esa persona también le gustas tú. Cuando no es así, es una mezcla de sensaciones encontradas. Entre el deseo de querer confesar todo tu amor, y tu cabeza, que te dice que calles. Cállate. No puedes decírselo. Cállate, él no puede oírlo.

— ¿Sin mí? Dormirías junto a tu bella Bella.

Le doy un guiño.
El suspira, después de todo parece que no todo anda tan bien como parece.

— Mi bella Bella... Ese día en la fiesta, sabes... Todo fue muy real. Hicimos el amor, fue genial. Ya estábamos forjando una relación. Pero hay algo que siempre se interpone entre nosotros. Antes, ella escapaba de mí, porque éramos amigos. Luego muchas personas se metieron en el medio. Algunos para ayudar, otros para separarnos.

— ¿Y ahora?

— Y ahora no se como estamos. A veces conversamos, y estamos en nuestro mejor momento. Y por momentos... Ella no confía en mí. Cuando le dije que estaba con ustedes hoy por la tarde, noté que le molestó. En el momento fingió pero luego me envió un mensaje.

— Oh... Y supongo que el hecho de que te quedes aquí no le agradará.

— Exacto. Pero tampoco puedo estar con alguien así. La quiero. Me gusta mucho, pero no quiero perder mi libertad. Ella desconfía de mí por una razón, la entiendo. Ella vio con cuantas chicas estuve, me tapaba cuando alguna me venia a buscar para darme una paliza por haberla engañado. Era mi confidente.

— Y ahora han pasado el limite...

Jared vuelve a suspirar. Cierra los ojos. Yo sigo abrazada a él.

— Si, al principio pensé que todo seria genial. Y lo fue, pero me estoy cansando más rápido de lo que creía.

— No soy experta en relaciones, y mucho menos de ese tipo. Pero si hay algo que puedo decirte, es que no pierdes nada con intentar.

— Pero lo estoy intentando Sofi, realmente lo hago. Pero no puedo evitar querer más libertad. No soy hombre de una sola mujer. Desafortunadamente no es lo mío.

Nos quedamos así, abrazados en el suelo un largo rato. Llegaban de afuera sonidos de autos tocando sus bocinas. Conductores discutiendo. Gente riendo. El mundo sigue ahí afuera, mientras tanto yo aquí, en los brazos de alguien que recién conozco y que se esta abriendo a mi, confiando en mi. Jamás podría hacer lo mismo.
Una triste música comienza a rondar mi cabeza, como para acompañar esta noche tan solitaria. El amor no debería ser así. Y mientras saco conclusiones de lo que debería ser el amor, este maravilloso hombre de cabello azul, se ha quedado dormido junto a mí.

Siento el sol golpear mis ojos para despertarme de este maravilloso sueño. Un momento. No ha sido un sueño. Realmente he dormido junto a Jared y no ha pasado nada.
Él se levanta bruscamente del piso.

— ¡Sofi! ¿Dime qué hora es?

— Espera. Déjame ver mi móvil.

Miro mi teléfono con espanto.

— ¡ESTOY LLEGANDO TARDE AL TRABAJO!

Jared — Dímelo a mí.

Comenzamos a arreglarnos como podemos. Nos despedimos con un abrazo. Siento su respiración en mi cuello y este contacto eriza mi piel.

— Gracias por escucharme ayer. En serio, ve y dile a ese idiota que si no esta contigo, que no te haga perder el tiempo.

Le doy una micro sonrisa, tristemente.

Salimos del departamento.

Hoy Rob me ha preguntado que me pasaba durante todo el día, hasta que me decidí a contarle algo de mi historia con Jared. El opinó que lo mejor sería que le de tiempo a que se de cuenta de mis sentimientos, y que lo conozca más. Me contó una de sus tantas historias de conquistas antes de conocer a su esposa, que no terminó bien. No fue el mejor ejemplo que pudo darme pero me saco un par de risas.
No tengo ganas de ver a Ciro hoy. Quiero quedarme tranquila en mi casa, bebiendo café.
Mejor le envió un mensaje.

— Hola señor misterio. ¿Qué tal va su día? El mío terrible sin ti. No podré verte hoy. Estaré ocupada. Piensa en mí. Besos, Sofi.

Pongo mi celular en silencio. Hoy voy a desconectar.
Voy a aquella pastelería en la que Jared me regaló un cupcake. El lugar tiene una onda hipster. Y yo, casualmente, tengo una laptop en mi bolso y no dudaré en conectarla. Entro al navegador mientras me pido una lágrima. Cuando reviso mis mails, encuentro uno realmente extraño.

"Remitente: not found.
Hola. Es divertido ver como crees que todo sale como quieres. Diviértete, anda. Sigue haciendo todo tal cual lo estás haciendo. Confíate. Esa actitud es la que me sirve.
PD: Mira Detrás de Ti"

Esto definitivamente no es spam. Ni siquiera me permite responderlo porque no tiene remitente. Bien, tranquila Sofi. Debe ser alguien que quiere jugarte una broma...

No lo entiendo. Este mail es nuevo. Cambié todo lo que pude en cuanto llegué aquí. Mi número, redes sociales, todo lo cambié. Espero no recibir más de estas sorpresas.

Llega mi café y para distraerme, miro perfiles de mis nuevos amigos mientras pido algo para comer.
Me percato de que Ciro no me ha respondido. Por alguna razón me inquieta un poco. Es decir, él no me importa. Pero me importa cómo... amigo.
No me había replanteado hasta ahora cual es mi posición con él. Creo que lo perfecto sería llamarlo... ¿amigo con derecho? Pero los amigos no se gustan. Los amigos no tienen sexo. Los amigos no se lastiman como yo estoy haciéndolo con él. Bien. Supongo que... Lo que tengo, es más bien... Un amor. Un amor descartable.

Amor DescartableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora