Capítulo 18

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Me levanto de la cama con una pereza terrible. Este fin de semana fue una locura. Ayer me dormí muy tarde porque estaba pensando en todo lo que pasó. Reflexionaba sobre qué hice mal, que podría haber dicho, que podría haber callado, si estaba bien haber ido a la casa de Bella. Todas estas cosas me quitaron el sueño y ineludiblemente, mis ganas de ir a trabajar.

Oh mi querido boxeador.

Tomo a Mike en brazos. El estaba mordiendo un juguete que le compré por haberse portado tan bien en mi ausencia. Es tan bonito así de pequeño. Deseo que no crezca nunca.
Comienzo a buscar en mi armario algo cómodo para ponerme. Decido ponerme un Oxford con unos grandes zapatos con plataforma, un top algo suelto y una camisa con diseño cuadrillé atada a mi cintura. El toque lo dará mi cabello recogido de una manera delicada.

Cuando llego a mi lugar de trabajo, me sorprendo con lo que encuentro.

Yo — ¿Rob quién ha dejado esto?

Rob — No lo sé. La secretaria lo dejó hoy por la mañana y se fue sin decir nada.

Era una caja de cartón con un moño encima. Cuando la abro una sonrisa abarca todo mi rostro.
Es una fotografía enmarcada de Jared, Sara y yo. Tiene una notita atrás.
"Gracias por haberte convertido en una gran amiga para mí. Eres importante. Quería que tengas una foto de nosotros 3 para que nos recuerdes cada vez que sientas que las cosas no salen como tú quieres.
Te quiero.

Jared"

No puedo creerlo. Debió haberse sentido culpable por lo que pasó ayer y quiso enmendarlo. Es lo más dulce que vi en mi vida.

Rob — ¿Qué es?
Le muestro la foto con unas lágrimas de emoción a flor de piel.

Rob — ¿Él es Jared verdad?
Le hago un gesto afirmativo con la cabeza.

Rob — Qué sentimentales son. En mis tiempos no existía la amistad entre el hombre y la mujer.

Yo — Desearía que vuelvan tus tiempos.

Rob — Yo también. Por Dios, mira su cabello.
Rob larga una gran carcajada y yo le hago un gesto amenazante con la mano.

Más tarde le escribiré a Jared agradeciéndole por el presente. Saco mi móvil para no olvidar hacerlo cuando esté desocupada.

Al terminar mi día laboral hice todo lo posible por irme lo antes posible. Tengo muchísimo sueño.
Cuando por fin llego a casa, me desvisto como cada vez que estoy cansada y quiero sentirme libre. Me preparo una taza de café.
Tomo mi libro favorito y comienzo a meterme en mi propio mundo.
Leo durante algunas horas disfrutando del silencio. Sin darme cuenta ya oscureció así que me preparo algo de comer. Haber salido de la de fantasía me recuerda que no he chequeado mi teléfono. Cuando lo busco en mi bolso no esta. No esta por ningún lado.
No puede ser que sea tan torpe. ¡Lo olvidé en el trabajo!
Cojo la primer ropa que veo y bajo al lobby para llamar desde el teléfono de recepción al trabajo.

-Real Target. ¿En qué puedo ayudarlo?

-Hola. Soy empleada del sector número 5, he olvidado mi móvil. ¿Podría decirme si está por ahí?

-Aguarde un minuto.

Me deja esperando un momento, luego retoma la conversación.

-No, lamentamos decirle que no está. Primero pregunté en limpieza si habían encontrado algo pero nada. Luego me dispuse a ver si lo encontraba en su escritorio pero tampoco. Lo siento.

Cuelgo tristemente. Ese celular guardaba muchas fotos y recuerdos que no quería perder.
Subo a mi departamento nuevamente. Me siento algo vacía ahora que no lo tengo.
Tomo mi laptop y envío un mensaje a Sara de lo que me ha sucedido. Enseguida responde.

Amor DescartableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora