Capítulo 17

200 36 25
                                    

— Sofi, ¿puedo pedirte algo?

— Dime.

— Acompáñame a explicarle que lo que vio fue un malentendido.

Él realmente no se da cuenta de lo mucho que me gusta, de lo que me hace vibrar.
Amo que no se dé cuenta, amo tener que retarme cada vez que lo veo, amo esa distancia entre nosotros, amo no saber que va a pasar entre nosotros, o si alguna vez va a pasar algo.
Y en ese instante, lo comprendí todo. Entendí porqué Ciro desde el momento que tomó contacto conmigo, me perdió. Porque apresuró el momento. Porque a mi, Sofia, me gusta lo que no puedo tener. Me gusta lo complicado, me gusta ponerme nerviosa cuando veo a alguien, me gusta que mis mejillas se pongan rosadas cuando alguien que me gusta me lanza un cumplido. Y con Ciro, con Ciro pudo haber sido todo perfecto, pero no. Él no pudo aguantar, él simplemente apresuró el momento y me besó sin ni siquiera saber si yo tenía ganas. Ciro vio ya cada parte de mi cuerpo, y nada en él mueve algo en mi interior.
Sin embargo con Jared jamás sucedió nada, y no puedo evitar ponerme nerviosa al estar cerca de él. No se lo que me pasa, pero él simplemente me encanta. Me encanta cuando esconde sus manos en los bolsillos, me encanta que su aspecto diga algo completamente diferente a lo que es él en realidad. Jamás me entenderé a misma, pero así soy. Así siento, y así me voy a quedar, para mi perra suerte.

— Vamos.

La que respondió no fui yo, fue mi inconciente. La inconciencia de querer su aprobación a toda cosa, aun si eso implica explicarle a Bella que fui yo la que lo besé, y correr el riesgo de que vuelvan a estar juntos toda la vida y yo convertirme en una enamorada entre sombras. En una fracasada. En parte lo merezco, al fin comienzo a entender que lo merezco.
Nos tomamos un bus hasta la casa de Bella, mi enemiga número 2. La número 1; soy yo misma, no piensen que iba a darle ese lugar tan importante.
A Jared le brillan los ojos de la emoción, supongo que por verla. Ojalá algún día sus ojos brillen así por mí, pienso por dentro. Si alguien presta atención, hasta puede notar como le tiembla la quijada. Este loco por ella.
Desgraciadamente llegamos al dichoso lugar. Es una casa pequeña pero muy bonita. Jared toca el timbre, la voz de ella suena a través de él.

— Hable.

— Bella, soy yo.

Ella no responde. Se escucha que corta la comunicación. Él toca timbre devuelta,

— No quiero verte. Vete por favor.

— Vine con Sofi.

Un pitido nos avisa que podemos pasar. La puerta se abre automáticamente. Quiero una de estas puertas.
Al salir, ella se ve fantástica. Tiene el cabello largo, casi todo lacio, y unas ondulaciones en las puntas. Es de tez exageradamente blanca, como esas muñecas de porcelana. Su cabello negro hace resaltar sus maravillosos ojos verdes. Tiene un cuerpo pequeño y bien formado. Hasta yo podría enamorarme de ella.
Se acerca a mí lentamente. Si las miradas mataran en este momento yo no estaría muerta, estaría atada a una silla y siendo torturada de infinitas maneras, más viva que nunca.

— ¿Qué tienes que decir?

Se dirige a mí directamente.

— Pues...

Mis manos comienzan a sudar. No puedo lograr encontrar las palabras indicadas.

— Vamos, no tengo todo el día.

— Sofi, por favor...

— ¡Déjala hablar!

— Es... eh.. Escucha.

— Escucho.

— Habíamos jugado una ronda de tequilas con mi amiga. Me pasé de copas y por eso besé a Jared. Él no tuvo nada que ver.

Ella queda pasmada. Levanta una ceja.
— ¿Y esperas que crea eso? Tú sabias desde un primer momento que no me agradabas, porque me encargué de hacértelo saber. Si tanto te gusta mi novio, deberías tratar de que no se te note tanto.

Encojo mis hombros.

— Te dije lo que pasó realmente. No se que parte viste tu, pero fue todo culpa mía. No voy a pedirte perdón, porque no lo hice conciente. Solo vine a decírtelo porque él me lo pidió.

Ella sonríe.

— Es tan gracioso, porque te ha hecho venir aquí y decir todo esto, y no sabe que a ti él te gusta. Y lo disfruto, porque se que es verdad. A ver, dilo devuelta, di que lo has besado. Dilo. Di que él es mío.

Me pongo roja de cólera. Esto se está saliendo de las manos.

— Di que eres culpable de todo, que él no tuvo nada que ver. Mientras tanto piensa por dentro lo mucho que te gustaría que sí lo hubiera sido.

— ¡Ya basta!

Las dos nos sobresaltamos.

— No tienes porqué torturarla así. Cometió un error, todos lo hacemos. No voy a pedirte de rodillas que me perdones si es eso lo que buscas. Es suficiente.

— Bien, no me interesa. Váyanse. No quiero volver a verlos.
— Solo no olvides algo.
— ¿Qué?
— Te amo.

Bella da un soplido y entra a la casa. Jared me tomó del brazo para que nos marcháramos. Mientras él se daba vuelta, la vi secarse las lágrimas. Esto me hace sentir culpable. Todo lo que toco lo destruyo.

— Supongo que no salió como esperabas.
Jared posa una mano en su frente, como queriendo sacar ideas de su cabeza.

— Me sorprende lo dulce que puede ser a veces, y lo dura que puede ser otras.

— ¿Qué vas a hacer?

— Esperar. Toda la vida si es necesario. Lo quiero todo con ella, sabes. Solo que... La has conocido en el lugar equivocado, en el momento equivocado.

— Estás loco por ella.

— ¿Nunca te has enamorado Sofi? ¿Nunca has sentido como el amor pasa en frente tuyo y se escapa de tus manos?

— Ni puedes imaginártelo.

— ¿Qué pasó con el idiota del que me hablaste aquella vez?

— Pues fíjate que sigue siendo idiota.

— Pf, hombres. Realmente no nos damos cuenta de nada.

Si tú lo dices...

Amor DescartableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora