34; Haz lo que tengas que hacer

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-Eso pasa -suspiro después de relatar toda la historia.

-Joder, Lily... -Alex se lleva una mano al cabello, que remueve despacio-. No sé qué decirte. Ambos son mis colegas, no me esperaba para nada algo así.

-Lo sé, lo sé -respiro hondo-. Es solo que no tengo ni idea de qué debería hacer. Si se lo digo a Ethan... No quiero saber qué pasaría si se entera. Dios, Alex, solo quiero desaparecer.

-Yo... Creo que lo mejor es que te alejes de los dos. Sobretodo de Ethan, porque Dylan sabe lo que hay.

-No puedo... ¿Qué razones le daría para alejarme? Además, ya hice lo mismo una vez, y ha vuelto a pasar.

El teléfono suena. Es mi padre. Joder. Me levanto de la toalla de un bote, y sostengo el teléfono entre las manos, que me empiezan a sudar. Espero que no se trate de ninguna mala noticia, ya que casi siempre que me llama es por algo relacionado con mi hermana pequeña.

-¿Papá? -digo con la voz algo temblorosa.

Alex me observa cauteloso y supongo que quiere dejarme intimidad, porque se levanta él también y se dirige hacia la orilla.

-¿Cómo estás, hija? -no hay nada fuera de lo normal en su tono, por lo que me tranquilizo un poco.

-Muy bien, ¿y vosotros? ¿Cómo está Evelyn?

-Mamá y yo estamos bien. Llamaba para decirte que hemos contactado con un famosísimo doctor en Suiza. Es uno de los mejores especialistas en leucemia infantil, y nos ha dado la posibilidad de tratar a Evelyn, pero tendríamos que mudarnos allí, al menos el tiempo que dure el tratamiento.

Tardo varios segundos en procesar la información. Suiza. Europa.

-¿Mudarnos cuándo?

-Ya. Cuanto antes, mejor.

-Tengo que hablar con Charlie.

-Tranquila, cariño, podemos ir mamá y yo. Sabemos que estás trabajando en lo que siempre has soñado.

Se me retuerce algo por dentro. Todo esto no entraba en mis soñados planes.

-Pero... No puedo dejar que os vayáis tan lejos...

-Pues ven con nosotros -justo lo que estaba esperando que dijese.

-Después te llamo -cuelgo.

Vuelvo a sentarme en la toalla, agobiada. Quizá esto es una señal del destino para que me vaya. A los pocos minutos aparece Alex, con el pelo mojado y gotitas cayendo por su torso trabajado.

-¿Todo va bien? -pregunta con cautela, a sabiendas de que algo falla.

-No. Mis padres han encontrado un médico que podría curar a mi hermana, pero vive en Suiza, por lo que van a trasladarse allí.

-Y tú quieres ir también...

-Obviamente. Es mi hermana.

-Lo entiendo, soy de los que piensan que la familia debe ir por encima de cualquier otra cosa.

-Pero no puedo, firmé el contrato de tres meses -contesto, angustiada.

-Escucha, Charlie es una persona muy cercana, ¿por qué no pruebas a hablar con él? De todos modos, solo queda un mes de verano, la mayor parte del trabajo está hecha.

-Ya, pero... Es que parece que siempre me estoy escaqueando del trabajo, y odio que piensen eso.

-Deja de preocuparte tanto por lo que piensen los demás. Haz lo que tengas que hacer.

Una modelo en apuros.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora