2; ¿Camiseta? ¿Para qué?

12.9K 560 4
                                    

Me encuentro de pie en frente de la puerta de los modelos, mirándome los pies. Respiro hondo y llamo a la puerta.

-¡No queremos servicio de habitaciones! -exclama creo que Dylan.

-¡Soy Lily! -grito, y una mujer se asoma de una habitación cercana.

Yo, como la persona educada que soy, le sonrío y la saludo, pero ella niega con la cabeza y se vuelve a meter en la suit.

Ups, quizá estaba durmiendo la siesta...

La puerta se abre y un Alex sin camiseta me sonríe.

-Sabía que no te resistirías a nuestros encantos -me dice, engreído.

-¿Qué hablas? Vengo a por mi maleta, Alexander.

Frunce el ceño y paso sin permiso, encontrándome a Dylan en las mismas condiciones que Alex, es decir, sin camiseta. Me miran curiosos y veo cómo una sonrisita pícara se forma en los labios de Dylan.

-¿Habéis visto mi maleta? -pregunto.

-Si es rosa, sí, está en el baño.

Suspiro y me dirijo al baño, pero, justo antes de que gire el picaporte de la puerta, esta se abre y aparece Ethan solo con una toalla en la cintura.

La madre que lo parió. ¿Pero qué tienen estos chicos con ponerse una camisetita?

Me mira de arriba a abajo y frunce el ceño cuando se detiene en mis ojos.

-¿Me dejas pasar? -pregunto, impaciente, y me mira extrañado.

Se aparta y observa cómo entro al cuarto de baño y ¡al fin! cojo mi maleta y me marcho de la habitación.

Una vez he acomodado mi ropa en el armario empotrado y llamado a mis padres para decirles que estoy bien, me tumbo un rato en la cama, y creo que me quedo dormida, porque unos golpes en la puerta me despiertan.

Bostezo y me levanto para abrir la puerta.

-¡Hey, Lily! -es Alex.

-Mmmmmm, estaba durmiendo -mascullo restregándome los ojos.

-Pues vístete... en condiciones, que nos vamos.

-¿Nos vamos? -pregunto, con la confusión de un recién levantado.

-A cenar -dice sonriendo.

¿Cenar? Pero si no he comido...

Miro el ventanal y, efectivamente, ya está anocheciendo.

-Uffff... vale, dame un segundo.

Y, sin yo darle paso, entra y se tumba en mi cama.

-¿Qué haces? -le pregunto, haciendo un gesto con la mano.

-Dándote un segundo -me lanza una de sus sonrisas perfectas.

-Cómo quieras -me encojo de hombros.

¿Lo bueno de ser modelo? No te avergüenzas de tu cuerpo y estás acostumbrada a que lo alaben.

Abro el armario y me quedo un rato pensativa.

-Venga, que vamos a cenar al restaurante del hotel, no a una pasarela -se ríe y me giro para mirarlo.

-Pues ven y dime lo que me pongo.

Divertido, se acerca y observa mi ropa. Entonces alarga la mano y saca un mono que me compré hace unos días, elegante pero a la vez casual. Me lo da y se vuelve a tirar en la cama. Mirándome en un espejo, me quito el vestido y me meto en el mono gris, a juego con mis ojos. Me pongo unas sandalias que combinan bien y me dirijo hacia el baño para arreglar un poco mi cabello, que está revuelto. Mientras me lo cepillo, capto a Alex en el marco de la puerta a través del espejo. Termino y paso por su lado para salir.

-¿Y los demás?

-Nos esperan abajo.

Asiento con la cabeza y bajamos en el ascensor.

-A Ethan no le caes bien.

-No lo había notado -digo rodando los ojos-. ¿Hay alguna explicación?

-De hecho, sí -suelta una carcajada-. Pero si te lo digo, promete que no se enterará.

-Lo prometo -digo riéndome.

-¿Pinky promise? -dice sin aguantar la risa.

-Pinky promise -digo, enrollando mi meñique con el de Alex.

El ascensor se abre y el modelo me guía hasta el comedor.

-Dice que le recuerdas a su ex, que le rompió el corazón -dice llevándose exageradamente las manos al pecho.

-Vaya... -digo, sonriendo de lado.

-¡Saca un tema, rápido! -exclama de repente.

-¿Qué? -digo, confusa.

-Ay, qué guapa eres -dice por la cara, dejándome más confundida-. ¡Ah, hola Ethan! -exclama dándole una palmadita en la espalda.

Ahora entiendo su estúpida reacción. Sonrío como si nada y nos vamos a buscar a Dylan, que está guardando la mesa.

-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*

Foto de Alex en multimedia.

Una modelo en apuros.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora