LIBRO 1 | CAPÍTULO 3

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Letra en negrita es español.



Bariloche, Argentina

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Bariloche, Argentina.


Erik observa a Atenea y coloca su chaqueta blanca sobre los hombros de la joven al verla temblar. Era eso o sólo temblaba del miedo.

―Si quieres puedes quedarte afuera. No es necesario que estés ahí. ―habla Erik rápidamente, sacándola de sus pensamientos. ―Puedes...

―No. Quiero hacer esto contigo. ―le interrumpe la castaña. Erik sonríe ante sus palabras y besa su frente. ―Estamos juntos en esto ¿o no?

―Claro que si amor. Pero no quiero que me veas...

―¿Matar? ―le cuestiona, interrumpiéndolo nuevamente con un nudo en la garganta. ―Si vamos a vengarnos de Shaw debemos matarlo ¿o no?

―Por supuesto, pero no debes ensuciarte las manos si no quieres. ―Erik le sonríe con dulzura y se detiene en el lugar tan solo para mirarla a los ojos. Su más grande perdición. ―Matar no es algo sencillo de hacer.

―Estoy dispuesta a hacerlo. ―le asegura ella.

―De acuerdo. Pero puedes salir cuando quieras. ―le dice él, mientras acaricia su mejilla con mucha delicadeza. Como si se tratara de una pequeña y delicada muñeca de porcelana. ―Odio que veas esa faceta de mi. Si pudiera te dejaría fuera de esto, pero eres muy terca. ―bromea él, comenzando a caminar nuevamente hacia el bar con su mano posada sobre la pequeña cintura de la joven.

―Estamos unidos de por vida. No es como si pudieras deshacerte de mi tan fácil.

―Lo sé, amor. Yo también estuve en nuestra boda. ―le toma el pelo y la castaña vuelca los ojos. Atenea gira sobre sus talones al llegar a la puerta y fulmina con la mirada a Erik; le devuelve su chaqueta blanca y abre la puerta del lugar. Con pasos elegantes se acerca hasta la barra y le sonríe con inocencia al hombre frente a ella. No hacia falta que observará a los tres hombres del lugar, porque sus mentes ya habían dicho todo lo que Atenea deseaba saber.

Buenas tardes caballeros. ―saluda Erik en general en español luego de colgar su chaqueta y su sombrero en un perchero.

Hola, un bourbon por favor. ―le pide amablemente la castaña al barman y este le sonríe.

Buenas tardes. ―saluda uno de ellos.

¿Calor, no? ―pregunta Erik, sentándose junto a la castaña.

Si. ―le contesta el barman. ―Aquí tienes tu bourbon preciosa.

―Gracias. ―le agradece Atenea sin perder su sonrisa falsa.

SCARLET GODDESS | ERIK LEHNSHERRDonde viven las historias. Descúbrelo ahora