LIBRO 2 | CAPÍTULO 6

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París, Francia

—Entraremos al hotel Royal por la puerta trasera. Atenea congelara a los guardias y Erik abrirá las puertas. Debemos ser muy cuidadosos. No queremos generar otro altercado. —les advierte Charles. —Adeline, tú te quedaras en la puerta en caso de que las cosas empeoren.

—¿Eso quiere decir que ustedes dos me hicieron viajar desde Nueva York hasta París, solos para que vigilé la puta puerta? —le cuestiona la castaña, apretando sus puños.

—Lo lamento, es que es peligroso. Si somos muchos, pensaran que somos una amenaza. —trata de justificarse Charles.

—¿O yo soy peligrosa? —espeta Adeline, saliendo del auto alquilado. —Los veo allá.  —afirma ella, cerrando la puerta del auto con fuerza.

—¿Cuánta ira entra en ese cuerpo? —cuestiona Logan en voz alta, arrancando el auto. —Ya veo porque tanto la amas.

—Yo no estoy enamorado de ella. —miente Charles rápidamente.

—Yo jamás dije que fueras tú. —se burla Logan.

Logan gira en U y entra por la puerta trasera del hotel. Logan frena al llegar a las vallas y dos guardias de seguridad le impiden el paso. Los ojos de Atenea cambian de color y los dos guardias se alejan de la puerta, completamente hipnotizados. Erik eleva las vallas que les obstruye el paso y Logan pone en marcha el auto, para así entrar al lugar. 

— Atenea, encárgate de los  empleados del lugar. —le ordena Charles.

—Ya lo hice. —se encoge de hombros la castaña. Logan le abre la puerta a Atenea y la ayuda a bajar, ganándose la mirada no bastante agradable por parte de Erik.  —Gracias.

—No dañen a los humanos, y eso va para ti Erik. —le advierte Xavier, antes de girar sobre sus talones y dirigirse a las escaleras del hotel. El grupo sube las escaleras a paso apresurado y se detienen por unos segundos al ver a los oficiales de la armada, correr por los pasillos. Atenea crea una ilusión en la mente de los soldados y los mutantes logran pasar desapercibidos entre aquella gente. 

—Raven. —le llama la atención Charles a la mutante de piel azul, haciendo que esta gire su cabeza para observarlo. Stryker le dispara a Raven con un arma de electrochoque, cuando esta se distrae; pero Erik se las quita de encima, electrocutando a Stryker. —Raven, Raven. Raven.

—Tranquila, el dolor ya pasará. —le asegura Atenea, desvaneciendo el dolor que estaba sintiendo Raven.

—Charles. Atenea. —jadea Raven completamente sorprendida de verlos a todos.

—Vinimos a buscarte Erik, Atenea y yo...juntos. —le sonríe Charles. 

—Jamás creí que volvería a verte de nuevo. —murmura Raven.

SCARLET GODDESS | ERIK LEHNSHERRDonde viven las historias. Descúbrelo ahora