LIBRO 1 | CAPÍTULO 6

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Instalaciones secretas de la Cía, Estados Unidos

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Instalaciones secretas de la Cía, Estados Unidos.

―El avión a Rusia sale en una hora. ―les informa Moira, caminando a paso apresurado, siendo seguida por el trio.

―Estos chicos no están preparados para Shaw. ―les advierte Atenea.

―Creo que te sorprenderán ―Charles trata de ser optimista. ―Son un grupo de jóvenes excepcionales.

Atenea frunce su ceño al escuchar la estruendosa música y logra ver como Sean trata de romper una silla con la espalda de Darwin. Ángel y Raven bailan sobre el sillón y Hank se mueve de un lado a otro, colgando del candelabro.

―¡Más fuerte! ―grita Darwin al momento que Alex lo golpea con un palo. ―¡Más fuerte!

―¿Qué están haciendo? ―brama Moira, llamando la atención de todos los jóvenes. ―¿Quién destruyó la estatua?

―Fue Alex. ―lo acusa Hank sin dudarlo dos veces.

―¡No, Havok! Tenemos que llamarlo "Havok" así se llama ahora. ―habla Raven. ―Y pensábamos que tú deberías ser el Profesor x. Tú deberías ser Magneto. Y tú Diosa Escarlata. ―los apunta a los tres con una sonrisa.

―Excepcional. ―comenta Erik con ironía.

―¿En dónde esta Adeline? ―les cuestiona Atenea pero nadie logra responderle. Charles aprieta su mandíbula al sentir la mente de Adeline un poco más lejos de ellos y frunce su ceño.

«Vámonos, mi amor. Tenemos un largo viaje mañana» le habla Erik, esperándola a solo unos metros de ella.

«No seas duro con ellos, Charles. Son sólo niños» le advierte ella, antes de tomar la mano de Erik e irse junto a él.

―Esperaba más de ti. ―dice Charles decepcionado, mirando a Raven y a los demás. Charles se dirige a la habitación de Adeline y abre la puerta de su habitación sin el consentimiento de ella.

―¡Pero que demonios...! ―maldice ella, al ver al telépata en su puerta.

―¿Qué crees que haces?

―¿De qué hablas?

―Se supone que deberías estar junto a tus compañeros, vigilándolos. No estando encerrada haciendo vaya a saber qué.

―Estaba meditando. Me ayuda a no perder el control. ―le confiesa ella. ―Y no soy la niñera de nadie. Que te quede claro.

―Tú y yo tendremos una charla cuando vuelva.

SCARLET GODDESS | ERIK LEHNSHERRDonde viven las historias. Descúbrelo ahora