❝TIENES EL NOMBRE DE LA DIOSA DE LA GUERRA POR UNA RAZÓN, PORQUE TÚ ATENEA, ERES LA CLAVE DE LA EVOLUCIÓN.❞
Atenea, otra mutante atormentada por la guerra y sus poderes, es encontrada por Sebastian Shaw, transformando su vida.
La pelea entre los...
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Westchester, NuevaYork.
Ex-institutoXavierparajóvenestalentos.
Logan se detiene frente al portón del deteriorado instituto y observa el viejo cartel del colegio, tirado en el suelo cubierto de hierba.
El castaño tira el cartel de propiedad privada a un costado y abre el portón blanco, para así entrar al lugar con su nuevo auto. Da una vuelta al arbusto que solía tener una forma de Xy se estaciona frente a la puerta del castillo. Logan baja del auto y toca la puerta, llevándose la sorpresa al ver al delgado joven de ojos azules tras la puerta.
―¿Le puedo ayudar? ―le cuestiona Hank, a penas abriendo la puerta.
―Si, ¿qué pasó con la escuela? ―le pregunta Logan y Hank frunce su ceño.
―La escuela cerró hace años. ―le explica el joven de grandes lentes. ―¿Usted es un padre?
―No aún. ―suspira él. ―¿quién eres tú?
―Soy Hank, Hank McCoy, ahora cuido la casa.
―¿Tú eres Bestia? ―sonríe Logan, quitándose los lentes de sol. ―Mírate, supongo que eres de lento desarrollo. ―se burla él.
―No sé de qué está hablando, pero voy a pedir que se vaya. ―le exige Hank, tratando de cerrar la puerta, pero Logan es más rápido y logra detenerlo.
―¿Dónde está el Profesor?
―No hay ningún Profesor aquí. ―trata de engañarlo Hank.
―Que fuerte eres para estar tan flaco. Dime, ¿no hay una Bestiaahí? ―insiste Logan, tratando de provocarlo.
―No está aquí.
―Venga,Bestia. Venga, Bestita.
―No. ―reitera Hank, pero Logan es más fuerte y logra correr al chico de gafas a un costado, entrando al gran establecimiento. ―Hey. Dije que esta la escuela cerrada, tienes que irte.
―No, hasta que vea al Profesor. ―manifiesta Logan.
―Aquí no hay ningún Profesor, ya te lo dije. ―insiste Hank, tomando a Logan del hombro para que este gire y lo observe.
―Mira, muchacho, tú y yo seremos buenos amigos. ―le confiesa Logan para luego golpearlo en la nariz. ―Solo que aún no lo sabes. ―habla él y comienza a subir las escaleras rápidamente. ―¡Profesor! ―grita el castaño. ―¡Profesor! ―vuelve a llamarlo, mirando cada puerta de la mansión en busca del profesor.
