Capitulo 5: Connor Van Acker

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—Connor tenemos que ir a la escuela— dijo la chica rubia que había dormido con el buscando su brassier.

No se acordaba como se llamaba, era de su clase de Biología o quizá de Química bueno el caso es que iba en su instituto.

—El Atbus pasa a tres cuadras de aquí— le informó Connor indiferente y se metió a dar una ducha.

—Pensé que tú me llevarías— contesto la chica dulcemente

—Cariño esto no es una relación, cada quien obtuvo sus beneficios, olvídate de mí

—Pero tú me gustas— insistió

—Y tú a mí también pero no quiero ningún tipo de relación.

Abrió la regadera para dejar de escucharla.

Cuando salió ella ya no estaba, estupendo.

Ya casi cumplía dieciséis, tenía que celebrarlo toda la semana aunque mañana ya fuera viernes, ademas aprovecharía que sus padres se fueron a un viaje de negocios así tenía la mansión para él solo.

Todo estaba a su favor pero nunca debió confiarse porque en cuestión de horas su vida daría un giro inesperado.

En la cocina el chef preparaba su desayuno, se acercaron dos sirvientes a colocar la mesa.

Comió todo muy rápido, llevaba prisa, la rubia lo despertó tarde.

Puso su huella para abrir la cochera dejando ver su nuevo regalo adelantado.

Un deportivo a base de paneles solares y obviamente con propulsores integrados; una belleza.

Dejo que la pantalla del auto analizará su mano para encenderse, le encantaba este nuevo modelo probablemente era el segundo en tener uno de estos claro después de su padre, los motores encendieron, se elevó 30 metros del suelo y aceleró.

Como era de esperarse llego tarde al instituto, nada nuevo.

Su primera clase era Trigonometría, no entendía ni mierda pero aun así debía asistir.

—Van Acker su segundo retardo en la semana— dijo el profesor checando su lista.

Para Connor mejor que no lo dejara pasar así podría ir a dormir un rato más.

—¿Me dejará pasar?— preguntó irritado recargado sobre el marco de la puerta.

—Si pase, que sea la última vez

Vio una silla libre y ahí se sentó, a comparación de los otros estados en Euroland la mayoría de los días era soleado y con un calor insoportable.

Connor comenzaba a aburrirse, el profesor lo tenía el la mira y por eso no podía dormirse.

Después de lo que le pareció una eternidad tocaron el timbre.

Salió a encontrarse con sus amigos.

—Connor ¿qué se hace mañana?— preguntó Matt cruzándose de brazos.

—¿Qué más? Fiesta en la casa

—¡Uuuu si hermano!— exclamó Michael

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