Capitulo 9: Fiesta sin control

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—Espero tu llamada Connor— dijo la chica de cabello platinado.

Era el décimo número que conseguía, su fiesta se llenaba cada vez más, se divertía mucho pero tenía la mirada fija en Lucía Dühm, definitivamente era hermosa, su cabello rojo brillaba por encima de todos, se decidió y camino hacia ella.

—Mi fiesta hubiese sido mejor— dijo Lucía viéndose sus perfectas uñas.

—Debo decir que no nena

—Mi nombre es Lucía

—Da igual, ¿quieres bailar o nos metemos a la alberca?

—Será imposible porque no tengo traje de baño y no quiero arruinar mi vestido además contigo no

—Demasiado tarde

La cargo como a una princesa y se aventó junto con ella, el agua los salpicó pero alrededor de ella en vez de sentirse fría el agua ardía.

—¡Te dije que no!— gritó y sus ojos volvían a tener destellos rojos y anaranjados.

Estaba muy enojada, su aura incluso era caliente, el agua se evaporaba a su alrededor todos la vieron sorprendidos, la bala que iba hacia ella se derritió.

—Lucía vámonos— dijo Connor con los ojos muy abiertos viendo hacia todas las direcciones.

El la jalo del brazo, la cargo fuera de la alberca y salieron corriendo.

En la sala estaban Astrid y Drew platicando, ella le contaba como el chico más popular de su colegio estaba interesado en ella.

—¡No hay tiempo hay que irnos!— grito Lucía interrumpiendo la tranquilidad.

Ellos se pararon enseguida sin preguntar.

Venía entrándo Edward sosteniendo a Clarisse quien se apoyaba de sus hombros para no caer.

—Aquí corremos peligro—dijo con voz temblorosa Clarrise

—Ya nos dimos cuenta— respondió Connor y las balas atravesaron los cristales de la sala pero fueron desviadas por fuertes ráfagas de aire ya que Drew era el que más controlaba su poder.

Connor tomó a Clarrise y la cargo.

—Todos entren al auto ¡ya!— grito Edward.

Adelante manejaba Connor treinta metros sobre el suelo, de copiloto iba Astrid quien trataba de reanimar a Clarisse.

Atrás Drew miraba nervioso por los cristales, tenía miedo de que los persiguieran, Edward solo pensaba en el lío en el que ahora estaba enrollado seguía creyendo que era el castigo celestial por reprobar materias y Lucía se peinaba su cabello mojado.

—¿A dónde vamos?— pregunto Connor

—Capital republicana— susurró Clarisse

—Lo que me temía, ¡nos persiguen!— exclamó Drew nervioso

Los estaban atacando con misiles.

Seis autos de Kingdom, eran inconfundibles, forrados de metal, propulsores potentes que no hacían ruido alguno, cristales blindados, forma de óvalo, pequeñas alas a los costados para movimientos firmes y giros de 360º.

Connor se tensó completamente y aceleró hasta el límite, se elevaba poco a poco hasta que alcanzó cuarenta metros, si subía más podría des controlar el auto.

—Drew usa tus poderes— dijo Astrid, Lucía lo sacudió porque al parecer había entrado en shock.

—Y-y-yo no p-pu-pu-edo—tartamudeo

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