Capitulo 8

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{Narra Paola}

Me despedí de mi padre y salí de casa. Caminaba con los cascos de música puestos, mientras miraba las calles por donde pasaba. Iba en camino a Starbucks, donde me tomaría algo con Lorena. Noté cómo alguien tocaba mi hombro, me paré y me giré. Era Lucia. Nos saludemos con un abrazo y empezamos a caminar.

-¿A donde vas? -preguntó esta.

-Voy a tomarme un café con Lorena -respondí- a Starbucks ¿y tú?

-Pues a mi casa -suspiró.

-¿Te quieres venir? -pregunté.

-Claro -sonrió.

Las dos fuimos hablando por el camino y riéndonos de cualquier cosa. Ya estábamos llegando se veía el gran cartel, miré atentamente y allí estaba Lorena mirando a la gente que caminaba a direcciones contrarias. Lucia y yo saludamos a Lorena y entramos las tres allí. Fuimos a la barra y pedimos 3 cafés, esperamos hasta que nos lo dio y nos sentamos en la mesa que estaba al lado de la ventana dónde se veía la calle y gente pasando.

Las tres pasamos las tarde riéndonos, sacando temas de conversación y contándonos cosas de la infancia, pero Lorena no contó casi nada solamente una cosa, me pareció extraño porque después de eso no volvió a decir nada hasta que terminamos este tema.

{Narra Lorena}

Me despedí de Paola y Lucia, y me marché. Caminaba con las manos cruzadas por el frío que hacia. Se estaba haciendo de noche. Llegué a la puerta de mi casa, cogí las llaves del bolsillo y abrí la puerta, pasé adentro y cerré la puerta a mis espaldas. Olía a mi comida favorita los Tacos caseros. Sonreí y fui a la cocina.

-¿Son tacos? -pregunté mientras le daba un beso en la mejilla colorada de mi madre, por el vapor.

-Sí -respondió- tu comida favorita -dijo haciendo que riera.

Me senté encima de la mesa y miré por un instante a mi madre. Tenía una gran sonrisa mientras cocinaba. Por fin la veía feliz, después de unos cuántos años atrás. Si mi madre esta feliz yo también. 

-¡Buu! -gritó mi hermana detrás mía, dándome con las manos en la espalda.

-¡Ah! -me hice la asustada- ¡me has asustado! -dije exageradamente haciendo que ella riese- ven aquí -dije dándome palmaditas en las piernas, esta vino hacia mí y se sentó encima de mis piernas.

-¿Sabes que ayudé a mamá hacer la salsa? -dijo ella mirándome sonriente.

-¿Sí? Pues estarán más ricos -dije antes de darle un beso en la mejilla.

-Chicas, la cena estará echa durante unos cuantos minutos.

-Vale, me voy a dar un baño.

Bajé a mi hermana encima mía, me levanté de la silla y subí a mi cuarto. Abrí el armario de par en par y cogí un pijama largo. La parte de arriba era una camiseta básica corta estrecha, color celeste. El pantalón largo, blanco con lunares negros y unos calcetines color celeste al igual que la camiseta. Cerré el armario y me dirige hacia el baño, cerré la puerta y me quité la ropa, la dejé en la cesta de la ropa sucia y me metí en la bañera. 

Abrí el grifo y noté cómo se llenaba la bañera de agua. Apoyé la cabeza en un rincón de la bañera y cerré los ojos. Salí de allí después de unos 16 minutos. Me puse el pijama y los calcetines, y salí del baño. Cogí la silla del escritorio y la puse en frente del armario. Lo abrí y me puse de pie en la silla. Vi el secador y lo cogí. Me baje de la silla y fui al baño. Me sequé el pelo con el secador y lo guardé. 

{Narra Niall} 

Me despedí de mi hermano y me bajé de coche sonriente. Cerré la puerta y caminé hasta llegar a la puerta del instituto. Esperaba verme a Lorena, quería preguntarle otra vez que si quiere venirse a mi casa, pero seguramente me diría que no. Llegué a mi taquilla, pero cuando iba a coger el libro de la clase que me iba a tocar ahora la voz de Cristina Martínez hiso que pusiera los ojos en blanco.

-¡Cómo pudiste dejarme plantada ayer! -gritó.

-Mira, paso ya de toda esta historia ¿vale? -cogí el libro y cerré la taquilla, empecé a caminar.

-¿Que pasas de esta historia? -dijo persiguiendo.

-Déjalo -dije finalmente mientras seguía caminando.

{Narra Cristina Martínez}

No podía creer lo que me dijo Niall. Me quedé parada en el medio del pasillo con la boca abierta., mientras miraba cómo se iba. Oí cómo mis amigas venían hacia mi.

-¿Que te pasa? -preguntó Estela haciéndome el pelo hacia atrás.

En ese momento apareció la nueva, con Paola, Lucia y Cristina Brooks. Puse cara de asco, apreté mis puños, me giré y empecé a caminar hacia mi taquilla enfadada. Sabía que por esa tía Niall, me dejaría cómo otras muchas veces, pero seguiría luchando por él.

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