seis

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Convencer a Claudio había sido demasiado fácil, más de lo que esperaba.

Apenas se habían ido, cuando la Carla jaló de mi y me sentó en el sillón a su lado. Mi bebé dormía, así que antes de que empezara a hablar, lo llevé a su cuna. Carla llevó también a su hija a la cuna.

"Te apuesto a que nuestros hijos terminan juntos" dijo a modo de broma.

Salimos de la pieza y nos sentamos nuevamente.

"¿Quién parte?" pregunté.

"Tú" contestó.

"Bueno... ¿Te diste cuenta que salí lo más rápido posible?" ella asintió. "Mauricio me alcanzó. Y dijo mi nombre, dos veces. Yo... Quedé en shock. No pensé que iba a salir... No tenía motivos para hacerlo, después de todo, pero aún así salió." Carla se llevó una mano a la boca, estaba claramente sorprendida. Abrí la boca para hablar pero mi amiga me interrumpió.

"Claudio invitó a Pinilla. De él fue la idea..." confesó. No me sorprendía tanto, pero me hería un poco. "Él lo invitó porque es el padrino de Mateito, por eso y nada más. Tú sabes que ellos son amigos, pero cuando se trata de ti, es demasiado imparcial a tu favor... Ése día, cuando Pinilla llegó, Claudio le preguntó que qué mierda hacía ahí, ¿sabes cuál fue su respuesta?" negué con la cabeza. Obviamente no sabía. "Él dijo algo como vengo a recuperar a la persona que amo" el color abandonó mi rostro completamente.

"Él... ¿Qué?"

"Sí, me dijo que vino por ti, ¡Con qué bolas dice eso el muy hijo de...uy!" exclamó. "Claudio cometió el estúpido error entonces de avisarle que cantaríamos el cumpleaños en ese mismo momento. Todos se pusieron al rededor de mi hijo, Pinilla incluido... Yo lo vi. Estaba en una esquina, observando todo. Buscándote. Pero mi hijo comenzó a preguntar por ti al no verte en ningún lado. Intentamos que pasara desapercibida tu ausencia. Cuando estábamos cantando se escuchó un llanto... ¿Fue Joaquín, verdad?" asentí levemente. Me sentía incapaz de hablar. "Él miró a Claudio, interrogante... y posteriormente salió, asumo que pensando que eras tú. Cuando volvió, lucía derrotado" rodé los ojos. Já, esa no se la compraba. "En resumen. Mateo dio a saber que estabas ahí, con nosotros. Y luego de que salió, volvió derrotado y Claudio mantuvo una seria y larga conversación con él. El problema es que mi esposo a veces es un idiota"

"Cuando no" solté, ella rodó los ojos.

"Pinilla le preguntó, le rogó e imploró que le diera tu número, que sólo quería asegurarse que estabas bien. Claudio se rehusó y Mauricio salió echando humos de la casa, sin despedirse de nadie. No sabemos a dónde fue después, pero hoy Claudio lo llamó, y él seguía de mal humor" finalizó.

Muy bien, era mi turno seguir con su historia.

"Debe ser seguramente por la resaca" ella me miró sin entender. Inspiré profundo. "Ayer... Ayer Mauricio fue a tomar a algún lugar... Lo sé porque me llamó. Eran las cinco de la mañana, y yo no podía dormir porque no dejaba de recordar, y me dolía..." comencé a contarle todo lo que pasó realmente. Desde su llamada inesperada y sus comentarios producto de su ebriedad, hasta hoy en la mañana, cuando me mensajeó. Carla se veía consternada, demasiado enojada, como si no creyera lo que le estaba diciendo. Cuando terminé, maldijo por lo bajo. Me miró a los ojos, y supe que se venía una tanda de palabras no muy gratas para él.

"¡Será un imbécil!" chilló. "No puedo creer que sea tan sinvergüenza y descriteriado para llamarte... Más si está ebrio. ¿Qué mierda se cree este hueón?, ¿Cree que puede volver a engatusarte? Y por otro lado, ¿Te dijimos o no te dijimos que cambiaras el puto número?" me retó.

"Ya, lo siento. Sé que debía haberlo hecho, pero ya está. Él nunca borró mi número, él tiene la culpa..." le hice ver.

"Quiero verlos" exigió mi amiga. "Quiero ver los mensajes"

Suspiré.

"Ya, está bien. Voy a ir a buscar el celular" anuncié y me paré.

Al llegar a la pieza, noté que la pantalla estaba encendida, anunciando que tenía dos mensajes y una llamada perdida. Me tensé al leer el número; él de nuevo.

Vi los mensajes.

Te prometo que como
no me contestes voy a ir
a tu casa, Valen.

Mierda. Pasé a leer el segundo.

Ni siquiera sé si aún
vives ahí, pero si no
me contestas, iré a
comprobarlo.

¿Qué clase de broma cruel era ésta?

El corazón volvió a latir fuerte e irregularmente. Como siguiera pasando éste tipo de sustos, estaba segura que me iba a dar un ataque cardíaco.

Tenía una llamada perdida de él.

El timbre sonó un par de veces y sentí a la Carla gritar que ella iba. Salí de la pieza y corrí por el pasillo.

"¡No!" grité.

Pero ella ya había abierto la puerta, y adelante se encontraba un estupefacto Claudio con su hijo, ambos me miraban extrañados.

"No tenemos lista la mesa, Carla" la miré a los ojos, directamente, en busca de ayuda. Ella pareció entender y asintió.

"Pucha, lo siento, amiga. Se me olvidó que íbamos a hacerlos esperar un ratito más" se giró a Claudio y le sonrió. Él la miró no muy convencido. "Ahora tú tendrás que preparar la mesa, amor, porque la Vale y yo vamos a ir a ver a nuestros hijos"

Tomó mi mano y tiró de mi hacia mi pieza. Nos sentamos en mi cama.

Carla estiró su mano y le di mi celular. Leyó los mensajes, una y otra vez. De vez en cuando hacía muecas.

Cuando ya estimé que había sido suficiente, le quité el celular.

"Estaba leyendo" me dijo.

"Como por séptima vez, Carla" ella rodó los ojos.

"Como sea, solamente estaba procesándolos" sacudió la cabeza. "Oye... ¿No has pensado en, no sé, hablar con él?" ¿estaba hablando en serio? "Antes de que me ataques, escúchame. Él es el papá de Joaquincito" lo miró de reojo. "quizás él podría pagarte pensión alimenticia o algo... En el mejor de los casos volverían a estar juntos" dijo, como si fuera tan simple, tan fácil.

Me intenté calmar, repitiéndome una y otra vez que la Carla solo lo decía en un intento de ayudar.

"Carla, aprecio esto, y estoy haciendo un enorme esfuerzo para no enojarme ni estallar" ella asintió, sabía cómo era yo cuando me enojaba. "Yo no quiero volver a verlo. No quiero que se acerque ni a mi, ni a mi hijo. Él no se lo merece. Arruinó mi vida, y mi felicidad. Y ahora que la tengo de vuelta, no voy a dejar que la arranque de mi nuevamente"

"Ya, está bien, pero..."

"Pero nada. Carla, ya hemos tenido ésta conversación antes, solo... Dejémoslo así, fin del problema." ella asintió. Se levantó y me abrazó.

"Tu sabes que lo hago por tu bien" susurró.

Se alejó de mi y yo le sonreí. Le creía.

Salimos de mi pieza, y fuimos a la cocina, donde estaba el Claudio con el Mateo, sentados, esperando por nosotros.

"Hasta que llegaron. Te estaba esperando tía vale... Y a mi mamá igual" dijo Mateo con los brazos cruzados.

"Y aquí estamos, ahora vamos a cantarle al niño más precioso del mundo" él aplaudió y Claudio encendió las velas.

Le cantamos nuevamente a mi ahijado, y él sopló las velas. Cosa más linda. Estaba feliz, se le notaba en los ojitos. Y eso me hacía plenamente feliz.

True ColorsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora