trece

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Giré nuevamente sobre la cama y solté un gemido al chocar contra algo duro. Abrí los ojos y reprimí un jadeo. Había chocado de lleno contra el torso de Mauricio.

Me alejé lentamente, temiendo que despertara, pero era obvio que no iba a despertar. Él iba a dormir por quizás cuanto rato más.

Me levanté sin meter ruido y salí a la cocina, pensando en qué podía hacer para que Pinilla no me preguntara por Toselli. No tenía ninguna respuesta lógica preparada. Podía decirle que había ido a entrenar, pero ¿Cómo mierda explicaría el hecho de que durmió en mi cama? Y peor aún, ¿que durmió conmigo? Solo un maldito milagro me podía salvar.

Luego de tomarme el desayuno volví a mi pieza, tenía que hallar la forma de sacar a Joaquín de ahí, para que no fuera a despertar a Mauricio.

Culiá que se preocupa por el ex, buena esa, vale.

Tomé en brazos a mi bebé, que aún dormía cuando la puerta sonó. Mi bebé abrió los ojos y comenzó a llorar. Maldita sea. Qué conveniente todo. Corrí a abrir la puerta con mi bebé en mis brazos. Intentaba calmarlo pero nada resultaba. Abrí la puerta y me quedé paralizada. Es casi como si lo hubiera invocado. Cristopher estaba parado en la entrada de mi casa, con una mirada incómoda.

"Cristopher" murmuré. Él se acercó a mi y besó mi mejilla. Lo miré sin entender cómo ni por qué había venido. Toselli tomó a mi bebé y comenzó a mecerlo, mi Joaquín lentamente comenzó a calmarse y yo no podía dar crédito a lo que estaba pasando.

"Tu amiga me llamó a las siete de la mañana" murmuró. "Dijo que había estado cuidando al bebé y que hm... Ibas a necesitar ayuda hoy por la mañana, así que aquí estoy." sonrió. Mi milagro se llamaba Consu. Me prometí agradecerle después por haberme salvado el pellejo. "Pero aún no entiendo a qué..."  se calló y enfocó su vista detrás de mi. "Mauricio" pronunció su nombre.

Cerré los ojos y me giré para toparme con un desorientado Pinilla saliendo de mi pieza, solo en boxers. Miré a Cris y le rogué con la mirada que me ayudara.

"¿Qué haces aquí?" preguntó. "¿Y qué haces saliendo de la pieza de mi novia?"

Él me miró y una sonrisa perversa se instaló en su rostro. No era de esas malas, era como esas que pones cuando quieres molestar a alguien, era una sonrisa que me había quitado el aliento muchas veces en el pasado.

"Ups." se limitó a decir.

Cris entró a la casa y se acercó a él.

"No te vuelvas a acercar a ella" Mauricio alzó una ceja.

"Dile a ella que no se acerque a mi... Ella es tu novia, no yo."

"Sí, pero confío en ella. En cambio en ti no." Mauro rodó los ojos y pasó de él, con dirección a la cocina.

Cristopher entró a la pieza y salió sin mi hijo. Supuse entonces que lo había acostado.

"¿Él durmió contigo?" asentí levemente. "¿Te hizo algo?" negué. "Ahora entiendo por qué tu amiga me dijo lo que me dijo. Mauricio es una rata, siempre aprovechándose de los momentos."

No sabía que responderle, así que simplemente tomé su mano y lo acerqué a mi, fundiéndonos en un abrazo. Él comenzó a acariciar mi cabello.

"Lamento interrumpir sus cursilerías." habló Mauricio un tanto serio. Lo miré fijamente, y él me miró de vuelta. "Necesito hablarte... Y en privado si es posible." Cristopher soltó un bufido. Mauricio sonrió cuando comencé a acercarme a él. Lo seguí hasta la cocina.

"¿Y bien?" pregunté.

"Te ves hermosa." evité rodar los ojos, en cambio alcé una ceja.

"¿Eso es todo?"

"No, te ves preciosa... Eres perfecta-"

"Mauricio, sabes que no me refiero a eso" lo interrumpí. Él soltó una carcajada.

"Lo intenté." se encogió de hombros. "Necesito que me lleves a mi casa. Mi vuelo con Giss a Miami sale en tres horas." anunció.

Sentí una punzada de ira recorrer mi cuerpo. Para esa hueá me quería.

"No va a ser posible." él alzó una ceja y, por más que el tiempo pase, seguía viéndose tan sensual. "Ayer cumplí con traerte aquí porque estabas curado hasta la mierda, pero ahora tu ves como te vas, Mauro." él rodeó la barra que nos separaba y se acercó lentamente a mi.

"Esto cuenta como un secuestro, entonces." sonrió coqueto. Imbécil.

"No lo es si el imbécil está curado y no hace nada más que hincharte las bolas por teléfono y posteriormente te llama el dueño del local para que lo vaya a buscar." lo confronté. "Y a eso sumémosle que no me dejaste dormir en toda la noche porque te metiste en mi cama sin permiso." Él alzó sus manos, en señal de que me detuviera.

"Si mal no recuerdo, no hiciste nada para echarme, y lo más bien que dormiste entre mis brazos... No te escuché quejarte ningún segundo." susurró cerca de mi.

¡Pero que es hueón! Lo odio, lo odio tanto. Pero no iba a ganar, no está vez.

"Y si mal no recuerdo, yo no soy la que ayer se largó a llorar porque me quería de vuelta." el se echó para atrás enseguida, mirándome con sorpresa. Solté un suspiro. "Como sea, Mauricio, por favor ándate de aquí, ¿sí?"

Me di media vuelta, y antes de salir de la cocina, el tomó mi muñeca y me giró bruscamente, chocando con su torso, me envolvió en un abrazo.

"Quizás haya estado algo curado... Pero eso no le quita lo certero a lo que te dije." susurró en mi oído. Me estremecí y él salió de la cocina.

Quería llorar de la rabia que sentía. Solo él podía causar tanto dolor y tanta ira en mi. Estúpido Mauricio. Me negaba totalmente a creerle. No iba a caer en sus redes, ni mucho menos iba a comprarle el cuento de que me quería.

Sentí un portazo y asumí que él ya se había ido.

Volví a la sala de estar y ahí se encontraba Toselli con mi bebé. Una idea se presentó en mi mente. Quizás... Quizás podría intentar enamorarme de Toselli, e intentar enamorarlo...

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Hola, aquí estoy nuevamente con un capítulo de true colorssssss.

Me he demorado igual, y les pido disculpas por eso jiji.

Espero que le guste. Espero sus comentarios 👀 fndndnd.

Las quiero,

Pathy.

True ColorsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora