cuarenta

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dedicado a todas ustedes niñas limdas que me leen


Mauricio se alejó de mi y me miró detenidamente.

"Vale, vamonos" soltó minutos después, muy como si nada. Fruncí el ceño y lo miré sin entender. "Vamonos de aquí, vamonos a Bergamo, vivamos juntos, intentemoslo"

¿Qué?

Mauricio se había vuelto totalmente loco, no podía estar pidiéndome esto. Porque estaba mi prima allá, mi prima embarazada... Y porque, era muy pronto, yo no estaba segura de aceptar. ¿Y si las cosas salían mal? Iba a terminar en Bergamo con el corazón roto y sin poder volver a Chile. No, yo prefería la seguridad de mi casa, de mi país, aunque no fuera mucha.

"Mauro..." suspiré. ¿Cómo decirle que no sin que se enojara?, ¿Sin que reaccionara mal?

"Vale, no hay nada que temer. La Gissella se fue, ella ya no está viviendo conmigo. Nosotros... Terminamos la relación antes de que yo me viniera a Chile, antes de que viniera a verte ella y yo ya no estábamos juntos. Ella me engañó, y todavía no sé con quien.... Y prefiero no saber con quién, porque eso me deja la oportunidad de estar contigo, de poder decirte cuanto te amo, y cuanto quiero compartir mi vida contigo" posó sus manos en mi cintura. "Y yo sé que te haría bien estar allá...Cambiar de aire, cambiar tu vida, no sé"

Ya no estaba con mi prima... Eso era nuevo. Por eso se notaba tan relajado, y no le preocupó mucho cuando pasó... lo de la Clínica.

"Vale, por favor, piénsalo. Le podremos dar una nueva y buena vida a nuestro hijo, vamos a estar juntos" insistió. "Nos merecemos una segunda oportunidad. nos merecemos el y fueron felices pro siempre del que siempre me hablaste cuando tenías 17"

Y la idea me tentaba, pero no sabía qué responderle. Iba prácticamente a huir de mis problemas.

"Vale... Por favor, respóndeme, dime algo, un sí, un no" suplicó.

Quería irme con Pinilla, quería darme una segunda oportunidad en honor a todo lo que tuvimos cuando eramos más jóvenes. y me costaba admitirlo, pero estaba enamorada aún de él, y probablemente siempre lo estuve.

"Mauro... Tú me gustas" vi como su rostro se iluminó. "Pero, tengo que pensarlo, tengo que ordenar mi cabeza" él asintió.

"Vale, te voy a volver a enamorar, voy a hacerlo todo para estar contigo. Ya no hay nadie que se interponga"  besó mi frente y se dio media vuelta para salir. 

"¿A dónde vas?" pregunté.

"Tengo que ir a arreglar un asunto, ya vuelvo" fue todo lo que dijo.

Cuando se fue, no pude evitar sentirme vacía. Tenía mucho en que pensar ahora. Quería irme con Mauricio, quería dejarlo todo, pero la vida no es tan fácil hueón.

Las horas pasaban y Mauricio no llegaba, me estaba preocupando caleta, además que no podía moverme mucho y estaba en la cama, con el dolor de mierda en la cadera. Me había dado tiempo para pensar la situación y su propuesta, y había llegado a la conclusión de que quería estar con él, y entendí que si no era ahora, no iba a ser nunca.

Habíamos pasado por tantas cosas, que no podía negarme, sería una estúpida si lo hacía. Todo lo que pasamos no habría valido nada, las peleas, los gritos, los llantos, todo.

Mauricio me había enseñado múltiples cosas en este tiempo y le debía mucho. Me había enseñado que nada es para siempre en este mundo. que las amistades iban y venían, que las personas pasaban por tu vida por alguna razón, que la vida era una y había que aprovecharla, y que por eso mismo tenía que vivir en el ahora... Porque a pesar de todo, siempre iba a haber alguien que iba a estar contigo, alguien que te iba a ser leal, alguien que te iba a querer por como eras. Con Mauricio no habían fronteras, no habían límites definidos y nosotros sabíamos que estaba en nosotros ser felices, que estaba en nosotros pintar los días con colores brillantes, que estaba en nosotros pintar la vida del otro. Y al final, siempre se conoce la esencia de uno, siempre salen a la vista los verdaderos colores, las verdaderas intenciones. Y Mauricio brillaba por su amor, brillaba para mí porque a pesar de todo este tiempo, Mauricio seguía queriéndome, había cambiado totalmente, y me había enamorado de nuevo. Y yo sin saberlo, caí nuevamente ante él. Pero no me molestaría repetirlo una y otra vez, porque estaba segura de que Mauricio Pinilla era la persona, él era quien iba a estar conmigo, él era quien iba a estar en las buenas y en las malas.

Me levanté de la cama e hice la maleta con las pocas cosas que tenía de aquí, cosas que no sé como mierda llegaron aquí, pero que eventualmente me iban a servir en Bergamo, ya iba a tener tiempo después de comprar más ropa o algo. Estaba terminando de cerrar la última maleta cuando Mauricio llegó.

"¿Qué estás haciendo?" sentí el temor en su voz. Me giré a verlo con una sonrisa.

"¿Cuando partimos a Bergamo, amor?" una sonrisa apareció en su rostro y corrió hacia mi, fundiéndonos en un abrazo, porque no había nada más sincero que eso, no había nada más natural, nada más tierno que un abrazo entre dos personas que siempre se han amado.

Y si no lo tenía claro, lo sabía ahora. Mi lugar siempre estuvo con Mauricio, ese hombre que, a pesar de tener el look de chico malo, era todo lo contrario cuando se enamoraba. 

Y ahora íbamos a estar juntos, por y para siempre.

FIN.

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ESTOY DE VUELTA CONCHETUMAREEEEEEEEEEEEEE (con esta hueá que salió re penca pero pico jjjj).
jeje, no se lo esperaban, yo tampoco.
Esta idea se me ocurrió anoche en mi delirio nocturno sdmfmnfb.

Falta el epílogo kbraz, así que loh vimoh.

Y en el epílogo mismo les woa contar algo suuuuuuper interesante (sarcasm), y obvio se va a entender más lo último jeje.

bai bai.

(no era un funeral)

Pathyrzán, o Melanie, o Pathy, o la hueá que sea, perritaaaa.

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