dieciocho

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Abrí los ojos, un poco desorientada. La resaca mañanera apesta. Me acomodé en la cama. Juro que nunca más voy a tomar tanto. Estiré el brazo para tomar mi celular y ver la hora y me quedé quieta al darme cuenta de que no era mi pieza. ¿Qué mierda?

Recorrí con la mirada toda la pieza, que se me hacía bastante conocida. Crucé los dedos mentalmente para que no fuera de quién creía que era, pero no sirvió de nada. La puerta se abrió y Mauricio apareció por ésta.

Mierda, mierda, mierda. Puta la hueá. Esto no podía estar pasando.

Sentí la bilis subir por mi garganta y corrí al baño. Me arrodillé y dejé que todo saliera. Unas manos recogieron mi cabello en una cola.

Cuando terminé, me levanté y tomé agua del lavamanos mientras él tiraba la cadena.

Salí del baño y me senté en la cama. Mauricio me siguió. Era incómodo. Sabía que tenía que hablar, pero no sabía por donde empezar. Él avanzó y se detuvo frente mi.

"Mauricio" murmuré.

"No digai nada... Hm, te dejé ropa limpia ahí" señaló una silla que había en un extremo de la pieza. "Bañate si quieres. Te espero afuera, tenemos que hablar" dijo totalmente serio.

Di un respingo y asentí. Lo vi salir de la pieza. Me tiré en la cama con los ojos cerrados.

¿Qué pasó ayer?

Empecé a pensar o intentar recordar pero tenía recuerdos vagos. Sé que fui a ese bar... Que casualmente resultó ser de Mauricio...y fui con Cris, ¡Chucha! Dejé a Cristopher solo, a mi andante... Pero no entiendo cómo llegué al departamento de Pinilla, y eso sí que era preocupante. Esperaba por Dios que no haya pasado nada entre nosotros porque eso contaría como una infidelidad a Cris, y él no se lo merece.

Entré al baño y me duché rápidamente, con mi cerebro funcionando al máximo para intentar recordar algo más respecto a anoche, pero nada pasaba. Para cuando me terminé de vestir, me rendí. Iba a ser inútil.

Tenía vergüenza, y rabia, pero aún así no podía dejar que la cobardía me ganara, tenía que hablar con Mauricio sí o sí.

Salí al living-comedor y ahí estaba él, sirviendo el café. Me senté en un puesto lo más alejado de él posible, osea, en el otro extremo de la mesa. Mauricio puso delante mío una taza de café y un plato con huevo revuelto y lo que parecía tocino. Parece que se le habían pegado los gustos cuicos y extravagantes de mi adorada prima.

El silencio se cernió sobre nosotros, haciendo de la situación un momento incómodo. Decidí que sería mejor hablar ya, si total de una u otra forma sabía que iba a quedar la cagá, lo sospechaba desde que intenté hablarle en la pieza.

"¿Cómo llegué aquí?" solté la pregunta sin anticipación alguna. Él me miró con una ceja alzada. Se encogió de hombros.

"Te traje" contestó y dio un sorbo a su café. ¿Esa era su respuesta?

"¿Y por qué?"

"Porque estabai curá y el inservible de Toselli no aparecía. Te estabai agarrando a combos con una mina..." sonrió, pero yo no le veía la gracia. "por mi"

Me atraganté y comencé a toser.

"Mentira. No, no te creo" él rodó los ojos.

"Como quieras. Es decisión tuya si me crees o no. Solo te informo que yo te cuidé y estuve contigo... Así que quizás deberías dejar tu odio de lado y creerme"

Siempre tan arrogante, tan estúpido, lo odio, pero él tenía razón. Él me cuidó,  él... Sentí la sangre abandonar mi rostro.

"Tú... Tú ¿Dormiste conmigo?" él me miró impasible.

"Obvio, ¿Dónde más iba a dormir?"

"Si mal no recuerdo en este departamento hay piezas para invitados... Lo que me recuerda que yo no debería estar aquí, en cualquier momento llega mi prima y-"

"No vivimos aquí" me interrumpió. Alcé las cejas, sorprendida. "Ella no ha entrado jamás a este departamento... Cuando terminamos yo dejé de venir y... No sé, no lo volví a usar hasta ahora" se encogió de hombros.

"Linda historia" dije de pesá. Él negó con la cabeza. Cuando comprendí que no se iba a dignar a hablar, y que tampoco me iba a contar de lo que pasó anoche, me levanté bruscamente de la mesa, ignorándolo. Fui por mis cosas a mi pieza y salí de ahí. Al pasar por el comedor no me fijé si Pinilla seguía ahí, me daba lo mismo realmente. Tomé la perilla para salir, pero una mano pasó cerca de mi cuerpo, haciendo presión contra la puerta.

Solté un bufido.

"Me toca a mi hacer las preguntas ahora" susurró contra mi oído. Me giré a verlo. Estaba a centímetros de mi.

"¿Y qué mierda quieres saber tu, imbécil?" le pregunté un tanto alterada. "Déjame ir. Tengo a mi hijo esperando en mi casa y Cris debe estar preocupado" le recordé, sabía que detestaba que que pronunciara su nombre. Lo sentí tensarse.

"Entonces respóndeme po" me ordenó. "¿Así que empezaron ayer a andar con Toselli?" me quedé helada. No tenía idea de cómo supo eso. "Ayer me lo confesaste, Valentina" respondió mi pregunta muda. "Dime entonces, ¿Es verdad? Porque si es así... ¿Quién mierda es el papá de tu bebé?"

QUÉ.

Comencé a reír histéricamente porque era lo único que podía hacer.

"El papá es Cristopher, Mauro. Y... Nosotros... Habíamos decidido tomarnos un tiempo, pero... Volvimos" mentí. Ni yo me la creí.

Él entrecerró sus ojos.

"¿Volvieron? Pero si están andando..."

Esto tenía que ser un chiste, por la cresta.

"¿Y a ti qué te importa?" le pregunté enojada. Él me miró y pude ver en sus ojos que no me iba a dejar ir hasta que hablara o le diera una respuesta que lo dejara satisfecho. "Mauricio, nos tomamos un tiempo antes de que naciera nuestro hijo, pero decidimos que es mejor que lo volvamos a intentar... Por él" sus facciones cambiaron totalmente. Me creyó. ¡Me creyó! Mi yo interior hizo un baile de cinco segundos.

Alejó sus manos de mi y me miró como triste. Mi corazón se apretó, pero me repetí que él se lo merecía. Se alejó unos pasos de mi.

"¿Por qué?" fruncí el ceño. "¿Por qué a él le das segundas oportunidades y a mi no me diste ni una sola?"

"Porque él no me engañó. Porque el fue real conmigo, y sobretodo porque no lo encontré en la cama con mi prima" su mirada cambió a una de furia.

"Ándate, ahora" señaló la puerta.

¿Este hueón me estaba echando?

"Te odio, Mauricio Pinilla. Fuiste lo peor de mi vida, mi peor decisión, y me arrepiento de haber perdido mi tiempo contigo" le respondí con la misma frialdad.

Me giré a la puerta y la abrí. Antes de salir, las manos de Pinilla se posaron con fuerza sobre mi cintura. Me giró rápidamente y me empujó hacia la pared. ¿Pero por qué tan brusco por la cresta? Su mirada intensa perforó la mía.

"Cariño, puedes odiarme y todo, pero nunca perdimos el tiempo..." me guiñó el ojo. "Especialmente cuando estabas en mi cama, pidiéndome por más"

No lo pensé mucho y le di una cachetada. Él me miró descolocado. Se me estaba haciendo costumbre perder los estribos con él. Tomó mis manos y se acercó a mi rápidamente, uniendo nuestros labios en contra de mi voluntad, besándome brusco y posesivo. Se separó de mi al darse cuenta de que yo no iba a seguirle el beso.

Mi teléfono comenzó a sonar, y esa fue mi señal. Me recompuse en cosa de segundos y salí de ahí tan rápido como pude.

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En serio discúlpenme si está medio raro y fome:(, no estaba muy inspirada jajajaja.

En fin, el drama está estallandoooooo.

Pathy.

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