Capítulo 23.

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-¿Cuándo termine la operación lo puedo ver?- pregunté con la esperanza de que me dejaran verlo y lo más importante que estuviera vivo.

-Bue… Bueno creo que podría hacer algo- dijo la recepcionista apenada.

-¿Puedo hablar con usted?-la joven aceptó, se alejaron de mi para que no pudiera escuchar. Solo me cubrí la cara con las manos y trate de calmarme, me repetía mil veces “todo estará bien, todo estará bien”.

Una hora después la recepcionista se me acercó, Ángel había insistido para buscarme algo de comer pero no tenía hambre, se fue de todas maneras.

-Alison, Liam ya ha salido de la operación- me avisó, me levanté de un salto de la silla.

-¿Esta bien?, ¿salió bien?, ¿como esta?- pregunté rápido.

-El doctor dijo que salió bien pero todavía tienen que esperar a ver resultados, no ha despertado, llamaré a su familia ahora para avisarle, también he hablado con una de las enfermeras para que te deje verlo pero que sea rápido, todavía no puede recibir visitas.- dijo.

-¡Oh gracias a Dios!, Gracias de verdad, te lo voy a agradecer toda la vida, gracias..

-Te llevare donde mi amiga y luego ella te llevará al cuarto de Liam.- La seguí por el largo pasillo y llegue hasta un pequeño cuarto, de ahí me fui con una enfermera y llegué a una habitación, entramos y ahí estaba Liam.

-No tardes mucho, estaré en frente en la otra habitación.

-Sí, gracias- dije y me acerqué a él.

Ya no tenía tantos aparatos, solo el aparato del corazón, el suero, un tubo y otra máquina que nunca había visto.

-Mi vida, ya he vuelto.- me senté a su lado y tomé su mano.- Te amo Liam, recupérate por favor, hazlo por mí, hazlo por los dos, despierta cariño.- dije con los ojos llenos de lágrimas y mi corazón palpitando cada vez más rápido.- Te extraño mi amor, ya no sé qué hacer sin ti, no quiero estar sin ti.- me recosté en su pecho y escuchaba el sonido de su corazón. -Te amo Liam, te amo…- lloraba en su pecho con nuestras manos entrelazadas.- Te necesito, necesito tus abrazos, necesito tus besos, necesito tu voz, te necesito Liam, por favor no me dejes sola, me siento perdida sin ti.

Mi corazón se paralizó cuando sentí su mano apretar levemente la mía, me levanté de su pecho y mire sus ojos se veían cansados pero con el mismo brillo que siempre me miraban.

-Li… Liam- dije sin voz, estaba sorprendida y a la vez feliz porque me había escuchado.

-A… Ali- dijo casi inaudible, su voz se escuchaba ronca y muy baja.

-No hables amor, no hagas esfuerzos por favor, no quiero perderte.- dije con las lágrimas rodando por mis mejillas.- Mi vida déjame llamar al doctor o a una enfermera.- dije alejándome de él.

-Ali… no Ali, no te vayas no me dejes solo…- dijo levantando la mano para que no me fuera.

-Es rápido mi vida, déjame llamar a la enfermera que está aquí en frente.- dije y fui corriendo al cuarto de en frente.

Volví con la enfermera, Liam tenía los ojos cerrados y me asusté, me acerqué a él.

-¿Liam?, mi amor- dije preocupada.

-Ali…- dijo con gran esfuerzo.

-Aquí estoy mi amor, aquí estoy.- dije cogiendo su mano. La enfermera estaba revisando las maquinas.

-Ali, te… te a… amo...- dijo dando un apretoncito a mi mano y mirándome a los ojos.

-Y yo a ti, mi vida.- dije parpadeando para que no salieran las lágrimas y no me viera llorar de nuevo.

-Te… amo- dijo y las maquinas empezaron a sonar. Pi, pi, pi, pi, pi… la enfermera me miro con los ojos bien abiertos.

-¿Liam?, ¡Liam!, Liam no, por favor no me dejes no por favor, no me dejes.- gritaba pero él ya no me podía escuchar, lo abracé.- Liam por favor, mi vida, todo estará bien vas a estar bien, abre los ojos de nuevo, por favor.- decía, ya no sentía su corazón.
-Liam, Liam, Liam, por amor a Dios, no lo hagas, no me dejes, me lo juraste, me lo prometiste.- lloraba, las lágrimas salían sin parar, mi respiración se cortaba más y más, sentía que me iba lejos, la enfermera vino y me agarró, miraba todo en cámara lenta, me sacó de la habitación y veía mucha gente en el pasillo que entraban a la habitación, porque ellos iban y yo no, quiero estar con Liam, no podía dejarlo ir, tenía que ayudarlo, él se tiene que quedar conmigo.

-¡Alison!, ¡Alison!- me gritaban pero ya no podía escuchar nada, ya no sentía nada, ya no podía respirar.

Me sentía asfixiada, no podía abrir los ojos, alguien me gritaba.

-¡Ali! ¡Alison! Cariño, Alison.

-No, no, Liam por favor, no, no me dejes, yo te amo, no me dejes, no me dejes.- no podía abrir los ojos, me sentía encerrada.

-¡Cariño! Estoy aquí…- Me movían por los hombros, pero no podía abrir mis ojos, por más que quisiera no podía abrirlos.

-Mi amor, vamos cariño, ¿Qué te pasa?, despierta Ali, despierta ¡Alison!

Abrí los ojos, parpadee, las lágrimas no me dejaban ver bien donde estaba. Aparté las lágrimas con mis manos y mire a un hombre que no reconocía, era alto, fuerte, con los ojos color avellana y los labios rojos, el cabello castaño oscuro le caía un poco sobre la frente.

-Alison, mi vida, ¿Qué te ha pasado?- preguntó.

-Yo…yo…- no sabía que responder, ¿qué hace este hombre aquí?, ¿Quién es?.

-Mi amor, ¿Qué pasa? ¿Por qué me miras de esa forma?- preguntó. Su voz era un poco ronca pero tierna y profunda, se parecía a…

FIN!

¡Tú, siempre serás tú! (COMPLETA.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora