Capítulo 3.

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Oh Dios mío, suspire audiblemente, sin querer, esperaba que no lo haya escuchado. Le dije adiós con la mano, voltee para dirigirme a mi clase de música pero recordé que no había buscado a las chicas y me dije: *Oh no, se enojaran conmigo por no prestarle atención desde mi furiosa huida de la clase de literatura*

Me giré y empecé a caminar hacia donde la había visto pero me pare en seco cuando mi móvil vibro en el bolsillo de mi bolso. Un mensaje de Jade.
*Donde demonios estas, deja a Liam y ven que falta poco para que el profesor llegue*

*Ya voy y ya deje de hablar con Liam*- le respondí.

Vi la hora en mi móvil y faltaban dos minutos para que el profesor llegara a la hora que acostumbraba y no podía llegar a tiempo si no corría. Así que giré en mis talones y empecé a correr y Pouh....
Cuando iba doblar el pasillo tropecé con Brian Day, un chico de cuarto año, rubio, de piel clara y ojos verdes claros y musculoso.
Caí delante de él, Brian solo dios dos pasos atrás pero no cayó hacia abajo. Lo mire desde abajo pero no pude ver bien mis ojos estaban aguados y veía borroso. El me tendió la mano para levantarme.
-Lo siento... Disculpa- dije apenada y pestañando para que no se saliera ninguna lagrima, cuando las aparte lo vi bien, llevaba unos jeans azules y un suéter negro.

-No te preocupes no me hice daño, Eh... ¿te hiciste daño?- me preguntó un poco preocupado.

-No, estoy bien, Eh... discúlpame Brian pero debo llegar a la clase de música en...- mire el reloj- Un minuto, Oh Dios llegaré tarde- me preocupé.

-Yo... si quieres nos vemos después de clase y te invito el almuerzo en símbolo de disculpa- me dijo con una sonrisa agradable en su cara.

-¿Eh?, Ah encantada, adiós- dije y levanto la mano, yo le devolví en saludo.
Volví a correr pero con más cuidado, hasta que llegue al curso, cuando iba a entrar me di cuenta de que el profesor no había llegado. Mis músculos tensos se soltaron y me desplome en mi lugar de siempre, en la primera fila con las chicas a mi lado. Cinco minutos después el maestro entro.

-Hola chicos- dijo en un cantito con una gran sonrisa en su boca, a decir verdad el maestro de música era joven y para el colmo sexy. El señor Marcos Lincoln tiene algunos veinte y tres años, su boca era color rosa claro, no muy alto, musculoso, su piel es blanca y sus ojos color avellana.

-Hola- respondimos al unísono, se dibujó una sonrisa en mi boca cuando me miro y me sonrió, no entendí porque pero me imagino que me vio corriendo para llegar a su clase.

-Bueno empecemos, saben que hay examen hoy ¿no?- se dirigió hacia la gran pizarra y escribió en letras grandes.
*Examen sobre la historia de la guitarra*

-¿Podemos empezar ya?- gritó alguien en el aula.

-Sí ya vamos a empezar- dijo Marcos calmadamente.

Se dirigió con grandes pasos hasta el escritorio, recogió el paquete de hojas de la mesa y paso por cada mesa entregándola y cuando llego a la mía me sonrió.

-Señorita Smith, casi no llega a mi clase- dijo en voz baja la cual se escuchó muy sexy.

-Oh, discúlpeme señor Lincoln es que tuve un pequeño percance- dije también en voz baja.

-Oh no, está bien, lo importante es que llegó a tiempo- me regaló otra hermosa sonrisa.

Le mire a los ojos y le sonreí sensualmente. Cuando se alejó para seguir entregando los exámenes me di cuenta de que mis amigas me miraban intrigadas por saber lo que me había dicho. Así que les sonreí estas me devolvieron la sonrisa.

Empecé a leer mi examen el cual estaba facilísimo ya que me sabía casi todo sobre la historia de la guitarra y eso que ni siquiera mire un cuaderno. Lo termine de llenar y alce la mirada y vi que en la clase nadie había entregado, Haley me miro y le dije por seña si ya había acabado y me asintió, mire a mi otro lado y le hice la misma seña a Jade esta también me asintió y voltee y mire a Ashley hice la misma seña y está también me asintió. Me deslice de mi silla y fui hasta el escritorio del maestro.

¡Tú, siempre serás tú! (COMPLETA.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora