Caja

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Ding Dong

Fui a abrir la puerta, extrañado. No estaba esperando a nadie.

-Buenos días. Traigo un paquete a nombre de Jeon Jungkook.

-E-ese soy yo.

-Pues toma. Que tengas un buen día.

El repartidor me entregó una caja enorme, y con enorme digo enorme de verdad, y se marchó.

Con muho esfuerzo, la trasladé a mi habitación y cuando la estaba depositando en el suelo, vi una nota.

<<Espero que lo disfrutes. Ya me lo agradecerás. 😉😜
PD: Es perfecto para tí.

Hoseok>>

Ahora todo me cuadraba. Yo ya empezaba a dudar de mi memoria ya que no recordaba haber encargado nada. Y con razón, porque un amigo lo había comprado para mí.

Antes de abrir la caja, cogí el portátil e invité a Hoseok a una videollamada. Él aceptó encantado.

-¡Jeonggugie! ¡Qué sopresa! Uy, ¿Por qué me miras cómo si me quisieras matar?

-¡Por qué hyung! ¿Por qué me has comprado una cosa tan grande? ¿Dónde la voy a meter? -me quejé.

Su expresión cambió a una pervertida y oscura.

-¿Ya has abierto la caja? -susurró acercándose el micro a los labios.

-N-no.

-Pues ábrela que se va a asfixiar allí dentro. ¡Corre!

Bajé la pantalla de mi ordenador y abrí la caja con cuidado. Me llevé una gran sorpresa al abrirla.
Había un chico. ¡UN CHICO!

Y encima, estaba desnudo. Lo tapé con una manta y lo puse encima de mi cama.

Volví a abrir a Hoseok que me miraba impacientemente.

-¿Y esa cara de haber visto un fantasma?

-Hyung...

-¿Jungkook? ¿P-por qué lloras?

-¿¡Cómo has podido regalarme un cadáver!? -dije con lágrimas en los ojos.

-Pero él no es un...

Le corté a Hoseok y me senté en la alfombra de mi habitación, observando el chico.
Estaba bronceado, tenía una melena gris y dos aretes plateados en cada oreja. Sus pestañas eran gruesas y largas y tenía una bonita nariz. Qué pena que hubiera muerto una persona tan hermosa.

Vi como se le veía el pecho y rápidamente le subí la manta hasta arriba. Era verano pero no me importó.

Al subir la manta, mis dedos tocaron su cuello y oí algo que no esperaba. Las venas del cuello se movían. El chico estaba respirando.

Demasiado cansado como para asimilar eso, me tumbé en el suelo pensando que tenía un extraño durmiendo en mi cama.

Cuerpo y Mente (Vkook)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora