4. Entre tú y yo

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No hay mejor canción que Love is war para este capítulo, no creen? Aunque muchas otras también se me vinieron a la mente e___e

En fin, disfruten el capítulo~! Hay glosario al final ^^

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Mikuo de nuevo arrastraba a Rin hacia otro lugar, ubicado a 15 minutos de los estudios Sega. Era un edificio bastante parecido al anterior, en realidad; sólo que en éste había menos personas. Saludó a un guardia de seguridad, quien le entregó una llave con el número 14. Él subió a un elevador y ella, con algo de inseguridad, decidió seguirlo a donde fuese que la llevara.

Se detuvieron en el piso 3, avanzaron entre los pasillos —ella detrás de él— y llegaron hasta la puerta que correspondía al número de su llavero. Mikuo giró la perilla y con un movimiento de cabeza le indicó que entrara.

En el interior había una pequeña sala, una cocina, tres puertas más que de seguro eran dos habitaciones y un baño, y al fondo un cuarto de lavado. Los estantes contenían libros desordenadamente, la cocina estaba llena con trastos y sobre una mesita posaba una lámpara junto con una libretita. Rin pensó que era el departamento de Mikuo, hasta que se topó con un portarretratos donde aparecían ella y su hermano, seguramente tomada en aquellos tiempos cuando sus padres seguían casados. Continuó observando: la vitrina estaba repleta con vinos y licores e incluso en la barra del comedor quedaban envases de cerveza vacíos o con líquido escurriendo por las esquinas.

Al continuar explorando se topó con otra fotografía sobre el sofá donde aparecía Meiko con un sujeto de cabellera larga morada y un chico mucho más joven que ellos dos.

«No me queda dudas sobre quién vive con semejante tiradero»

—Lo siento, Mikuo. «Pensé que vivías aquí»

Él fue hacia la habitación de Meiko, sacó una botella de Beni Mansaku¹ y virtió un poco sobre un vaso mientras se sentaba en la mesita de centro que estaba en la sala; colocó otro más frente a Rin, justo entre la botella rosa y un envase de Ramune² para que ella misma decidiera cuál tomar.

—No diré nada si tú tampoco lo haces.

Claro que, como la niña buena que es tomó el Ramune sin pensarlo dos veces. «Aburrida» Se burló Mikuo en su mente.

—Y bien, Imouto-chan —dijo estirando ambos pies—. ¿Cuál es el problema?

No respondió, simplemente dio un sorbo a su vaso mientras agachaba la mirada. Él no tenía por qué saber de sus problemas.

Dio un resoplido, alejando algunos cabellos que le obstruían la vista. En silencio miraba hacia ningún sitio en específico —Cuando Miku aún no era famosa acudía a su hermano mayor para todo —dijo el pobre con melancolía—. Me contaba cada pequeño detalle de sus días como una colegiala normal.

Sí, Rin era igual con su hermano. ¿En qué momento Len se había distanciado tanto de ella? Se supone que se decían todo el uno al otro, pero por la actitud del staff y las fans en el estudio podía decirse que fue la última en predecir semejante giro de los acontecimientos.

—Era tan tímida y callada...

«Tan íntimo conmigo...»

—Sentí que me dejaba de lado cuando comenzó a firmar con Sega.

—¿Tanto así que terminaste yendo tras ella?

—No... era mi sueño, también —Mikuo llenaba de nueva cuenta su vaso—; pero se le subió a la cabeza. Su mundo y el mío comenzaron a hacerse diferentes. Tal vez no lo entiendas.

«Oh, lo hago.»

—Me sentí traicionado cuando comenzó a usarme para ganar popularidad, aunque la verdad dudo que le sirva. No tengo nada, a fin de cuentas.

Ella se animó a probar de la botella rosa, por primera vez.

—Tu hermano no pudo llegar en peor momento. Lo odio por acercarse a ella más de lo que podré hacer yo jamás.

A Rin le pasaba algo similar con la hermana de él. Quería hacer contacto con la piel de Len, sentir la calidez de sus labios y escucharlo decir cosas que a nadie más diría; ahora se preguntaba si en su situación actual eso sería posible.

—Me sentí traicionada cuando vi a Len con otra chica.

Mikuo levantó las cejas con interés y curiosidad brotando en sus ojos —¿Traicionada? —repitió.

—¡Maldita sea, me duele! ¡¿Por qué no puedo ser yo?! ¡Deseo no ser su hermana, quiero que me mire como la mira a ella!

—Lo que pides es tan grande que dudo que en esta vida se pueda.

—¡No me importa! ¿crees que no lo sé? Tantas veces quise no sentir esto... poder seguir y olvidar que alguna vez tuve esta clase de horribles pensamientos y deseos.

—Y no pueden irse así de fácil, ¿no?

Intentó secar las lágrimas que rodaban por sus mejillas —Él parece arreglárselas para seguir su camino... y aquí estoy yo, atada a él. Esperando como perro faldero a que me aviente las sobras de su felicidad.

La pobre chica temblaba por la intensidad de su llanto. Mikuo creyó poder comprender cómo se sentía; poco a poco fue acortando la distancia entre ellos, acariciando sus rubios cabellos y susurrando dulces palabras para que se calmara.

«¿Cómo puede haber semejante tornado de emociones en alguien tan pequeñita y frágil?»

—No te rompas todavía. Resiste. —en la habitación solo se encontraban ellos dos, sin embargo, aquellas palabras fueron dichas para que únicamente ella las escuchara. Lentamente cerró sus ojos, desconectándose de todo y olvidando sus problemas sólo por esa noche.

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Beni Mansaku¹: Es el sake más bonito y menos alcoholizado que encontré xD

Beni Mansaku¹: Es el sake más bonito y menos alcoholizado que encontré xD

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Ramune²: Limonada~ lleve su limonada~ :v

Ramune²: Limonada~ lleve su limonada~ :v

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Gracias por leer esta historia ^^

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