Dulce

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Sophìa continuó su recorrido y ellos la vieron alejarse.

Àngela tomó la mano de su hermano y habló con tanto amor que le apretó el corazón. -Cuando Leslie crezca quiero que sea felíz, pero ella solo aprenderà a serlo viendo a sus padres siendo felices. Qué aprenderán tus hijos? Verán a una familia unida por compromiso?

-Basta Angela. Musitò el hermano mayor. -No amo a Jeniffer pero la quiero. El amor llegarà de la nada.

-Cómo Sophía?

Ángel la miró interrogante.

Ella sonriò y besó su frente. -Se te olvida que te conozco desde que abrí los ojos? Esa mujer te tiene nervioso. La tienes asustada en serio. Què te sucede con ella?

El le quitó a Leslie. -Te apuesto que toda esta conversación ha sido con el fin de llegar a este último punto.

Angela se mostró ofendida. -Qué dices Ángel?

-Se te olvida que fui lo primero que viste cuando abriste los ojos, hermanita?

Rieron a carcajadas y luego el respiró profundo. -No sé, ella esconde algo. Tengo que descubrirlo.

Sophía había notado cómo la miraba la reina de los Avislas. La madre de Ángel era tan gentil como todos en ese castillo pero la estudiaba demasiado.

La madre de Jeniffer le sonrió. -Veo que estás un poco cansada. A mi tampoco me agradan muchos estos viajes, temo mucho por mi hija, agradezco de que Ellioth estè allà.

El corazón le dolió. Ella solo estaba pensando en ella misma. Ángel era la única salida para Jeniffer y no podía ponerse en contra de eso. Què le estaría haciendo ese malvado? Se le ocurrió la mejor idea.

Caminó con cuidado de no perderse a la habitación de Saúl. Tocó la puerta y esperó unos dos minutos, pero no abriò. Le tocò la puerta tan fuerte como lo hacìa cuando Ely se dormía en la casa. Si tan solo pudiera gritarle al real vago ese!

Sus pulmones se llenaron del mejor aroma y se sintió observada. Miró de inmediato y allí estaba el.

Sus mejillas se sonrojaron y el se acercó. Ángel no mostró ninguna señal de agrado y solo le besó la mano. Su mirada no estaba contenta y ella buscaba el por què.

Aun con la mano cerca de su boca el habló. -Arnold me había dicho que entre sabios no podía haber ninguna relación, han cambiado laa reglas?

Sophìa negó de inmediato sonrojada. Se buscó en el vestido pero habìa dejado la libreta en el comedor.

Apretó sus pequeños puños. Le señaló la puerta y le indicó que eran como hermanos.

Ángel no dijo nada hasta dejar sus verdes ojos en ella. -No entiendo lo que intenta decirme Sophía, pero venga, le ayudaré a abrir la puerta.

Ángel tocó muy fuerte. Sus puños dolerían y ella por impulso tocó su mano.

La corriente los hizo vibrar pero esta vez no la miró.

-Debo ser muy importante para que un futuro rey y una hermosa sabia me busquen.

Saúl venía subiendo las escaleras jugando con una manzana.

Ángel lo miró con arrogancia. -No mi querido invitado, solo ayudaba a esta joven mujer a llamarlo. Estaba haciéndolo hace rato y le recuerdo que...

Saúl lo interrumpió. -No tiene que seguir Ángel, conozco muy bien su defecto.

Ángel le dio un último vistazo y la pequeña mujer estaba nerviosa. En serio tenìa una relación con Saúl? Quería maldecirlo pero no! Estaba enojado.

EL ÂNGEL DEL HOSPITALDonde viven las historias. Descúbrelo ahora