La sostuvo en sus brazos aún queriendo estallar de alegrìa. -No puedo creer que hayas dejado tu vida por mi.
Tocó su frente y la fiebre seguía allí. -Te voy a duchar.
Como a una pequeña la sentó en la ducha y la bañó.
Sophía's POV
Le acariciè el rostro y el besò mi mano. -Qué le pasó a tu voz? Acaso fue el.... el portal?
Le asentí con ojos llorosos.
-Has sufrido tanto por mi, pensè que nuestra profecìa estaba rota.
Le neguè y ese simple movimiento provocó un fuerte dolor en mi cabeza. Cerrè los ojos.
Me levantó preocupado hasta la cama y no me importaba el dolor. Yo estaba derretida ante esa mirada de amor.
-Toma esto, te hidratarà.
Asì lo hice y lo abracè. -Mi amor.
-Creo que dijiste mi amor, verdad?
Afirmé y sonrió. -Tienes que poner de tu parte para combatir este virus. Yo sé que puedes. Nuestro amor lo puede.
Querìa decirle que lo había extrañado tanto, que no se imaginaba todo lo que pasé sin el.
Buscó un vestido y me lo puso. -Eres todo para mí. Aún sin saber quién eras me hiciste amarte.
El frío me estaba aterrando y me abrazó fuerte. -Vamos no me dejes! No despuès de todo lo que hemos pasado.
Temblando le escribí en la libreta. -No te dejarè. Nacimos para estar juntos. Te amo tanto mi amor.
Sonrió preocupado. -Irè por comida para tí.
Lo vi partir y la esperanza estaba creciendo en mí. Ahora podíamos irnos a mi mundo.
Regresó en compañía de Arnold. Él mismo me observò. -Dios mío, entonces si tú no la recordabas yo tampoco?
Ángel asintió. -Ella es mi amada Arnold.
Sophía los vio eufóricos. -Pero cómo rayos pudo cruzar el portal?
-Julia la ayudó.
Su amor se acercó y la besó. La ayudó a sentar y le dio una sopa. -Por favor, haz el intento.
Ella lo hizo solo por él y se sintió mucho mejor.
Arnold sabiendo que sobrara los dejó solos y él se acostó a su lado. -Desde que te mejores te llevarè a mi reino. Todos estarán felices.
Acarició su rubio cabello y asintió.
El notó su inquietud. -Se que quieres hacerme miles de preguntas y seguro estás enojada porque te mentí, pero tenemos toda la eternidad para ello.
Ángel la vio dormir y la fiebre seguìa allí.
Colocó paños de agua fría y la observó toda la noche.
Arnold entró en la madrugada. -Los reyes temen por tu vida.
Ángel lo miró sin entender. -¿A qué te refieres Cucarachita? No amargues mi efímera felicidad.
-No me contagiarè, yo mismo me inyectè y además Sophía está mejorando.
Algo más pasaba. -No me refiero a ella. Saúl se ha comunicado conmigo y me ordenó llevarte de vuelta a tu reino.
-Saúl no puede ordenarte nada.
-Sí puede Ángel y no me preguntes por què.
-¿Qué pasa?
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EL ÂNGEL DEL HOSPITAL
RomanceUna semana puede cambiar lo que siente un corazón? Sophía Brooks trataba de negarlo. Ella estaba comprometida con Adam Sout, su novio desde la secundaria. Ahora que estaba a pocos meses de terminar la universidad estaba demasiado insegura. Todo grac...