Verdades

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El frío le estaba afectando la cabeza y no podía permitirlo.

El la llevaba en sus brazos hasta su habitación y lo que ella quería era pegarse más a el y besarlo. No le importaba el dolor que sentía en el pie. Solo le importaba su amado. Su frangancia a avellanas. Su cabello goteaba en su cara y su respiración era tan mágica como la recordaba.

No pudo contenerse y lloró. Lloró de verdad.

Jennifer y Saúl venían detrás de ellos preocupados. Y él se detuvo a verla unos segundos. -Tranquila, todo pasarà.

Eso ella quería. Que con esa  hermosa voz le cumpliera el deseo.

Asintió confiando en él y este la depositó en la cama. Jenniffer la cubrió con una frizada y el las dejó solas.

Sophía miró a su amiga pero no podía sentir más que amor por la joven. Ella merecía un hombre bueno. Pero por qué tenía que ser Ángel!

La princesa la abrazó y le acarició el rostro. -No llores más, Ángel  te va a curar el pié.

Saúl por primera vez le acarició el rostro. -Tranquila Hermana. Siento mucho todo esto.

La puerta se abriò y era el. Venía con un maletín y una toalla para cubrirse del frío. Sus labios estaban morados y sus ojos la saludaron.

-Por favor Ángel, ayúdala. Sophìa no puede expresarse.

El asintió. -Eso harè Jenn.

Se sentò en la cama y tomó el pie de Sophía en sus manos. -Te pondré alcohol, quisiera que en el futuro inventen algo que duerma el pié para que no sientan. Sophía... Levantó su mirada hacia ella pero no habló... el no pudo. Regresó la vista a su pie y solo atendiendo a la herida habló. -Tienes una pequeña herida, tengo que darte unos puntos. Dolerà algo.

Jeniffer tomó la mano de su amiga. -Puedes apretar mi mano.

El le huntó el alcohol y sopló. Hablò otra vez sin mirarla. -Cada vez que sientas la agujilla, respira profundo. Okey?

Ella asintió y cerró los ojos.

Se despertò con Jeniffer a su lado. La princesa estaba hablando con alguien nerviosa.- Algún día cambiarás? Es uno de mis sueños. Mi hermana era tu mejor amiga y conocía tus secretos,  pero nunca confiaste en mi. Por qué?

-Está bueno de tantas preguntas.  No tengo que cambiar nada porque siempre fui así.

Yo quería seguir escuchando pero olvidaba que Saúl era un sabio. -Me alegra que estés bien Sophía.

Jeniffer se giró y corrió hacia ella. -Wow! Qué felíz estoy. No sabes lo que oré para que amanecieras bien. Te pido disculpas por el caballo de Ángel.

-Gracias por la atención que todos tuvieron.

Ella los miró a los dos. Estaban tensos. Sin duda ella había interrumpido una muy buena conversación y se arrepentía.

Jeniffer sonrió. -Iré a buscar al Príncipe, està entrenando con el Marqués. Dijo la última palabra enojada.

Asentí y me quedé a solas con Saúl. No quería ni verlo.

-Sophía, te juro por segunda vez que no asociè el bendito nombre.

-No te creo nada.  Eres un mentiroso Saúl. Dios mío! Eras mi único amigo. Te conté mi vida completa y que él es todo para mi. Y así me pagas? Se fue en llanto. -No puedo resistir esto un minuto más. Regresaré al templo.

-No se qué decirte. Pero...

-Yo sí sé qué puedes decirme. Dime qué sabes de él?  Dime quién es? Por qué me mintió? Me dijo que era un doctor, hijo de duques. Es un Príncipe!

EL ÂNGEL DEL HOSPITALDonde viven las historias. Descúbrelo ahora