Capítulo 3: Lo siento por la demora, prof.

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-Chicas, despierten. -Dijo Johanna a medida que nos mecía para despertarnos. -Vamos a llegar tarde.

-Mmmhhm, yo quiero dormir.-Respondió Arlene con su somnolienta voz.

-Yo me voy a ir bañando. Y de paso bajo y le digo a mamá que vaya preparando el desayuno. -Dije al tiempo que me levantaba de la cama y me dirigía a la planta baja de la casa.

Una vez todas estábamos listas bajamos a desayunar sándwich con jugo de naranja y después nos cepillamos los dientes.

-Mamá, hoy quiero llevar el auto al colegio.- Dije con una dulce sonrisa en mi rostro.

-Pero a ti te gusta caminar.- Respondió ella.

-Vamos a ir las tres, nos vamos a poner a hablar en el camino y vamos a llegar muy tarde.- Dije al tiempo que miraba a mis amigas para que me apoyaran.

-Eso es muy cierto, tía.- Respondió Arlene en el mismo tono

-Además el auto se puede dañar porque no se usa.- Dijo Johanna con una seguridad impresionante

Mamá nos miró y reparó su mirada en cada una de nosotras como pensando qué sería lo que pasaría a continuación. ¿Y qué creen? Accedió. Mis dos amigas y yo llegamos al colegio en auto llamando así la atención de todos los que estaban en zonas aledañas.

-Chicas, no tenemos las mismas clases.- Dije revisando mi horario en el teléfono.

-Yo tengo matemáticas, ¿ustedes?- Preguntó mi prima.

-Inglés.- Responde Johanna. Ambas me miran esperando una respuesta.

-Economía.- Dije haciendo un puchero. -Será mejor que vayamos antes que se nos haga tarde.

-Sip, es cierto. Nos vemos cuándo coincidamos en alguna clase o hasta receso.- Dijo Johanna mientras de alejaba en dirección opuesta a la que yo debía tomar.

-Yo igual, Arle. Nos vemos.- Dije repitiendo la acción de mi amiga.

Antes de entra al salón en el que damos la clase de economía miré al cielo en busca de ayuda. Odiaba economía con mi vida.

Entré al salón y descubrí que estaban pocos asientos desocupados. En realidad eran 3. Mis opciones se resumían en el chico intenso que siempre ha estado enamorado de mi, la chica nerd que tiene voz de ardilla y una chico que no reconocía ya que tenía en el celular en la cara y no me dejaba ver. Decidí sentarme al lado del chico para probar suerte.

-Hola. -Dije al tiempo que sacaba el cuaderno y unos lapiceros de mi bolso. Para mi sorpresa el chico no hizo el mínimo esfuerzo por contestarme. Lo que me ofendió un poco pero no le tomé importancia.

La clase comenzó tan aburrida como de costumbre. Se resumía en lo mismo, escribir la fecha, el título del tema del día, divagar acerca del significado que lo mencionado anteriormente tenía. Ser corregidos por el profesor y resolver un taller del tema. Nada especial.

"Hola"

El chico de al lado me había pasado un trozo de papel con la palabra escrita.

"Hola:)"

Respondí aún sin mirar la cara del chico. A decir verdad poco me importaba.

Intenté seguir prestando atención a la clase pero los papeles del chico no me lo permitían. Habíamos comenzado a hablar mediante papeles.

"La clase está extremadamente aburrida, ¿no crees?"

Dijo el chico en su más reciente nota. A lo que obviamente yo respondí afirmativamente en vista de mi casi nulo aprecio por esta materia.

Parece que Dios escuchó mis juegos porque el timbre que esperaba el cambio de horas sonó, y todos los estudiantes se pararon de sus lugares y comenzaron a guardar los libros en sus maletines, cosa que imité porwue necesitaba salir de ahí.

Mientras organizaba los libros levanté mi cabeza de casualidad y vi la cara del chico con el que estuve distraída toda la clase.

-¡Oye!- Dije llamando su atención. -Tú eres quién derramó su bebida en mi blusa en la fiesta.-

-Ah, sí. Mucho gusto.- Dijo extendiendo su mano a manera de saludo, cosa que por obvias razones rechacé.

-No seas delicada, ambos sabemos que fue un accidente. No seas dramática.- Dijo con una sonrisa en la cara que solo consiguió enfurecerme. Salí del salón de prisa.

Este chico era un descarado. Por supuesto que toda la clase supo que era yo. Claro, por eso es que tenía su cara escondida debajo del gorro de su sweater y cuándo lo miraba el hacía lo mismo hacia otra dirección.

Decidí ir a la siguiente clase corriendo porque mi encuentro con el derrama-bebidas me había quitado valiosos minutos de mi tiempo.

Logré entrar a clases a tiempo y sentarme en un asiento vacío antes de que el profesor entrara. Solo para que lo tengan como referencia, era clase de inglés. -Johanna la había tomado un hora antes y si no estoy mal a Arlene le tocaba al final del día, lo que significaba que una vez más estaba sola en clases.

-Lo siento por la demora, prof. Se me presentó un inconveniente.- Dice una voz masculina que parecía algo agitada.

-Remember that we just can talk in English in this class, Mr. Williams.¹

Es aquí donde decido levantar mi cabeza, nunca había escuchado de un Williams.

Oh, sorpresa. Era el derrama-bebidas de nuevo. ¿Por qué me sorprende?

-Take a sit.²- Dijo el maestro con su increíble acento británico

Williams hizo lo dicho.

No hace falta mencionar al lado de quién se sentó el sujeto.

¹ Recuerde que solo podemos hablar en inglés en esa clase, Sr. Williams.

² Tome asiento.

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