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Llegó el verano y con él las vacaciones de verano. La casa se sentía más llena con todos los chicos ahí. Así que, como la casa tenía patio trasero, Valentina les dio permiso de jugar ahí. Además, el calor se encerraba en la casa, así que Maggie, Valeria y Erick salieron también al patio. Solo veían como los chicos se lanzaban unos a otros globos llenos de agua que explotaban cuando chocaban con ellos. De repente, Erick siente que alguien le lanza un globo de agua, voltea y ve a Alfredo y a Joselin con globos en la mano carcajeándose.
-No se atrevan- les dice Erick.
(...)
Los 4 hermanos desde hace mucho no se divertían así. De hecho, nunca habían realizado una guerra de globos de agua. Solo corrían de un lado para otro protegiéndose con los árboles y arbustos que había en el jardín.
Alfredo venía con Joselin todos los días en secreto. De hecho, los hermanos ni se acordaban porque ni quién había corrido a Alfredo de la casa.
Al poco tiempo, Natalia encontró una alberca escondida, detrás de unos grandes arbustos frondosos. Los hermanos sin dudarlo, se lanzaron al agua con todo y ropa. Todo se salió de control cuando los hijos y los adultos hicieron una guerra de globos y pistolas de agua. Los adultos con los globos y los hijos con las pistolas. Todos estaban muertos de la risa y se lanzaban al agua cada vez que alguien los iba a atacar. 
En la casa se escuchaba todo el relajo que se estaba haciendo en la alberca. Valentina fue a ver lo que sucedía. Casi muere de un infarto al ver que los alrededores de la alberca estaban inundados de agua.
-¡Se me largan todos de aquí- les gritó.
Valentina les cortó a todos la inspiración. Salieron de la alberca. Entre todos, Valentina reconoce a Alfredo y Joselin.
-¿Y ustedes dos que hacen aquí?
-Nada, pues queríamos visitar a todos- le contesta Alfredo.
-¡Les dije que no quería volverlos a ver aquí!
-¿Pero qué tiene que los visitemos?
-Nada, pero ustedes son unos impunes, no tienen vergüenza. Así que se me largan.
Alfredo y Joselin se fueron de la casa. Después de eso, Valentina cambió las chapas, para que nadie pudiera entrar. Sin ellos la familia muy vacía. De hecho, ya no tenía sentido ser de esa familia sin ellos. Los hermanos ya no veían a Alfredo ni a Joselin porque no tenían llave para salir de la casa. Hasta que una obra del destino los vuelve a unir.

La familia disfuncionalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora