Capítulo 11
" J'écris pour me changer moi-même et ne plus penser la même chose qu'auparavant."
"Escribo para cambiarme a mí mismo y no pensar más lo mismo que antes. "
La voz de Nathanael resonó en su cabeza pero se negó a volver a él. No podía presenciar aquella escena sin hacer nada, con o sin su miraculous. Adrien se reincorporaba y alcanzó ver que su pierna izquierda sangraba, gritó su nombre y lo vio darse vuelta desesperado. Encontró en el francés una expresión de desconcierto mientras ella corría hacia él. Lo vio acercarse como pudo y abrir sus brazos, lanzándose sobre ella y rodeándole con sus manos hasta caer al suelo juntos. En ese mismo momento una bala apareció sobre ellos y rompió otro cristal. Si el rubio no la hubiese echado al suelo, lo más probable era que Marinette no hubiese vivido para contarlo.
—¿¡ERES TONTA!? —la tomó de los hombros y la agitó un poco, totalmente desesperado. Sus ojos se habían tornado algo rojos pues parecía estar aguantando las lágrimas. Le miró los aretes y soltó un suspiro.
—¡No podía dejarte Adrien! ¡No cuando te veo a punto de morir! —gritó en forma de respuesta y tapó sus oídos para no escuchar el sonido de las balas.
—¿Tengo que estar al borde de la muerte para que vengas? —le miró por un momento con el ceño fruncido y la jaló del brazo, poniéndose de pie al mismo tiempo que ella. En aquella situación sus movimientos eran bruscos aunque no lo quisiese, simplemente era inevitable—... Conozco un lugar donde podemos escondernos... —dijo más aliviado al ver por sobre el hombro de Marinette cómo llegaba la policía e intentaba ocuparse de la situación.
Corrieron como pudieron a través de viejos callejones de Paris. Adrien jadeaba y apretaba sus ojos, ahogaba el dolor y aguantaba las penas de una forma extraordinaria a los ojos de Marinette. La joven estaba preocupada por su miraculous, no podía dejar de pensar en lo tonta que era por haber descuidado sus aros y a Tikki. El lugar al que el chico le llevaba se hallaba bastante lejos de allí y podía ver cómo Adrien sufría en cada paso que dabas.
—Debes sentarte —dijo preocupada observando su pierna, no lucía bien.
—No, estamos cerca —se apoyó contra la pared por unos segundos y respiró con fuerza por la nariz, inhalando. Un sonido extraño lo obligó a recargar su arma y examinar el lugar con discreción. Con la mirada le hizo un gesto a Marinette que se escondiese.
El sonido de las botas crujiendo en ese momento perforaba los oídos de ambos y el miedo carcomía sus mentes. Pero en cuanto el hombre se dejó ver y apuntó a Adrien, éste fue más rápido y disparó justo en su pecho, haciéndolo desplomarse sobre el suelo. Marinette se asomó aterrorizada.
—Lo...Lo mataste... —susurró con voz entre cortada pero antes de que dijese otra palabra, vio a Adrien morder sus labios sabiendo lo que le esperaba. La tomó de la mano y continuaron corriendo.
Llegaron a una vieja casa, en el exterior parecía que se caería a pedazos y comparada con la mansión Agreste no podía encontrarle ninguna relación con Adrien. El rubio se detuvo frente a la puerta y miró a Marinette por un momento, se acercó.
—¿Q-Qué haces...? —preguntó asustada pero antes de que pudiese retroceder, Adrien sacó unas hebillas que había utilizado Alya para su peinado.
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Sexto Sentido (Miraculous LadyBug)
Fiksi PenggemarEn un departamento de Paris viven dos chicas de veinticinco años. Dedicadas a su trabajo pero disfrutando el tiempo juntas, viven una vida tranquila: Marinette, ahora diseñadora, comenzó a hacerse muy conocida en el mundo de la moda. Y Alya, periodi...